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A. Lange & Söhne Richard Lange Jumping Seconds. Fotos en vivo y precio

Así queda el A. Lange & Söhne Richard Lange Jumping Seconds puesto

El Richard Lange Jumping Seconds de A. Lange & Söhne con esfera negra es una mezcla perfecta de estética tradicional y porte contemporáneo, algo en lo que la casa sajona es auténtica maestra. La colección Richard Lange se llama así en homenaje a uno de los herederos de la pasión de Adolph Ferdinand Lange y, con el permiso del fundador, el más prestigioso. Richard Lange fue un relojero y científico con numerosos descubrimientos y patentes, entre las que destaca su patente de 1930 según la cual, añadiendo un poco de berilio en la mezcla del material con que se construía el espiral, se mejoraba notablemente su precisión.

De ahí que la familia de relojes Richard Lange tenga dos premisas: legibilidad y precisión. Son en realidad un homenaje a los relojes de observación, esos modelos muy exactos que se utilizaban como complemento de los cronómetros marinos y como referencia con la que ajustar los demás relojes.

INSPIRACIÓN HISTÓRICA

La esfera del Richard Lange Jumping Seconds da preferencia a los segundos, como los relojes de observatorio. La esfera del segundero ocupa tres cuartas partes de la esfera y está delimitada por una minutería de ferrocarril, señalada por una elegante manecilla con la forma habitual en Lange. Las horas y minutos están dividas en un a modo de diagramas de Venn que se entrecruzan con el de los segundos. A la izquierda están las horas, señaladas con numerales romanos -como siempre en los Richard Lange- y la derecha los minutos. En la intersección de los dos registros horarios se abre una ventana con un indicador de que la reserva de marcha ha llegado a las últimas 10 horas de las 42 disponibles. Y lo hace en rojo, como los cuartos de los minutos. El color es el justo para que la esfera vibre, pero sin perder su sobriedad y arrebatadora elegancia.

La representación de las unidades de tiempo con tres indicaciones superpuestas entre sí se remonta al astrónomo y relojero de Dresde Johann Heinrich Seyffert. Su famoso cronómetro de bolsillo nº 93 de 1807 fue el primer reloj con tal disposición.

Aunque la inspiración es evidente -por buscada-, el reloj en ningún momento muestra su centenaria fuente, salvo en su belleza y elegancia. Aunque el Richard Lange Jumping Seconds fue presentrado originalmente en 2016 en edición limitada de platino y un año después en oro rojo, yo creo que es esta versión de oro blanco y esfera negra de plata maciza la más bella de todas.

SEGUNDOS MUERTOS

Los segundos son saltantes o segundos muertos, una rara complicación -rara por lo poco habitual- que hace que el segundero sólo salte una vez cada segundo, en vez de las 6 que sería lo habitual en un calibre como el L094.1, que se mueve a 21.600 alternancias a la hora. Se podría decir que el relojero impide el funcionamiento habitual del reloj para conseguir una mayor precisión en la marcación de cada segundo.

Los primeros relojes de bolsillo con estas complicaciones datan de finales del siglo XVIII. Como precursores del cronógrafo se utilizaron para medir tiempos en los que contaba hasta el último segundo. Ayudaron a los marineros en la navegación, los astrónomos los utilizaron para determinar los tránsitos de las estrellas y los médicos medían con ellos el pulso.

El primer concepto de un reloj con segundos muertos está atribuido a Ferdinand Adolph Lange, en 1867. En su diseño el mecanismo de los segundos estaba ubicado entre las pletinas. Diez años después el tren de ruedas del segundero se colocó por encima de la platina de tres cuartos. Los hijos de Lange, Richard y Emil presentaron una patente para esta mejora, que permitía extraer el mecanismo de los segundos sin tener que desmontar el movimiento.

Al igual que en el mecanismo histórico, una palanca y una estrella son los elementos que controlan el salto del segundo. Es decir, la conversión de las seis semioscilaciones en un único salto. Junto con el volante, la estrella de cinco puntas -localizada sobre el eje del volante- rota sobre su propio eje una vez cada cinco segundos. Tras cada segundo, una de las puntas de la estrella libera el brazo tensionado de la palanca. Esta gira rápidamente 360 grados antes de ser detenida por la siguiente punta de la estrella. Esta rotación se transmite al segundero central a través del segundo tren de engranajes, que hace avanzar la manecilla al siguiente marcador. Se puede ver bien en el vídeo de la marca:

ZERO RESET Y FUERZA CONSTANTE

Pero el calibre L094.1 incluye además dos joyas más: al sacar la corona, el mecanismo patentado ZERO-RESET para el volante excéntrico, gira el segundero hasta la posición de cero – como en un cronógrafo – y facilita así el ajuste de la hora. Para ello es necesario interrumpir latransmisión de la fuerza desde el mecanismo de reajuste de la tensión hacia el rodaje. Esto se produce mediante un acoplamiento multidisco de desarrollo propio. Mantiene el segundero fijo en su posición durante el salto de avance y hace que la transmisión de la fuerza se interrumpa y se vuelva a abrir con toda fiabilidad.

Y, como estamos hablando de absoluta precisión, se ha dotado al calibre con un mecanismo de fuerza constante, lo que significa que la fuerza transmitida del barrilete al volante es siempre la misma a lo largo de toda la reserva de marcha. De esta manera se garantiza un funcionamiento igual de exacto, siempre. Y, como no puede ser de otra forma en Lange, con unos acabados del movimiento hechos a mano insuperables: el puente de alpaca natural está decorado con un pulido de nervaduras Glashütte, el puente del volante está grabado a mano, lleva ocho engastes de oro atornillados y las superficies están minuciosamente acabadas con esmerilados y pulidos.

CAJA Y CORREA

Como he dicho antes, el Richard Lange Jumping Seconds de 2019 es una edición creada en oro blanco. Al contrario de las dos anteriores, esta no está limitada (salvo la propia limitación de su construcción manual). La caja mide 39,9 mm de diámetro y sólo 10,6 mm de altura, lo que lo hace un reloj perfecto para llevar en cualquier ocasión y cualquier ropa… y llamar la atención de quien lo aviste.

El reloj se complementa con una correa negra de aligátor con pespuntes cosidos a mano. La hebilla es también de oro blanco. El precio de tarifa del Richard Lange Jumping Seconds es de 71.000 euros (incluidos impuestos). Como es una tarifa alemana puede que el precio varíe algo en otros países. Hay más información en Lange.com.

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