Con la aparición de la versión con cronógrafo (que vimos en vivo aquí), la introducción en el mercado de este Bell & Ross BR 05 Skeleton Blue no ha tenido al parecer la relevancia que merecía. Lo digo porque salió en junio en una edición limitada a 500 unidades y, a pesar de su singularidad y las pocas unidades, sigue estando disponible (al menos en la tienda online de la marca). Y eso que es uno de los modelos más atractivos de toda la familia.
Recordemos que la colección BR 05 se lanzó en septiembre de 2019. Vimos en vídeo, en primer lugar, la colección con brazalete. Es, seguramente la versión que mejor cuadra con el espíritu del reloj, sobre todo porque recupera el brazalete que apareció con el modelo Demineur Professional, lanzado a mediados de los años 90 de la mano de Sinn (éste).
Pero también se lanzó con correas de caucho particularmente fáciles de llevar por su flexibilidad (los vimos en vídeo aquí junto con la versión de oro). Mucha gente se quejó de que era demasiado blanda, pero -en mi opinión- es un acierto. No estamos ante un reloj de buceo, que necesita hacer frente al trabajo submarino y a la sal del mar, sino de un reloj para todos los días que desde luego va a bucear más entre archivos de oficina que en la playa. Por eso, tener una correa que no es demasiado gruesa y que se adapta bien a la muñeca para poder deslizarse bajo el puño de la camisa cuando sea necesario. es la elección adecuada.
El caso es que, entre los modelos lanzados originalmente, había una versión esqueletada (esta de aquí arriba), que es la base de este Bell & Ross BR 05 Skeleton Blue. Los relojes calados son muy atractivos de ver, pero tienen una comercialización difícil porque al final la gente tendemos a ser más conservadores. Pero un esqueletado es un placer porque te permite disfrutar del verdadero objeto de un reloj para el aficionado a la relojería: mirar el reloj, no la hora.
Y eso que aquí estamos hablando de un movimiento Sellita SW200, un genérico que sin embargo Bell & Ross ha sabido esqueletar muy bien para darle un aspecto muy industrial, muy cartesiano, en vez de artístico.
Y en el Bell & Ross BR 05 Skeleton Blue lo ha cubierto con un cristal de zafiro azulado de manera que casi se puede tener lo mejor de los dos mundos: se sigue viendo corazón del reloj pero a la vez el azul lo vela un tanto, dando una tonalidad elegante. Y de paso mejora la lectura, ya que ahora tanto los índices como las manecillas resaltan más.
Cuando traspasamos el zafiro azul nos encontramos con unos puentes que, a falta de biselados en los bordes o cualquier otra decoración, tiene un satinado vertical que le queda muy bien. Y, sobre todo, el gran muelle real que se aloja entre las cuatro y las siete horas, de manera que podemos ver cómo se tensa y destensa. Los índices y manecillas mantienen también el tratamiento con Super-LumiNova.
Los demás elementos del Bell & Ross BR 05 Skeleton Blue son los mismos: la caja de acero de 40 mm de diámetro con un grueso bisel, ambos con las superficies frontales satinadas y las laterales pulidas, con los tornillos bien alineados (ya que la hermeticidad la dan los que están en el reverso del reloj). En la parte trasera, el cristal de zafiro nos muestra un rotor de 360 grados -también azul- bien construido y agradable de ver girar, a la vez que esconde la simplicidad decorativa de los Sellita.
El Bell & Ross BR 05 Skeleton Blue se presenta con la ya conocida correa de caucho azul, con un precio de 5.900 euros, pero también con el brazalete propio de la colección, con un precio de 6.400 euros. Eso son 500 euros más que las versiones originales esqueletadas, pero estas ya sólo existen de segunda mano. Las versiones con esfera clásica (negra, gris o azul) cuestan 3.990 euros con la correa y 4.500 euros con el brazalete, así que sin duda el Skeleton Blue es una inversión notable.
A cambio te llevas una opción mucho más exclusiva y -aunque eso siempre es debatible- más atractiva. Más información en Bell&Ross.es.