El crecimiento de las exportaciones de relojes suizos en marzo fue del 4,4% hasta alcanzar los 1.700 millones de francos suizos. Por tanto el primer cuarto del año ha superado la marca de los 5.000 millones de francos, lo que supone un incremento del 2,9% sobre el período Enero-Junio de 2018. Pero hay algunas señales que no invitan a un abierto optimismo.
Hay dos valores contrapuestos: las exportaciones de relojes suizos en cuanto a unidades ha sido negativo: se han exportado 1,6 millones de relojes, lo que significa una caída del 18,8%, que se traducen en casi 800.000 unidades menos. Sin embargo, el valor de las exportaciones ha crecido un 4,4% hasta los 1.741,6 millones de francos suizos.
Esta aparente disparidad se explica por la distribución de los materiales más vendidos. Los relojes en metales preciosos y los bicolor (oro y acero) crecieron un 8,7% y un 11,4% respectivamente (en unidades), mientras que los relojes de acero cayeron un 12,2%. Esto no es en sí ni bueno ni malo. Es más, podría ser hasta positivo: no tengo que vender tantas unidades para conseguir un mejor resultado. Sin embargo esta es una industria de volumen, y el volumen lo dan los relojes de acero.
El dato explica el siguiente gráfico:
Los relojes de menos de 200 euros siguen teniendo caídas brutales (30%). Aunque es un dato dramático, es tan habitual que ya ni sorprende. Pero el verdadero mal dato es que los relojes entre 500 y 3.000 euros caen en unidades y en margen, y es ahí donde tradicionalmente se apoyan las exportaciones de relojes suizos, y por ende el grueso de las marcas. Si la tendencia se consolida podría poner en aprietos a unas cuantas empresas.
Pero lo peor de todo es el cuadro general: las cosas van bien (ya quisieran muchas empresas tener un crecimiento como el que aquí vemos), sobre todo comparado con años anteriores. Pero lo cierto es que las exportaciones de relojes suizos han estado cayendo de manera constante desde agosto.
No es cuestión de ser catastrofistas y decir que el vaso está vacío porque claramente hay agua, pero parece que la tasa de relleno no compensa la de evaporación.
De hecho ya hay rumores de que la industria asociada (aquellos que fabrican piezas, cajas, los que las ensamblan, etc.) está comenzando a reducir horas de trabajo o directamente despidiendo personal. Esto hace que las marcas no se vean afectadas en su propio número de empleados, pero no es desde luego una buena señal. Y el agua que se enturbia en lo alto de la montaña siempre llega al valle. Si a eso le unimos el panorama de Baselworld 2019 (del que hablé profusamente en este vídeo), quizá es que haya problemas más profundos que haya que solucionar. Ojalá esté equivocado.
Los datos corresponden a los publicados por la Federación de la Industria Relojera de Suiza en su web.