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Bell & Ross BR 03-92 Diver Blue y Bronze: Fotos en vivo y precios

Bell & Ross BR 03-92 Diver

Bell & Ross BR 03-92 Diver

Cuando en Baselworld 2017 apareció el Bell & Ross BR 03-92 Diver recibió el aplauso general: después de tantos años sin ninguna novedad en los modelos submarinos de la marca, que permanecían en la colección casi como invitados de piedra que no sabían qué hacían allí con los demás habitantes de la casa, la aparición de la nueva versión fue un alivio. Por un lado Bell & Ross recuperaba un segmento que al fin y al cabo era parte de la familia desde casi el origen de la marca. Por otro el modelo fue un éxito de público y crítica, como suele decirse, lo que significa que no es una presencia testimonial sino un valor comercial. Y de los grandes, además, porque el reloj ha sido muy celebrado (¡y vendido!).

Pues bien, este año el Bell & Ross BR 03-92 Diver crece en número con dos nuevas propuestas, con una apariencia muy distinta entre ellas que hace aún más difícil elegir con cuál quedarse. Por un lado una más que lógica esfera azul. Digo lógica porque el azul es el color de los relojes de buceo, así que tiene todo el sentido usarlo. De hecho cuando lo ves te preguntas «¿pero no estaba ya antes?». La pregunta es pertinente, pero tiene una respuesta también fácilmente comprensible: cuando se lanza un producto por primera vez las casas son cautelosas y suelen ir por el lado conservador para asegurarse un éxito comercial que pague la inversión. La inmensa mayoría de los relojes que se compran son negros o blancos, y negro fue el primer ejemplar de estos nuevos Bell & Ross BR 03-92 Diver. Que, por cierto, presenté aquí con fotos en vivo y vídeo.

Por eso es ahora cuando vemos estas variaciones tan acertadas. El llamado BR 03-92 Diver Blue tiene -obvio- la esfera azul. Y aunque le quede tan bien es un color muy poco habitual en las cajas cuadradas de Bell & Ross; de hecho en la colección actual sólo hay dos modelos más, uno de 39 mm y otro un cronógrafo de 42 mm; los dos llevan el apellido «Blue Steel». En la colección Vintage tampoco hay mucho más: están los Aéronavale (aquí, con fotos y vídeo en vivo) y se acabó. Por eso es que cuando vimos en Baselworld 2018 los nuevos Racing Bird fue casi revolucionario, porque nunca habíamos visto el blanco salvo en los relojes de cuarzo de mujer, y nunca-nunca combinado con azul.

Cosa distinta ocurre con el bronce, que sí hemos visto a menudo en la caja cuadrada. En primer lugar ha sido cofre de calaveras, como aquí con fotos en vivo y, en edición única, aquí. Pero también lo hemos visto en vivo cerca del mar, con el Instrument de Marine. En estos últimos años el bronce se ha puesto de moda, pero relativa: gusta mucho a los aficionados a la relojería porque estamos todo el día viendo relojes y cualquier novedad es siempre bienvenida. Pero las empresas tienen que tener cuidado porque, como siempre digo, subsisten por las decenas de miles de relojes que compran los que NO son aficionados a la relojería pero quieren un reloj, no los miles que compran los que sí lo son. Y la mayoría de la gente es conservadora. Así que un reloj con un material inusual como es el bronce va a tener la atención de quien lo vea, sin duda, pero los euros van a venir -esta vez sí- más bien de los aficionados. Por eso este Bell & Ross BR 03-92 Diver Bronze es una edición limitada a 999 piezas.

