Es ya doloroso ver cómo la segunda feria más importante del mundo se encuentra, si no en caída libre, en una más que pronunciada pendiente a la que cada vez le quedan menos agarraderas a las que asirse. Y no para volver a subir, sino para no estrellarse definitivamente. Hace unos día se ha anunciado que también Casio abandona Baselworld 2020, y por motivos que nos suenan conocidos.
El pasado noviembre Seiko y Grand Seiko anunciaban su abandono de la feria. Parecería que, como no son empresas suizas que además no están en la planta principal , no es tan importante. Pero la realidad es que Seiko atrae a una gran cantidad de visitantes, y además el espacio que ocupa no es precisamente pequeño, por lo que su contribución monetaria ha de ser notable.
La empresa japonesa alegó que el nuevo Baselworld no sólo era demasiado tarde para presentar sus novedades (y recordemos que el año que viene es el 60 aniversario de Grand Seiko), sino que además coincide con la llamada Semana Dorada, que es el período vacacional más importante de Japón. Esa coincidencia hacía temer a la manufactura que el número de visitantes de sus país decreciera sensiblemente.
Esa misma razón ha esgrimido Casio para retirarse de la feria: es demasiado tarde para presentar sus productos, y además la feria coincide con el período vacacional nipón. Pero no me cabe duda de que en el fondo hay también otros motivos: la marcha de Seiko supone dejar un enorme hueco en el primer piso del salón principal, ya de por sí bastante desangelado con las salidas de otras marcas que sí estaban en ediciones anteriores.
Los stands de Seiko y de Casio son muy grandes, y estar relegados a una planta con mucho menos tráfico se antoja injusto si lo comparamos con la cantidad de dinero que les debe costar estar en la feria, dinero que pueden emplear de manera más efectiva organizando sus propios eventos. Que es la solución que han tomado otras marcas con resultados excelentes, a decir de las mismas.
Esta es la planta en la que estaban Seiko y Casio:
Como se puede ver, las dos marcas estaban rodeadas de marcas que ni de lejos se equiparan con el peso relojero que tienen (salvo el grupo Citizen), y el agujero que ahora dejan es más que notable. Nomos sigue en 2020 (según me dijeron, pero a lo mejor cambia su decisión en el futuro cercano), pero es más que probable que para 2021 se vaya a Watches and Wonders (el hasta ahora llamado SIHH). Citizen también ha confirmado su presencia, pero no sé qué van a pensar cuando vean que están relegados al fondo de lo que por ahora va a parecer un solar.
Y recordemos que Citizen no es sólo Citizen, sino que también tiene Bulova, Arnold & Son y Miyota, además de Frederique Constant y Alpina, que están en la planta baja. Imaginemos que Citizen también tira la toalla, que no sería de extrañar visto el panorama.
Además las tres marcas relojeras exponen en Inhorgenta, la feria que tiene lugar en Munich. Si bien Seiko por ahora sólo va con las marcas Pulsar y Lorus, no sería de extrañar que ampliara su oferta por lo menos a Seiko, ya que Inhorgenta se celebra en febrero, un mes perfecto para presentar novedades. Mejor aún que marzo, que era el mes tradicional de Baselworld. Y además Munich sí tiene una estructura hotelera suficiente para recibir miles de visitantes, lo que lo hace muy atractiva para todo el mundo.
Quienquiera que sugiriera trasladar las ferias de Ginebra y Baselworld a finales de abril y mayo, se ha cubierto de gloria. No me extrañaría que Watches and Wonders se vuelva corriendo a enero en 2021, dejando a su suerte a Baselworld. Como se suele decir, qué mal todo.