Tras el bombazo que ha supuesto el anuncio de la marcha del Grupo Swatch de la feria de Basilea, la dirección de Baseworld -perteneciente al Grupo MCH- ha emitido un mensaje en el que anuncia los cambios que se llevarán a cabo para 2019. René Kamn, CEO de Baselworld, afirma en el comunicado que «lamentamos extraordinariamente la decisión del Grupo Swatch. La cancelación es aún más sorprendente para nosotros porque esta noticia nos llega en un momento en el que ha llegado una nueva dirección, con un nuevo espíritu y muchas ideas nuevas».
LOS CAMBIOS PARA BASELWORLD 2019
Michel Loris-Melikoff, el nuevo Director General desde el 1 de julio tras la dimisión de la anterior Directora, afirma que se van a presentar y desarrollar numerosos formatos e ideas nuevos, siempre teniendo en cuenta que toda la actividad se desarrollará en el Hall 1.
1.- Los relojeros independientes estarán presentes en el Hall 1.0 Sur, que el año pasado no se usó.
2.- El Hall 1.1 (es decir, la primera planta) acogerá lo que se ha llamado «The Loop«, un área donde se presentará una exhibición sobre el arte de la relojería.
3.- En la planta superior (Hall 1.2) se instala el «Show Plaza«, una pasarela con numerosas pantallas LED para presentaciones de las marcas de joyería. También se usará durante el Día de Prensa (un día antes del comienzo oficial de Baselworld) y una «cumbre de distribuidores«, que tendrá lugar por primera vez (aunque no se dice cómo será ni de qué se hablará).
COMIDA Y ALOJAMIENTO
Una de las quejas más continuadas, unánimes y aún así desoídas por la organización es la que tiene que ver con la comida y el alojamiento durante la feria de Baselworld. Los hoteles son escasos, malos y carísimos. Pare que sirva de referencia una habitación del Ibis Budget (la rama más básica de los hoteles Ibis) cuesta 200 euros ¡AL DÍA! En Madrid, en temporada alta, ese mismo tipo de Ibis cuesta… 50 euros. Basilea no está ni de lejos preparada para acoger una feria tan grande. Y no me refiero a cuando había 2.000 expositores. Es que ahora que sólo hay unos 650 expositores tampoco está preparada.
Más aún, la Organización de Baselworld y el consistorio de la ciudad han permitido el abuso de los establecimientos hoteleros y los restaurantes, que triplican sus precios sin ningún pudor cuando llega la feria sin que ellos hagan nada al respecto. La feria era una especie de cajero automático que les entregaba dinero a raudales mientras ellos, ayuntamiento, feria y hosteleros, despreciaban las quejas de todo el mundo La llegada de AirBnB supuso un alivio muy leve, porque los dueños de los pisos también se han aprovechado del deseo de acercarse de la gente que dormía fuera de Basilea (a menudo incluso a más de 100 kilómetros de la feria), así como de aquellos que pagaban precios de extorsión dentro de la ciudad.
¿Qué solución ofrece el MCH Group? Pues Loris-Melikoff anuncia «intensas discusiones» con los representantes de la industria hotelera y de restauración con el objetivo de crear y firmar una «Carta» (así lo llama la organización; una especie de Carta Magna) que garantice un «nivel de precios razonable» (sin una definición de a qué llaman razonable). Aquellos que la firmen serían recomendados por la organización. A decir verdad los precios ya han bajado un poquito en 2018 porque había menos afluencia, pero siguen siendo escandalosos.
Además se dice que la oferta de catering que había fuera del Hall se va a traer dentro. En primer lugar lo que hay fuera es claramente insuficiente para la demanda (las colas para pedir algo son eternas), y con unos precios que te extraña que la persona te vende la comida no lleve una media sobre la cabeza para que no la reconozcan. En segundo lugar, a mí me da igual pagar veinte euros por un perrito caliente y una Coca-Cola (también caliente, siguiendo la tradición suiza) dentro que pagarlo fuera. El problema no es el dónde, sino el cuánto y el qué. O se extiende la oferta y se moderan los precios o no se habrá solucionado nada. También va a haber un «exclusivo restaurante de tres estrellas». Justo lo que se necesita, ¿verdad? Sin duda interesante para que las marcas inviten a sus clientes preferentes, pero para tooodos los demás (empleados de las marcas, periodistas y visitantes) difícilmente supone un alivio.
LA SITUACIÓN DEL MCH GROUP
Al día siguiente del anuncio del Grupo Swatch y aunque al final se han recuperado algo, las acciones del MCH Group cayeron más de un 13%, según contó el periódico Agefi, Pero es que la caída es del 15% en las últimas 4 semanas, y un 40% desde el 1 de enero de 2018.
El Grupo MCH, autodenominado de «live marketing», tiene bajo su mando 40 ferias, incluidas Baselworld y Art Basel en Basel, Miami y Hong Kong, que son líderes en su segmento. También poseen (en su totalidad o en parte) ferias de menor entidad como Swissbau, Igeho, Swiss Motorbike o Comptoir Suisse. Además organizan numerosos eventos, congresos internacionales, conciertos y convenciones empresariales de todo tipo. Pero sin duda la estrella es Baselworld. De hecho cuando entras en su página web la imagen que la ilustra es precisamente de Baselworld. En ella el mayor contribuyente era el Grupo Swatch (unos 50 millones de euros), seguido de Rolex, Patek Philippe, el Grupo LVMH y Chopard.
La marcha del Grupo Swatch es un ejemplo de los problemas a los que se enfrenta el Grupo. Ciertamente la digitalización del mundo actual es uno de ellos, pero también ocurre que un mundo globalizado en el que puedes ir de un lado al otro del planeta en como máximo un día, las reuniones de directivos de un mismo grupo se producen varias veces al año. Así que en el caso que nos ocupa Baseworld ya no es un elemento agregador que sirve para unir al grupo y donde se toman decisiones corporativas importantes que deben ser comunicadas a las respectivas delegaciones. Ese trabajo ya está hecho cuando empieza la feria (y se sigue haciendo tras ella). Por eso el interés de las marcas por la feria decae.
El MCH Group tiene un valor de casi 245 millones de francos en la bolsa suiza y una situación financiera neta de 260 millones. Sin embargo su resultado operativo ha descendido desde 2016 de 89 hasta 61,5 millones de francos, y el BAIT (beneficios antes de impuestos y tasas) ha caído de 41,6 a 16,1 millones. Ha depreciado activos por valor de 102,5 millones de dólares en 2017. Es obvio que el valor de la empresa es atractivo, pero no menos cierto que se ciernen sombras sobre su futuro. No, peor aún, porque las sombras siempre tienen un borde definido y se puede ver más allá de ellas. Lo que se cierne de verdad son incertidumbres, y esas sí que no tienen una forma ni un fin claro. Y son las que hunden los valores de bolsa.
Lo mejor que puede hacer el Grupo es dejar de tratar a Baselworld como un spa para ricos de los que poder abusar, y empezar a tratar a sus clientes como se merecen. Y ojo, los clientes no son solo los expositores. También los periodistas y visitantes. Si no es así, si en la edición de 2019 no se nota un cambio profundo, es probable que veamos el hundimiento definitivo de la feria. Y, como ya dije, eso no sería nada bueno para la industria en su conjunto.