Baume & Mercier lleva años dominado por el poderío del Clifton. Sólo hace falta visitar la página dedicada a la marca en Horas y Minutos para darse cuenta de este hecho. Salvo la aparición esporádica de los Shelby Cobra, que tenían la caja Capeland (ahora ya desaparecida), todo lo que hemos visto de B&M ha sido Clifton. Y con razón, porque es un producto muy bien desarrollado, atractivo y versátil. La colección Classima es muy anterior a los Clifton, pero en estos años se ha visto arrinconada en la habitación de los relojes de corte muy clásico (de ahí el uso de los numerales romanos) y, en la gran mayoría de sus modelos, con un diseño bastante impersonal. Hay un segmento del mercado que demanda este tipo de relojes y a menudo son la base sobre la que se alzan los resultados positivos de las marcas, y por eso siguen ahí. Pero no dicen mucho, relojeramente hablando.
Por eso ha sido una sorpresa ver cómo este año la colección se ha visto refrescada con tres nuevos modelos de esfera azul: un tres agujas y fecha con fases lunares, un GMT y el que nos ocupa, que es el más interesante: el Baume & Mercier Classima Cronógrafo y Calendario Completo.
Idealmente todo el mundo deberíamos tener una colección de relojes que abarcara los diferentes momentos de la vida, e incluso los diferentes estados de ánimo por los que pasamos. La realidad es que esto no es así, y el ciudadano medio tiene un reloj, como mucho dos (el segundo mucho más barato, para batalla). Por eso al ir a comprarnos el reloj «bueno» lo que buscamos es maximizar ese dinero que tanto nos cuesta ganar porque suele ser un desembolso notable.
Los datos que más consultamos a lo largo del día no es Instagram, sino la hora y la fecha. Y en relojería la complicación más buscada (después de la fecha) es el cronógrafo, porque los relojes de cuarzo lo hicieron barato y ubicuo. Pues este Baume & Mercier Classima Cronógrafo y Calendario Completo te da todo eso, y más: es un calendario completo, lo que quiere decir que hay que cambiar la fecha manualmente en los meses que no tienen 31 días. Por supuesto además de la fecha señala el día de la semana y el mes.
Pero además añade una fase lunar y un indicador de 24 horas en la subesfera de la 9 horas. La fase lunar sólo muestra la Luna -con una superficie con textura- lo que es una buena idea para no saturar el conjunto. En cuanto al cronógrafo tiene los registros habituales: una trotadora central, un contador de 30 minutos a las 12 y uno de 12 horas bordeando la fase lunar. El pequeño segundero se superpone al indicador de 24 horas.
La esfera presenta diferentes texturas para remarcar bien una información abundante pero clara. Mientras que el borde exterior con los días del mes está cepillado, el sector sobre el que se han aplicado los índices horarios tiene una discreta decoración circular que remarca aún más el motivo de semilla de cebada del centro de la esfera. Los patrones satinados y circulares se repiten en los tres registros.
Toda la esfera es azul, lo que hace que a veces la legibilidad no sea todo lo inmediata que nos gustaría. Esto es un riesgo asumido por la marca al elegir las manecillas de hoja, pero lo que pierde por el contraste del plateado de las agujas sobre el azul de la esfera lo gana en elegancia. El tradicional acabado en media luna roja de la manecilla de la fecha le da un punto de contraste que le sienta muy bien.
El conjunto se aloja en una caja de acero de 42 mm de diámetro y 13,25 mm de altura completamente pulida, interrumpida a las 10 horas por el pulsador para corregir el día de la semana. El resto de las correcciones se hacen mediante la corona. Todo el conjunto hay que agradecerlo al calibre Eta Valjoux 7751, una variación del mítico 7750 que como mínimo debería dar nombre a una calle de Suiza por todo lo que ha aportado a lo largo de su ya larguísima vida. Un caballo de batalla que garantiza un funcionamiento sin problemas que seguro que se va a prolongar más allá de la vida del dueño. Por si alguien todavía no lo sabe, es un calibre automático que se mueve a 4 hercios y tiene una reserva de marcha de 48 horas, dependiendo de cuánto se use el crono. El rotor del calibre está decorado con Côtes de Genève y el logotipo de la marca, mientras los puentes se han decorado con un perlado circular. El conjunto es visible a través de un cristal que es de zafiro, como el frontal. El conjunto es hermético hasta los 50 metros.
El Baume & Mercier Classima Cronógrafo y Calendario Completo se entrega con una correa de aligátor negra (¿quizá mejor en azul?) que se ajusta a la muñeca mediante una triple hebilla de seguridad desplegable y ajustable. Tiene un precio de 4.100 euros, que está muy bien un reloj muy completo, bien hecho y que cumple como reloj único sin problemas. Más información en Baume&Mercier.es.