Hacía tiempo que no sabíamos nada de los Frederique Constant Slimline Perpetual Calendar Manufacture, quizá el mayor logro -junto con el cronógrafo- de la manufactura que tiene como misión hacer asequible la alta relojería. En 2016 Frederique Constant sorprendió a todos al presentar una de las altas complicaciones, el calendario perpetuo, con un calibre de manufactura y un precio muy inferior a los 10.000 euros. No sólo era muy inferior, sino que también era muy lejano a los precios que habitualmente se piden por estos relojes. Los modelos iniciales los vimos con fotos en vivo.
Su objetivo principal era crear un reloj con un tamaño contemporáneo en el que las subesferas estuviesen alejadas del centro sin que el diseño del conjunto perdiese su armonía global. Así, la caja tiene 42 mm de diámetro, una medida insualmente grande para este tipo de relojes. El material usado es el acero, aunque hay también una versión chapada en oro rosa.
La distribución de las subesferas del Frederique Constant Slimline Perpetual Calendar Manufacture es la tradicional: el registro a las doce marca los meses y el ciclo de 4 años que culmina en el año bisiesto. A la derecha se encuentra la fecha y a la izquierda el día de la semana. Por último, a las 6 nos encontramos con la ventana de fase lunar. Por debajo de ella el nombre de la marca. Creo que el conjunto hubiera estado mejor con 40 mm porque la fase lunar queda un tanto alejada de las 6 horas, ya que es sólo un semicírculo. Pero es una apreciación personal que en nada desmerece el la oferta del reloj.
Todas las complicaciones se pueden ajustar fácilmente mediante correctores. Una vez ajustados, este mecanismo altamente sofisticado tendrá en cuenta los meses con 30 y 31 días, los días 28 de febrero y también el ciclo de años bisiestos, con el 29 de febrero cada cuatro años. Normalmente, este modelo no requiere ninguna corrección manual hasta dentro de 400 años, pero dado que existe una excepción en el calendario gregoriano, habría que ajustarlo el 1 de marzo de 2100, que no es bisiesto.
El calibre del Frederique Constant Slimline Perpetual Calendar Manufacture sigue siendo el FC-775, por supuesto. No es de extrañar que la casa esté tan orgullosa de él, porque es realmente un logro encomiable para la que -cuando lo sacó- era entonces una pequeña empresa independiente (ahora pertenece a Citizen).
El calibre, que además es automático, se mueve a 4 hercios y tiene una escasa reserva de marcha de 38 horas (pero es automático, lo que ayuda a que siempre esté cargado). Además exhibe, a través del zafiro posterior, una más que aceptable decoración con perlado y Côtes de Genève circular.
La verdad es que no se puede pedir más por el precio: 7.995 euros la versión de acero y 8.250 euros la versión chapada en oro. No se puede encontrar un calendario perpetuo por ese precio, así que es una excelente opción. Hay más información en Frederique-Constant.com.