Cuando presenté mi resumen en vídeo de Baselworld 2019, dije que uno de los relojes que más me había gustado era este De Bethune DB28 Yellow Tones. Si hay algo que distingue a los relojes De Bethune es el uso de un grado particular de azul, conseguido a base de una titanio calentado con maestría hasta conseguir un tono que distingue a la marca. Para saber a qué me refiero sólo hay que ver las fotos en vivo del DB 25L Milky Way, por ejemplo.
Pero cuando estuvimos visitando a De Bethune en la feria nos comentaron que ahora el azul está en todas partes (y es verdad, qué marca no tiene esferas azules), hasta el punto de que el mercado está saturado y ahora ellos tienen que explicar algo que no debieran porque está en su esencia.
Así que a la hora de enfrentarse a nueva creación se plantearon qué hacer. Y cuando uno se acerca a este De Bethune DB28 Yellow Tones se cree que tiene enfrente un reloj de un oro raro, o de un bronze en el que algo no te cuadra. Pero cuando lo tomas en la mano te sorprende su ligereza, lo que te hace pensar que eso tiene que ser algún tipo de titanio.
Y así es: la caja, de 42,6 mm de diámetro y sólo 9,30 mm de altura, esta realizada en un titanio al que también se le somete a una oxidación térmica, pero de un modo menos agresivo de manera que el color sea el natural del titanio. La casa lo llama un «dorado de ámbar y llama», que es una de las definiciones más poéticas y renacentistas que yo he oído en mucho tiempo.
La esfera es otro festín de tonalidades doradas, salvo en lo que corresponde a los índices, en titanio pulido, y el bisel en el que se alojan, de titanio con graneado circular. La fase lunar está enmarcada por un aro de titanio marrón y la luna, tan característica de la casa, tiene media esfera realizada en paladio pulido y la otra de acero calentado hasta volverlo marrón.
La parte central la ocupa la tradicional flecha de De Bethune con dos texturas, una pulida a espejo y otra con Côtes de Genève. La parte inferior está abierta para dejar a la vista el volante de titanio, que a su vez aloja un espiral de silicio con terminal plano, patentado por la marca.
También permite ver los dos barriletes -a diferente altura- que se autorregulan mediante un sistema también patentado por la marca. La energía que transmiten dura 6 días.
Forman parte del calibre DB2115V4, por supuesto de manufactura, que consta de 275 piezas. No puedo mostrar una foto del movimiento porque en el momento en que lo vi no estaba acabado y me pidieron que no lo hiciera. Pero sí puedo decir que cada pieza de titanio también ha sido sometida al mismo proceso de oxidación. Y por supuesto todos los acabados están realizados a mano.
Aunque el De Bethune DB28 Yellow Tones no es en absoluto grande, sí que da sensación de mayor tamaño, seguramente por su pronunciada corona a las 12 horas. Pero es extremadamente cómodo de llevar, gracias al sistema de asas flexibles desarrollado por De Bethune, que basculan hacia abajo cuando se necesita.
Ello hace que se adapte perfectamente a la muñeca. Las asas también son de titanio tratado, pero tienen un color más marrón para contrastar mejor con la carrura. Además están acabadas en forma de bala, como era lo habitual hace años.
La correa de aligátor es también particularmente flexible, lo que acaba por redondear un conjunto singular y muy agradable en la muñeca. El reloj tiene un precio de 95.000 francos suizos, que al cambio de hoy son unos 84.000 euros. Un precio al alcance de pocos, pero con el que soñamos muchos. Más información en DeBethune.com.