Los que leen Horas y Minutos no les queda más remedio que aguantar mis filias y mis fobias, y ya saben de mi devoción por Mr. Jones Watches. La marca inglesa ha sabido conectar con la gente joven (y no tanto, pero sobre todo) de la misma manera que lo hizo Swatch cuando apareció en los ochenta. No a la misma escala, por supuesto, pero el mérito de Mr. Jones está en que lo hace en un momento en que los relojes están desapareciendo de las muñecas jóvenes; o son relojes inteligentes, que te ofrecen en una sola pantalla digital todas las pantallas que antes sólo era analógicas (y sólo una por reloj, claro).
Y para ello se basa en diseños únicos, a menudo realizado por artistas que, en sus disciplinas, sí conectan con las nuevas generaciones; por eso, cuando trasladan su arte a los relojes, vuelven a tener éxito. Como digo, lo que hacía Swatch -aunque todavía tira de colaboraciones- pero Swatch insiste en ofrecer sólo (o prácticamente) relojes de plástico barato, mientras que Mr. Jones ofrece un producto de mayor calidad (cuando menos percibida).
En julio de 2019 Mr. Jones lanzó A Perfectly Useless Afternoon, diseñado por el ilustrador Kristof Davos. El reloj trasladaba la imagen de una tarde perezosa, de esas que no te apetece moverte. El reloj se vendió a toda velocidad. Unos meses después, en octubre, lanzó A perfectly Useless Morning, una continuación que, en mi opinión, mejoraba la primera edición porque tenía una esfera más cálida y cercana. El éxito fue tal que, anunciado por la mañana, cuando fui a publicarlo por la tarde ya se había agotado. Es esta:
Ahora Mr. Jones lanza una variación sobre el tema, pero lo convierte en reloj permanente. En mi opinión es demasiado parecido a la edición limitada, lo que seguramente no les habrá gustado a sus compradores. Pero, también es verdad, aquí no estamos hablando de coleccionar alta relojería, y quienes se compran este reloj no están pensando en la exclusividad -o no como solemos entenderla- sino la pura satisfacción personal de tener un reloj distinto y bonito.
Los datos básicos son los mismos: la caja es de 37 mm, fabricada en acero y pavonada en negro. Se mueve con un motor de cuarzo, no mecánico. A los más relojeros nos hubiera gustado más un calibre mecánico -especialmente porque no hay segundero-, pero eso no es lo que va a buscar quien lo compre, creo.
La esfera es básicamente la misma: la imagen de un claro de bosque desde arriba sobre el caen hojas. La diferencia está en que el personaje central no es un humano tumbado, sino un zorro (que es lo que significa el apellido del diseñador, Davos). Sobre él, la hoja que pasa por encima de los troncos marca las horas, mientras que el ave marca los minutos. A falta de vídeo, se puede ver el funcionamiento en la versión anterior:
En mi opinión, aunque la esfera es más cálida que la versión limitada que lanzó Mr. Jones, le falta ese pelín de cercanía que le da una figura humana. Pero claro, eso es para los que conocimos esa versión. Los que lleguen por primera vez al reloj sólo sabrán de esta versión actual, y seguro que les encanta.
El reloj también se entrega con una correa de cuero negra, y su precio es de 175 libras o 245 dólares, o de 195 euros. El reloj ya está disponible en la tienda online de Mr. Jones y, como decía, no es numerada. Más información en Mr.Jones.com.