Icono del sitio Horas y Minutos

Longines Master Collection Annual Calendar. Fotos en vivo y precios

Longines Master Collection Annual Calendar

Longines tiene muy buen ojo a la hora de lanzar nuevos relojes, y por lo que vimos este año en Baselworld 2018, ha vuelto a dar en el clavo. Entre las novedades presentadas está este Longines Master Collection Annual Calendar, en lo que supone la primera vez que vemos esta complicación en la casa. Y no decepciona.

El calendario anual se llama así no por lo que hace, sino por lo que no hace: muestra el día y la fecha distinguiendo la distinta variación en la longitud de los meses, salvo el de febrero. Es decir, la fecha salta directamente desde el 30 ó 31 al 1 del mes siguiente, pero ese salto debe ser ajustado por el usuario cuando es el mes de febrero. Así que el reloj sólo hay que tocarlo una vez al año, y de ahí su nombre. Si queremos que sea el reloj el que reconozca ese salto necesitamos un calendario perpetuo, pero el precio del reloj se dispara. Por tanto un reloj que no necesita nada más que una intervención al año a cambio de un precio mucho más bajo suena como una buena idea. Sorprendentemente, sin embargo, es una complicación muy reciente: fue en 1996 cuando Patek Philippe lanzó el primero de estos relojes; en su momento se recibió con extrañeza, pero que pronto se apreció por sus posibilidades comerciales: todos queremos un calendario perpetuo, pero oiga, habrá que conformarse. Aún así los calendarios anuales que hay hoy día disponibles son de precios elevados, así que con este Longines Master Collection Annual Calendar la casa del reloj de arena alado vuelve a romper la banca.

Con toda lógica -dada la vocación universal de la marca- el Longines Master Collection Annual Calendar se lanza inicialmente con cuatro caras distintas: una esfera negra con decoración grano de cebada y numerales romanos y otra con brazalete e indices de diamantes, que es sorprendente porque el tamaño de 40 mm es más de caballero que de mujer, y no son muchos los caballeros que lleven diamantes en sus relojes (salvo que sea éste, claro). Y también están las que vemos aquí, tan separadas en su apariencia que, salvo porque comparten complicación, se diría que son relojes distintos.

Ambas comparten la misma caja pulida a espejo, pero su esfera es radicalmente distinta. La esfera con decoración rayos de sol en azul es la primera opción en la que uno pensaría si la idea es encontrar un reloj que nos valga para el día a día, para el trabajo y para ocio.

Pero para mí la versión más lograda es sin duda la de esfera blanca, guilloché de semillas de cebada y grandes y claros numerales, además de las manecillas azuladas. Es una excelente mezcla de elegancia y utilidad, con una lectura instantánea y placentera de la hora. Esto, que es un aspecto fundamental, no lo es tanto en la versión azul porque se ve perjudicada por un tratamiento antirreflectante discreto y sobre todo por el pulido de manecillas e índices que, según les de la luz, resultan difíciles de leer.

La esfera blanca es sin embargo realmente elegante y da gusto mirarla. Le sobra, como es costumbre, el añadido de «Annual Calendar», pero es comprensible que Longines lo quiera remarcar porque la verdad es que es conseguir esta complicación por menos de 2.000 euros es como para presumir.

Para conseguirlo Longines ha hecho que ETA le haga un movimiento exclusivo (como siempre hace), el L897-2. Es una modificación del venerable 2892-2 al que se le ha unido un módulo para que gobierne el calendario. Pero lo más llamativo es que se ha bajado la frecuencia a los 3.5 hercios (como los Coaxiales de Omega). Según la marca así tiene la exactitud de las 28.000 alternancias a la hora habituales a cambio de una mayor reserva de marcha, que pasa a tener unas respetables 64 horas. Además el calibre está razonablemente bien decorado y, sobre todo, es visible a través del zafiro posterior. Eso siempre se agradece.

Pocas pegas se le puede poner nunca a un Longines cuando aterriza sobre la muñeca. Sienta estupendamente cuando lo miras, y cuando son otros los que lo miran siempre levanta algún comentario. Podría argumentarse que a quien no lo sepa le puede parecer un sencillo reloj de día y fecha, pero da igual: quien lo tiene sabe lo que es, y sobre todo sabe que tiene un precio imbatible: 1.960 euros. Es el siguiente reloj a tener, sin duda. Más información en Longines.es.

Salir de la versión móvil