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Jaeger-LeCoultre Polaris Memovox. Fotos en vivo y precio

Jaeger-LeCoultre Polaris Memovox

Ya está disponible el Jaeger-LeCoultre Polaris Memovox, el más histórico de toda la colección Polaris que JLC ha presentado este año y del que ya hablamos en este artículo. Y como es una edición muy limitada, he pensado que mejor hablar de él ahora antes de que vuele de las estanterías. Pero antes vamos a ver su historia, si quiera de manera sucinta.

Recordemos que en 1953 Blancpain lanza el Fifty Fathoms, el primer reloj de buceo de la Historia, y en 1954 Rolex lanza el Submariner. Los relojes de buceo captan la atención de una sociedad que, una década después del final de la Segunda Guerra Mundial, tiene dinero para gastar y busca nuevas formas de ocio. De esta forma los conocidos como «divers» pasan del mundo militar al civil. En 1959 Jaeger-LeCoultre lanza el Memovox Deep Sea, su propia interpretación de cómo debía ser un reloj de buceo. El reloj era una completa innovación y una forma muy distinta de cómo ofrecer seguridad en la inmersión: mientras que los demás relojes ofrecían un bisel para saber cuándo debían regresar a la superficie, el reloj de JLC incluía la alarma de los Memovox para que avisara al buceador con sonido, no con un bisel.

El Jaeger-LeCoultre Polaris Memovox original de 1968

Sin embargo Jaeger no estaba contenta del todo, siguió investigando y en 1965 lanzó el Polaris Memovox. La caja era de tipo Super-Compressor -que expliqué en este artículo– y la parte trasera presenta una triple capa que permitía una mejor emisión del sonido para que se oyera mejor. El origen del nombre Polaris hoy sería inconcebible, porque se tomó del misil nuclear del mismo nombre presentado por Estados Unidos en 1963. Por último, en 1968 lanzó una nueva versión que es la que ha tenido más fama, especialmente porque a lo largo de los años Jaeger ha sacado varias versiones homenaje al modelo del 68. Es a ese modelo al que también homenajea el Jaeger-LeCoultre Polaris Memovox de 2018.

El lanzamiento llega en un momento ideal, porque 1968 fue hace 50 años. Para celebrar el aniversario Jaeger ha creado la que es sin duda la mejor versión de todas porque es mucho más rica en detalles. La esfera presenta la misma división en tres sectores: el interno para la flecha que señala la alarma, el intermedio para los índices horarios y la fecha y el exterior para los minutos. Pero el juego de texturas es mucho más interesante gracias a la superficie granallada del disco horario, que en mi opinión le da un aspecto de mucha más calidad. La esfera de la alarma está decorada con rayos de sol y el borde exterior es mate. Como digo, una mezcla muy acertada. Las manecillas tienen la longitud perfecta y los índices aplicados están remarcados para que conjunto no ofrezca dudas cuando se vaya a leer la hora. Y por supuesto, siendo un reloj de buceo, el tratamiento de Super-LumiNova es impecable.

La caja, de 42 mm de diámetro y 15,9 de altura, está fundamentalmente satinada, aunque el bisel y el borde de las asas están pulidos para darle un toque más elegante que no relegue al reloj al departamento de los relojes puramente instrumento. El cristal superior es de zafiro, pero con la forma abombada de los relojes de antaño. Todo el conjunto tiene un aire vintage muy claro, y por eso nos resulta tan actual. La hermeticidad está garantizada hasta los 200 metros, y me atrevería a decir que ninguno de los relojes de esta edición llegarán nunca ni a la mitad de esa profundidad. Pero es un reloj de buceo, y como tal tiene que acreditar ciertos méritos ineludibles.

El reloj lleva por dentro el calibre automático 956, que se mueve a 4 hercios e integra -claro- el módulo de alarma. Por supuesto no se ve porque sigue manteniendo una capa interna que sirve para hacer resonar la alarma, que a su vez está tapada por el fondo atornillado con un grabado que marca el homenaje al modelo de 1968.

Por último, el Jaeger-LeCoultre Polaris Memovox se presenta con una correa de caucho que le queda tan bien y está tan bien trabajada que puede pasar casi casi por una correa de vestir. Y es que Jaeger la ha decorado con un patrón que imita la decoración «Clavos de París», aportando así una presencia mucho más rica y a la vez deportiva. Es decir, el reloj es claramente deportivo, pero en estos tiempos en que las fronteras de qué es «de vestir» y qué no, aparecer por la oficina con este reloj sólo va a levantar la ceja de aquellos que lo envidien, no que lo desaprueben.

El reloj se lanza en una edición limitada a 1.000 unidades para todo el mundo, o sea que es mejor darse prisa en encargarlo en la web de la marca, en su boutique oficial o en los comercios del ramo, porque mucho no va a durar. Su precio es de 13.000 euros, y hay más información en Jaeger-LeCoultre.es.

 

 

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