Las marcas que compiten en el segmento bajo o medio-bajo del mercado no pescan clientes con mosca, como hacen las marcas exclusivas. No pueden esperar a que llegue ese cliente singular que se sienta atraído por un modelo y esté dispuesto a pagar lo que sea necesario para tenerlo. Marcas como Certina pescan con redes de arrastre: lanzan muchos modelos -o variaciones del mismo modelo- con la esperanza de alcanzar una gran cantidad de clientes, de manera que el volumen sustituya los menores márgenes (en dinero constante, me refiero. Creo que en porcentaje no hay mucha variación).
A veces, no se sabe muy bien por qué, uno de esos modelos se vende particularmente bien. Ya sabemos que uno de los grandes éxitos de Certina fue (y es) el DS PH200M que vimos en vídeo. Pero ese es un reloj único, no parte de una colección. El DS-1 Powermatic 80 Special Edition pertenece a un grupo de relojes que se llama igual, pero sin Edición Especial. Hay 8 modelos distintos, y seguro que la colección seguirá creciendo. Éste, sin embargo ha tenido mucho éxito por dos motivos: uno, la inclusión de una correa adicional. Dos, por la acertada presencia de la esfera. Si a eso se añade un calibre estupendo y un precio más que justo, estamos ante un éxito de la marca.
El Certina DS-1 Powermatic 80 Special Edition tiene una caja de 40 mm de diámetro. Si de por sí esa medida es casi universal, la longitud de punta a punta de 47,3 mm y la altura de 11,3 mm lo hace aún más fácil de llevar. Está fabricada en el clásico acero 316L, cepillado por todas partes menos por la parte superior de las asas. Como el bisel es tan delgado, la esfera se ve aún mayor de lo que es.
El cristal es de zafiro, pero con la forma abovedada clásica de los relojes antiguos, pero sin el problema de las ralladuras. Como Certina DS-1 Powermatic 80 Special Edition se lanzó para el 60 aniversario del DS-1 (como el Big Date que vimos en vídeo), el reloj tiene una corona grande y sin protectores. La hermeticidad es de 100 metros, que no está nada mal.
La esfera está también curvada en los bordes, como los relojes de antaño, con una decoración plateada en rayos de sol, sencilla y elegante. Los índices están facetados lo que favorece el contraste y la lectura.
Pero lo que destaca son las manecillas azuladas. Las de horas y minutos so dauphine y también están facetadas para que el contraste sea correcto. El conjunto es tan acertado y da tan buen resultado que le puedes poner cualquier correa que quieras, o llevarlo en cualquier ambiente que quieras, y siempre funciona.
Y por supuesto está el calibre Powermatic 80 del que tanto hemos hablado. Un movimiento automático que late a 3 hercios y tiene una reserva de marcha de 80 horas. Además el espiral es de Nivachrom, lo que significa que no le afectan los campos magnéticos.
Es una configuración que da una verdadera ventaja competitiva al Grupo Swatch sobre su competidor Sellita, con unas prestaciones ya anticuadas (aunque, como son copias de los ETAs, sigan siendo duraderos y precisos).
Por último, el Certina DS-1 Powermatic 80 Special Edition se entrega con una correa vintage color moka con pespuntes y con una milanesa. Ambas le sientan muy bien, y además tienen el sistema de cambio rápidos, lo que convierte en un juego de niños cambiar la apariencia del reloj. El precio es de 745 euros, y a mí me parece muy buena compra. Hay más información en Certina.es.