Swatch fue la marca que devolvió a la vida a la industria relojera suiza entre el público general. Ya sabemos que fue Blancapain quien, tras la debacle ocasionada por la llegada del cuarzo y la invasión de relojes baratos provenientes de Japón, le mostró a la alta relojería cuál era el camino correcto (como conté en mi visita a la manufactura). Pero fue Swatch quien supo contrarrestar ese reloj barato con una oferta insuperable: relojes casi de usar y tirar que cambiaban casi cada mes y que creó un ejército de usuarios fieles que los coleccionaban. Un modelo de negocio que en el mundo de la ropa ha repetido Zara, y ya sabemos lo bien que le va.
Obviamente ahora no son los 80, y hace mucho tiempo que los relojes de Swatch han perdido esa posición de liderazgo y admiración (y ventas). Las nuevas generaciones se sienten más atraídas por los smartwatch que por relojes simples de cuarzo, en los que compiten por precio y ofrecen aquello con lo que han crecido y que resulta el mínimo imprescindible para ellos, que es el teléfono inteligente. O, peor aún, simplemente no llevan reloj. Sin embargo Swatch sigue con la misma política de renovación constante de la gama, aprovechándose de una producción en cadena muy ajustada, en la que trabaja con tres tamaños de caja: 34 y 41 mm para los relojes de cuarzo, y 42 mm para los Swatch Sistem51 mecánicos. La inmensa mayoría de plástico, aunque también algunos modelos en acero. Pero la marca no deja de investigar para aumentar su base de clientes.
En 2013 Swatch impresionó al mundo lanzando un reloj mecánico producido en serie y «a precio de un Swatch» (porque la marca es también una categoría). Un calibre con 51 piezas y una sorprendente reserva de marcha de 90 horas. Su apuesta fue tan importante que incluso abrió tiendas dedicadas al reloj (tal como expuse aquí). Después, en 2016, lanzó los Swatch Sistem51 Irony, que pudimos ver en vivo aquí y que, como su nombre dejaba intuir, estaban hechos en acero.
Ahora da un paso más en su búsqueda de conectar con la gente joven y su manera de pensar, y lanza los Swatch Sistem51 Ecológicos.
A decir del fabricante, los nuevos relojes se fabrican exclusivamente con materiales procedentes de la naturaleza. En concreto están extraídos de las semillas de ricino. Esto no es algo nuevo porque ya se usa el extracto de ricino para formar polímeros que sustituyen a otros plásticos no reciclables, aparte de su uso en la industria cosmética. Pero desde luego es la primera vez que se utiliza en relojería, en lo que yo sé. Ocurre que el ricino también es un potente veneno, así que usando estas semillas en la industria -que crecen fácilmente en climas subtropicales- no estás detrayéndolas de otros usos, lo que abunda en la idea de ser reciclable y sostenible.
Así que, en el caso de estos Swatch Sistem51, en la caja y en la correa se ha sustituido el plástico. La apariencia es la misma, lo que no sé si favorece porque el reloj sigue pareciendo «de plástico». Se han lanzado en las medidas antes mencionadas de 34 y 41, pero al ser de cuarzo contradice el espíritu de la idea original porque siguen manteniendo el circuito electrónico y, sobre todo, la pila. Estos que vemos aquí son mecánicos, así que ese problema está solucionado.
La caja sigue siendo de 42 mm por 13 de altura y 50 de largo, lo que quiere decir que el reloj tiene presencia en la muñeca. Mantiene los 30 metros de estanqueidad, pero por supuesto no tiene corona roscada. Las esferas pueden ser negro zaíno o azul, con los índices horarios horadados para mostrar colores. En la versión negra sólo azul y gris, mientras que la azul tiene mayor variación. Es, desde luego, mucho más alegre. Las manecillas tienen un leve toque de Super-LumiNova, pero no dura más allá de un par de horas a lo sumo.
La trasera de estos Swatch Sistem51, como siempre, deja a la vista un calibre que lleva una leyenda distinta en cada reloj, escrita en el rotor periférico. Son el verdadero toque de color de los relojes, y lo que más nos recuerda a los Swatch de los 80.
Entiendo que irán saliendo más modelos. Por ahora estos dos están ya disponibles, con un precio de 145 euros. Para completar el conjunto, las cajas de los Swatch Sistem51 ecológicos están fabricadas también en materiales reciclables. Más información en Swatch.es.
