Los dos nuevos Vacheron Constantin Overseas Black traen el negro a la colección deportiva de la manufactura. Y la verdad es que, una vez visto el resultado, te parece increíble que no estuviera antes, porque ciertamente le queda que ni pintado porque los Overseas tienen una elegancia innata que se impone incluso en la versión de cronógrafo. Uno pensaría que, vistiendo de negro las esferas, la elegancia se vería acentuada, y es verdad. Pero a la vez le da al modelo un perfil más afilado que le hace ser igual de válido en una reunión de dirección como en una reunión de amigos. Vamos a ver los dos modelos.
VACHERON CONSTANTIN OVERSEAS BLACK AUTOMATIC
Éste es el modelo básico del Overseas. Un tres agujas y fecha que por sus medidas encaja perfectamente como reloj de vestir: con 41 mm de diámetro y 11 de altura pasa perfectamente el control de entrada de la oficina y el de una boda real (ya sé que eso no ocurre nunca, pero sirva el ejemplo). La forma de tratar la esfera es la misma que los demás relojes de la familia: se aplica una laca traslúcida que expone la sutil decoración rayos de sol de la superficie.
Pero el bisel de seis lados y, como decía, el negro profundo de la esfera hace de este modelo un reloj mucho más vibrante de lo que estamos acostumbrados a ver en Vacheron. De hecho, salvo que esté equivocado, no hay ni un solo modelo en la colección actual de la casa con este negro. Y ocurre lo contrario de lo que debería pasar con una esfera así: es imposible no verla. Y como las manecillas y los índices son de suyo muy notorios, el conjunto parece que salta de la muñeca.
El reloj se mueve gracias al calibre de manufactura 5100, que oscila a 4 hercios y alcanza las 60 horas de reserva de marcha, recargada gracias a una masa oscilante de oro.
VACHERON CONSTANTIN OVERSEAS BLACK CHRONOGRAPH
El modelo automático que acabamos de ver es muy interesante, pero queda eclipsado por este cronógrafo, que es todo un acierto. En los anteriores modelos de cronógrafo del Overseas (que se pueden ver aquí con fotos en vivo) la esfera era (es, de hecho) monocroma. Sin embargo para la edición en negro se ha optado por una versión «panda», es decir, con las subesferas en blanco. Esto tiene varias consecuencias: la primera es que su atractivo es mucho mayor, porque es una combinación creada en los años 60 y que todavía nos gusta mucho. La segunda es que la lectura de los datos es instantánea, porque el contraste hace el reloj sea mucho más legible.
Es muy poco habitual ver pigmentos luminiscentes en los relojes de Vacheron (léase: no se usa nunca), pero tiene todo el sentido que se usen en los Overseas precisamente por remarcar su espíritu deportivo. Y el tratamiento de Super-LumiNova es intachable porque tiene la cantidad justa y en todos los puntos donde es necesaria. Y encima es azul, lo que le da ese toque sofisticado que piden estos relojes.
El calibre 5200 mide 30,6 mm de diámetro lo que hace que, aunque la caja tenga 42,5 mm de diámetro, tanto las subesferas como la fecha queden bien colocadas en los extremos de la esfera. Desde que aparecieron los Overseas cronógrafo en 2016 ya llevan un calibre de manufactura, y menudo calibre: tiene rueda de pilares y embrague vertical -doy fe de las suavidad de su funcionamiento- está ajustado en 5 posiciones (como los cronómetros) y se recarga gracias al rotor de oro. Y lo más importante: tiene el Sello de Ginebra, lo que significa que todos los acabados son a mano, y son los más exquisitos. Sirva como ejemplo la rueda de pilares: tanto en la Cruz de Malta como en los pilares los cantos han sido biselados y pulidos, para dar una mayor satisfacción visual.
En mi opinión el Overseas Chronograph, cualquiera, pasa por uno de los cronógrafos más elegantes del mercado, y el negro no hace sino acentuar mi impresión. Al igual que ocurre con su compañero de sólo tres agujas, el reloj habla por sí solo, realzando la muñeca en la que se ponga y a la vez convirtiéndose en materia de conversación.
El reloj es hermético hasta 150 metros, que es una estanqueidad más que respetable. Y la misma que para el modelo más sencillo, por cierto. Eso nos permite meternos en el agua sin ningún problema e incluso bucear, pero sin llegar hacer buceo deportivo. No creo yo que nadie se vaya a meter en el agua con estos relojes de manera intencionada, pero da gusto saber que se puede hacer, aunque sea un reloj para lucir fundamentalmente en seco.
Los dos modelos Vacheron Constantin Overseas Black se presentan con un brazalete de acero que está impecablemente bien hecho, con sus eslabones de Cruz de Malta perfectamente cepillados. Sin embargo los relojes se entregan con otras dos formas de atarlos: una correa de cuero y otra de caucho. El intercambio es muy sencillo. No se tarda nada y se sabe que está bien hecho por el «clic» que hace cuando encaja.
Por último los precios: 20.300 euros para el modelo automático y 29.300 euros para la versión cronógrafo. No son ni mucho menos baratos, pero hay que ver todo lo que te dan en términos de calidad de materiales, de construcción y de exactitud, que está acorde con lo que se espera de la manufactura. Más información en VacheronConstantin.es.