El nuevo Seiko Prospex SLA019 MM 300 Limited Edition fue una de las estrellas de Seiko en Baselworld 2018, y con razón: los relojes de buceo de Seiko están ya en la categoría de míticos por su imbatible relación calidad/precio, y los colores en verde de la casa tienen una enorme aceptación porque resultan extraordinariamente atractivos. Además tiene la caja del modelo de 1968, con todo lo que eso significa para el aficionado.
Y es que en realidad el nombre completo del reloj es Seiko 1968 Mechanical Divers 50th Anniversary Limited Edition “Deep Forest”, un nombre que hay que explicar para entenderlo. La primera parte ofrece pocas dudas: hace 50 años que se lanzó el primer reloj de buceo con un calibre de alta frecuencia (6 hercios, 36.000 alternancias a la hora), que sigue siendo un icono, y el reloj es una conmemoración de esa fecha. Pero Seiko también ha lanzado una versión idéntica a la de aquel año, así que este Seiko Prospex SLA019 MM 300 Limited Edition es una derivación del original. Una reinterpretación, por así decir. Pero ¿y lo de «Deep Forest»? No parece muy lógico que siendo un reloj marino tenga en su nombre «Selva Profunda», ¿verdad? Pero es que los preciosos verdes de este reloj están inspirados en la isla de Yakushima, uno de los orgullos patrios de Japón.
Yakushima (屋久島) es patrimonio de la UNESCO, está localizada al sur de la isla principal de Kyushu e integrada en la prefectura de Kagoshima. Es, entre otras cosas, el hogar del Jōmon Sugi (縄文杉) un cedro (sugi) del período prehistórico japonés Jōmon. Se estima que tiene -como mínimo- 2.300 años, aunque hay quien le calcula una vida de más de 7.000 años. La isla sirvió de inspiración para una de las obras maestras (otra más) de Hayao Miyazaki y el Studio Ghibli, La Princesa Mononoke. Pues bien, mientras que la isla es uno de los destinos favoritos de aquellos que disfrutan de la marcha (la de caminar, no la otra), el mar que rodea la isla es uno de los lugares más importantes del país para el buceo. Así que es una unión perfecta y con fundamento para crear un reloj.
El Seiko Prospex SLA019 MM 300 Limited Edition se presenta en una nada tímida caja de 44 mm de diámetro y 15 mm de altura. Desde luego las muñecas más finas no van a hacer muchas migas con el reloj, pero tampoco hay que tenerle miedo porque su peso está bien compensado y se asienta bien sobre la muñeca.
Parte de la altura se va en el bisel, unidireccional y de 120 clics. La altura lo hace especialmente fácil de manejar, tal como se necesita cuando se bucea con guantes. La parte superior está realizada en cerámica, que no solo lo hace resistente a las ralladuras y a la corrosión, sino que también le da un brillo particular al verde. El mismo poderío exhibe la corona a las 4 horas.
Debajo del cristal -de zafiro y con tratamiento antirreflejos por los dos lados- está la esfera verde. Y cuando digo debajo, digo muy debajo, porque la sensación de profundidad de la esfera no es una ilusión óptica: realmente hay mucha distancia entre el cristal y la placa, debido a la ya mencionada altura del bisel.
En la esfera, decía, lo primero que va a llamar la atención del seguidor de Seiko es la X, símbolo de la colección Prospex. No es algo que los seikoistas aprecien mucho porque no lo consideran fiel a la historia. Por supuesto para el resto de los mortales no tiene importancia, y para el fabricante tiene todo el sentido: así pone orden en sus colecciones y evita errores. Incluir el Seiko Prospex SLA019 MM 300 Limited Edition en esa familia acota mejor la gama de divers, que de otra manera se quedan un poco sueltos. Y no hay nada mejor para garantizar una mala vida comercial a un producto que el que sea difícil de encontrar.
Pero aparte de la famosa X (que en realidad es una P y una S cruzada, que viene de Professional Specifications) la esfera exhibe el mismo frondoso verde del bisel, y sobre él se asientan unos generosos índices cuyo borde está pulido para que se vean aún mejor. Además los puntos cardinales son distintos de los demás índices, y el de las 12 diferente al de las 6 y las 9 horas. A las tres está la fecha, una concesión a los que no van a usar el reloj para sumergirse sino para diario (la mayoría, claro). Las manecillas tienen la longitud correcta y sobre todo tienen distinto ancho para que se distingan sin problemas en la oscuridad. Y la cantidad de LumiBrite aplicada es, como siempre, más que generosa.
En la trasera del reloj podemos ver, además del símbolo de la ola, la leyenda «LIMITED EDITION NO. xxxx/1968» (en este caso es el 0001/1968). La tapa cubre el calibre 8L35, fabricado en Shizuku-ishi Watch Studio, el único laboratorio de Japón que lleva a cabo la producción completa de los calibres de alta gama de Seiko, hechos a mano. Este movimiento ya se ha usado en los anteriores MM300 y en otros relojes de buceo. A menudo se le compara con el 9S55 de los Grand Seiko, pero el 8L35 no está decorado como los 9S y tampoco viene ajustado como él (que en este nivel de precio, debería). Seiko, modesto siempre, dice que las tolerancias son de -10/+15 segundos al día, pero el calibre va -o puede ir- mucho más cerca de las exigencias de un cronómetro.
El brazalete es absolutamente solvente, con una configuración y acabados que, una vez más, recuerdan a los de Grand Seiko, especialmente por esos dos pequeños insertos pulidos. Y como el reloj es hermético hasta 300 metros, el cierre plegable tiene múltiples ajustes para poder adaptarse a los cambios de circunferencia de la muñeca provocados por los cambios de presión bajo el agua. Por cierto que se entrega también con una correa de caucho tan buena como solemos ver en Seiko: resistente al uso diario, a la agresión del agua marina, el sudor y los rayos UVA.
Digamos por último que se espera que el Seiko Prospex SLA019 MM 300 Limited Edition aparezca en las tiendas este mes de junio. Y aunque su precio es de 3.200 euros lo más probable es que siga el mismo destino que el MM 1000 edición limitada que ya vimos, que no fue otro que el de durar un suspiro. Así que es el mejor momento para pasarse por la boutique de Seiko y encargar uno. Más información en Seiko.es.