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El azul profundo del Breguet Classique 5177, esmaltado a fuego

Breguet Classique 5177

La manufactura de Breguet es clasicismo puro, búsqueda de la belleza relojera y equilibrio de los elementos, pero sin olvidarse de la máxima exigencia técnica. Es decir, es un fiel reflejo del trabajo de Abraham-Louis Breguet, el relojero más importante que ha habido. Ahora presenta el Breguet Classique 5177, que es un perfecto ejemplo del espíritu que anima a la maison.

UN POCO DE HISTORIA

 

 

Estoy seguro que cuando Hans Wilsdorf, el fundador de Rolex, llamó a su reloj Oyster Perpetual (porque era el primer reloj de muñeca automático con rotor de giro completo), tenía en la cabeza el Perpetuelle, el nombre de los relojes de bolsillo creados por Breguet  con carga automática. Otro Abraham-Louis, pero de apellido Perrelet, había inventado un reloj con una masa oscilante que cargaba el barrilete. Según la Sociedad para las Artes de Ginebra, se necesitaba caminar 15 minutos para que se cargara totalmente.

Ese reloj le llegó a Breguet, que comenzó a investigar en cómo mejorarlo. Y lo hizo: creó un diseño que incluía el rotor y un remontoire, que es un segundo muelle de transmisión de energía que se colocaba cerca del escape para transmitir mejor la fuerza y conseguir mayor precisión (y que a su vez se recargaba con el muelle real). Fue un sistema exitoso, pero de difícil fabricación.

Pero Breguet siguió evolucionando su sistema, y en 1780 vendió su primer Perpetuelle al duque de Orleans. Desde entonces y hasta aproximadamente 1810 vendió numerosos relojes Perpetuelle.

La esfera del Perpetuelle incluía la grafía creada por el propio Breguet, tan característica. También la forma de marcar los minutos -con asteriscos- y los múltiplos de 5 -con símbolos que representan la flor de lis-. Y por supuesto la forma de las manecillas, también creadas por Breguet. Todos estos elementos se han incorporado en los relojes Breguet actuales.

A FUEGO LENTO

El Breguet Classique 5177 presenta por primera vez un esmalte a fuego (o «Grand Feu», en francés) azul. Es esta una de las técnicas tradicionales de la relojería y de las más apreciadas, porque el color resultante no se ve afectado por el paso del tiempo; al contrario que el lacado tradicional, que puede amarillear con el tiempo. El esmalte Grand Feu es una técnica muy delicada y que consume gran cantidad de tiempo, tal como expliqué en detalle en el reportaje sobre mi visita a la manufactura de Ulysse Nardin.

Ya había un Classique 5177 con esmalte Grand Feu y misma estructura de esfera (horas y minutos, segundero central y fecha), pero era en blanco. La verdad es que este azul es espectacular. Una pena que se haya incluido la ventana de fecha porque rompe la pureza de la esfera, pero no es menos cierto que los numerales están tan bien usados que el agravio es menor.

La esfera se aloja en una caja de 38 mm de diámetro, fabricada en oro y con todas las características de Breguet: el bisel recogido, el acanalado de la carrura y las asas rectas. Las manecillas están rodiadas para que hagan mejor contraste y, entre el tornillo central de las manecillas y las 6 horas, se encuentra la firma secreta de Breguet.

CALIBRE 777Q

El calibre 777Q es un viejo conocido de la casa. Un motor que lleva años sirviendo fielmente a unos 20 relojes Breguet. Aunque sólo tiene una modesta reserva de marcha de 55 horas, se mueve a una frecuencia de 4 hercios y está dotado de áncora, escape y espiral de silicio. Y está regulado en 6 posiciones para garantizar la cronometría. Está decorado con Côtes de Genève en los puentes, perlado en la platina, cantos biselados y masa oscilante de oro de 18 quilates con decoración guilloché realizada a mano.

Todavía no se sabe cuándo estará disponible este Breguet Classique 5177, pero sí se sabe su precio: 23.100 francos suizos que, traducido en euros, significa aproximadamente 20.300 euros. Ojalá pueda verlo en vivo pronto. Más información en Breguet.es.

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