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Girard-Perregaux Laureato Chronograph: fotos en vivo y precios

Girard-Perregaux Laureato Chronograph

En el SIHH 2018 Girard-Perregaux presentó la nueva colección Girard-Perregaux Laureato Chronograph en dos tamaños, 38 y 42 mm. Claramente el Laureato es el buque insignia de la casa a la hora de conquistar nuevos mares comerciales, y no cabe duda que la apuesta tiene visos de llegar a buen puerto porque es un modelo con un atractivo instantáneo y un porte que rezuma calidad, un objetivo irrenunciable para una manufactura que ya ha cumplido nada menos que 227 años.

Por supuesto hay un argumento que pone fin a este artículo y que dispara cualquier aficionado a la relojería con presupuestos puristas: «el Girard-Perregaux Laureato Chronograph es una copia de». En efecto, como ya expliqué cuando apareció el reloj -hace ahora 2 años- el Laureato surgió tres años después que el Royal Oak de Audemars Piguet, pero un año antes que el Nautilus o el Ingenieur. Pero ocurre que Girard-Perragaux abandonó su fabricación para, como digo, insuflarle nueva vida hace dos años. Eso es razón suficiente para que muchos lo consideren una ejecución ilegítima y una imitación incluso de modelos que salieron después que él.

Es obvio que de ilegítimo no tiene nada porque fue un reloj que se mantuvo en la colección de la casa durante más de 20 años. ¿Que se parece al Royal Oak? Pues sí, porque el RO marcó una tendencia estilística que otros siguieron, y nadie puso el grito en el cielo. Basta mirar a alguien tan poco sospechoso como Vacheron Constantin y el origen del Overseas para atestiguar lo que estoy diciendo. Es el mismo problema que cuando surgió el Piaget Polo S (aquí con fotos en vivo y vídeo), solo que en este caso el Laureato sí existía con estas mismas formas. Y una última reflexión: si comparamos este Girard-Perregaux Laureato Chronograph con los RO crono (que se pueden ver aquí) veremos que la apuesta de GP busca mucho más un reloj elegante y polivalente que la de AP, que pivota claramente hacia lo deportivo.

Así que vamos a dejar atrás la polémica y adentrarnos en lo que nos ofrece GP con esta colección. Como decía al principio el reloj se ofrece en dos medidas, 38 y 42 mm, y en dos metales (acero y oro). El acero, por cierto, no es el habitual 316L sino el 904L. Esta versión del metal es muy distinta porque tiene un alto nivel del cromo, lo que lo hace más resistente a la corrosión y a la vez con un nivel de pulido mayor. A cambio su mecanización es más complicada que la del acero normal, por lo que necesita de maquinaria especial para su construcción. Notablemente quien comenzó a utilizar este acero fue Rolex en 1985, con una -al parecer- composición especial de 904L (y que a partir de este 2018 ha pasado a llamarse «Oystersteel»).

Pero como la durabilidad y la resistencia a la corrosión es algo que se nota con el tiempo y no en el momento de comprar el reloj, ¿en qué se traduce el uso del acero 904L? Pues en la sensación de calidad y lujo que transmite. Tanto la caja como el brazalete se ven muy bien y se sienten aún mejor, con una mezcla de pulidos y satinados resuelta de manera exquisita. Y como la altura máxima es de 12 mm (en la versión de 42 mm, porque en la de 38 es sólo de 10 mm) la sensación de calidad superior es aún mayor. Queda especialmente bien el brazalete, con esas haches de frontal satinado y bordes pulidos a juego con el eslabón central. Cómodo y elegante.

La esfera del Girard-Perregaux Laureato Chronograph está disponible en blanco y negro (lo que habitualmente se conoce como «esfera Panda»), en negro con subesferas en azul o en dos tonos de azul. Cualquiera de las combinaciones funciona muy bien, y es ya una cuestión de gusto personal elegir una u otra. El fondo de la esfera está decorado con una alfombra de Clous de Paris (clavos de París) ejecutada sin tacha, aunque la mires bajo la lupa de relojero. No hay que olvidar que las decoraciones de Girard-Perregaux siempre han sido excelentes.

Los índices sobrevuelan la esfera porque forman parte de un perfil elevado. Esto, junto con las manecillas y la decoración circular de los tres registros aportan profundidad al conjunto, además de una lectura impecable en cualquier circunstancia (incluida la oscuridad, gracias al tratamiento de Super-LumiNova).

¿Se le puede poner alguna pega? Pues va en gustos, pero las subesferas me resultan demasiado pequeñas, demasiado años 90. Y la inclusión de una ventana de fecha a las 4:30 horas es un disrupción innecesaria del patrón decorativo que seguramente habría quedado mejor  dentro de uno de los tres registros de la esfera. Pero esto es la discusión eterna sobre las ventanas de fecha. Al menos la ventana tiene el mismo color que la esfera.

Como decía antes la altura de la caja es mucho más comedida de lo que cabría esperar en un crono, y eso es gracias al uso del calibre GP 3300-0137, una variante cronógrafo automático del venerable GP 3000, en funcionamiento desde 1994 y que se distingue por su escasa altura: 6,5 mm. A cambio tiene sólo 46 horas de reserva de marcha, pero una frecuencia de 4 hercios. Aunque es un calibre bien decorado, en esta versión viene tapado.

En resumen el Girard-Perregaux Laureato Chronograph es un excelente reloj con muchas opciones y una verdadera sensación de reloj de lujo, a unos precios que son más que razonables: los modelos de 38 mm y correa de aligátor cuestan 13.300 euros y con brazalete 14.100 euros. Las versiones de 42 mm con correa valen 14.000 euros, mientras que las de brazalete cuestan 14.800 euros. Por último, las -en mi opinión preciosas- versiones de oro rosa y correa de aligátor azul cuestan 29.000 y  23.200 euros respectivamente. Los relojes estarán disponibles a partir de abril. Más información en Girard-Perregaux.com.

 

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