Hay que recordar también que el bronce no es un material estable, sino que va a ir evolucionando con el tiempo, con el uso y con las condiciones climáticas en las que se encuentre. Así, no envejece igual un bronce de ciudad que uno marino. Es decir, el bronce adquiere pátina, que no es sino la oxidación de la superficie, pero no oxida por debajo de esa capa. Eso es lo que le da su durabilidad. Pero recién creado siempre tiene su color característico; cómo vaya a evolucionar, es una incógnita. Por eso es un material arriesgado. El de la caja de este Bell & Ross BR 03-92 Diver es la variedad conocida como B8, que es el que se usa en la construcción de platillos y gongs. La unidad que vemos en estas fotos claramente ha sido envejecida. Y la verdad, tiene una vejez de lo más bella.

Las dos nuevas versiones conservan, claro, las medidas de su antecesor: la caja es de 42 mm de lado y es hermética hasta los 300 metros. Es decir, un señor reloj de buceo. A eso sin duda ayuda el fondo de la caja que es de 2,8 mm de grosor, y un cristal de zafiro -que por supuesto tiene tratamiento antirreflejos- que tiene 2,85 mm de grosor cuando lo habitual suele ser 1,5 mm. Pero, al contrario de muchos otros del mercado, el Bell & Ross BR 03-92 Diver es muy delgado, lo que le abre el abanico de uso a los de secano, algo que van a agradecer mucho aquellos que tengan el buen gusto de caer en la tentación de comprarlo. Y eso a pesar de tener encima de la caja un bisel giratorio unidireccional, porque es de escasa estatura. Por cierto que el bisel de la versión de bronce está grabado y pintado en negro, no relleno de aluminio. Eso aumenta su aspecto vintage y, en cierto modo, «steam-punk».

En la esfera hay también cambios estéticos. En la azul se han cambiado los acentos naranjas del original por el amarillo, que le da un aspecto aún más deportivo y vibrante. En lo demás no hay cambios, salvo el color de la ventana de fecha, que pasa al azul (¡gracias Bell & Ross por el detalle!). En la esfera del Bell & Ross BR 03-92 Diver Bronze sí hay más cambios. Sobre el negro sólo está el color bronce, que remarca los índices y las manecillas, así como la leyenda de hermeticidad. El resto es blanco para que no se sature. Pero hay un cambio importante que sólo se nota a oscuras: ahora también brilla la manecilla de las horas… pero sólo en la versión de bronce. En la versión azul sólo está pintada de amarillo, pero sin sustancia fosforescente. Según dice la marca, «Bajo el agua, los colores van desapareciendo, uno tras otro, debido a la pérdida de la intensidad de la luz. Por lo tanto, la aguja de las horas amarilla se borra paulatinamente para dar relevancia al minutero, cuya lectura resulta esencial para la seguridad del buzo». Yo sigo pensando que estaría mejor si las dos manecillas fueran luminiscentes porque la inmensa mayoría de estos relojes no van a bajar más allá de 5 metros en el mar, y sin embargo van a atravesar una noche cada 24 horas, así que ver la hora -toda la hora- en la oscuridad es importante.

Otra característica común es el motor del reloj, que vuelve a ser un Sellita SW-300 que se mueve a 4 hercios y tiene una reserva de marcha de 42 horas. La versión de bronce, al ser en edición limitada, tiene un fondo grabado muy chulo. Está hecho en acero, para evitar alergias.

El Bell & Ross BR 03-92 Diver se presenta con una correa de caucho azul o con una de piel envejecida en el modelo de bronce, que además lleva la hebilla también de bronce. Es una indicación más de por donde va el gusto estético del modelo: mucho menos técnico que el azul y más estilo retro. A tono con la escafandra grabada en el reverso.

No hace falta que diga que el reloj se lleva muy bien, porque ya se ve en las fotos que ilustran el artículo. Cada uno en su estilo, la verdad es que los dos Bell & Ross BR 03-92 Diver enamoran, una capacidad en la que Bell & Ross es experta. La versión azul cuesta lo mismo que costaba la negra, 3.300 euros, mientras que la versión de bronce cuesta 3.900 eurosHay más información en Bell&Ross.es.

 

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