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El «efecto Navidad» no consigue salvar la exportación de relojes suizos

Photo by Ian on Unsplash

Ni así. Como decía el mes pasado, tras la suavización de la caída -pero caída al fin y al cabo-, las esperanzas estaban puestas en que, aunque fuese a ultimísima hora (normalmente las compras se hacen antes), los mercados hicieran pedidos de cara a las compras de Navidad en una cantidad tal que la tendencia se amortiguara un poco. Pero no: la exportación de relojes suizos volvió a caer en diciembre. Un 2,5%, que es por supuesto mayor caída que la que ya hubo en el mismo mes de 2019.

En ese entonces se culminaba un año que había visto incrementar el valor de la exportación de relojes un 2,6%, pero con un caída de en las unidades de un 13,1%. Eso significa que se vendieron relojes de más alta gama, pero la gama media y baja -por supuesto la base más importante de la industria suiza- sufrieron un tropezón importante, lo que no hizo sino aumentar sus problemas en un mercado cada vez más pequeño. Ahora, para 2020 en su conjunto, el sector vio caer el valor de sus envíos al exterior en un 21,8%, hasta poco menos de 17.000 millones de francos suizos (15.700 millones de euros).

Pero incluso así la industria puede darse con un canto en los dientes: China (+ 45,2%) siguió registrando un crecimiento muy fuerte durante el último mes del año y ha sido la que ha salvado la cara de la exportación de relojes suizos. En general, todos los demás mercados cayeron un 9,0%. La Federación De la Industria Relojera Suiza, que es la que elabora las estadísticas, llama a esto «una recuperación gradual, pero con una marcada tendencia a la baja». Que es como decir que «el enfermo se está recuperando poco a poco, pero con una marcada tendencia al paro cardíaco».

Entre los mercados más grandes, el rendimiento en Estados Unidos (-2,4%) se situó en torno al promedio mundial, mientras que Hong Kong (-19,2%) siguió cayendo. Japón (-0,8%) se mantuvo estable, tras un aumento en noviembre. Europa (-9,7%) fue la región más afectada, y la mayoría de los mercados registraron fuertes caídas. Repito: a esto lo llama la Federación «la recuperación gradual». Qué malo es confundir deseos con realidad.

Los relojes con un precio inferior a 500 francos (precio de exportación) registraron un notable descenso. Nada nuevo: ya sabemos que los relojes de cuarzo, que recordemos que en los buenos tiempos suponían nada menos que el 27% de la exportación de relojes suizos, están siendo estrangulados poco a poco por los smartwatch, mientras la industria observa el asesinato con una mezcla de indolencia -al principio- e impotencia -ahora-.

Curiosamente el segmento de 500 a 3.000 francos, que ha sido otro de los notablemente afectados por la crisis, creció muy fuertemente (+ 19,5% en valor). El volumen de negocios de exportación de relojes con un precio superior a 3.000 francos, que había sido el que mejor aguantaba durante el año, se redujo un 6,4% en diciembre.

Esto tiene su reflejo directo en la exportación de relojes por tipo de material. Los relojes de metales preciosos y bimetálicos registraron una fuerte caída, mientras que los relojes de acero crecieron significativamente, por primera vez desde enero. No obstante, el volumen de las exportaciones de este último, por número de artículos, se redujo drásticamente en comparación con diciembre de 2019, al igual que los relojes en la categoría Otros Materiales.

Recordemos lo que la Federación consideraba como problemas a encarar a finales de diciembre de 2019: «La fuerza del franco suizo, la parálisis en Hong Kong, las regulaciones restrictivas -en Rusia y Turquía en particular-, la epidemia en China, cambios tanto físicos como digitales en la distribución, los patrones de consumo de las generaciones Y y Z, el fuerte aumento en el mercado de usados y las medidas necesarias para el desarrollo sostenible».

Por supuesto el único problema de 2020 ha sido la pandemia. La industria -la sociedad entera, en realidad- confía en que la vacunación se extienda con velocidad suficiente como para que la economía vuelva a funcionar de manera más o menos normal, y esa normalidad tire de la demanda. Tal como van las cosas no se espera que eso sea así hasta el último trimestre del año (en España, no hasta entrado el 2022). Eso es porque, aunque algunos países sean muy eficientes en su campaña de vacunación, hasta que buena parte del mundo lo sea también no se va a normalizar la demanda. Y ya sabemos que no hay nada más dubitativo y miedoso que el dinero.

Y cuanto más tarde en llegar esa normalidad peores habrán sido los efectos negativos sobre la economía, que a su vez hará que la demanda no despegue. Y, cuando nos recuperemos de la pandemia, la industria abrirá la ventana y verá que el resto de los problemas siguen ahí, esperando su turno para entrar.

Mientras tanto, la industria fía la exportación de relojes al tirón de la demanda de China. Es muy fuerte, sin duda, pero no suficiente para levantar el mercado. Se va a tener que atar bien los machos.

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