La idea que impulsó a Frederique Constant desde su nacimiento fue la de crear piezas de lujo accesible. En realidad esto no es posible, porque si es de lujo no es accesible, y viceversa. Pero la idea de fondo es que se puede tener un reloj bien hecho sin que cueste tan caro. Ciertamente, en muchos casos, además de pagar un extra por ser «Swiss Made» (una denominación pierde fuerza poco a poco, pero que aún tiene mucho peso), se añade otro que es el nombre de la marca (y con razón, porque es un prestigio ganado tras muchas décadas). FC no tiene esa historia, así que su ventaja competitiva ha estado siempre en ofrecer lo mismo que otros, pero a menos precio.
Hasta ahora los Classics tenían un aspecto como indica su nombre: muy clásico; un tanto recargado incluso, que responde a un concepto demasiado visto en los relojes. Muy de «el reloj de toda la vida de mi padre». Correcto, pero un tanto aburrido y, sobre todo, poco distinguible de otras marcas (mira, por ejemplo estos Tissot Chemin des Tourelles que vimos en vivo). Ahora la casa ha lanzado la nueva generación y, en mi opinión, lo han hecho muy bien.
La caja de estos Frederique Constant Classics Index Automatic mide 40 mm de diámetro y unos 10 mm de altura, un tamaño perfecto para la mayoría de las muñecas. Lo que para algunos puede ser demasiado ancho se compensa por la altura escasa. El bisel delgado se abre en una esfera ancha que brinda una legibilidad inmediata y cubierta con un cristal de zafiro. Toda la caja está pulida y presenta suaves curvas, muy en la línea de los relojes clásicos.
Sin embargo, ese clasicismo se compensa muy bien con los elementos de la esfera, que se presenta con una base finamente graneada para contrastar con los demás elementos. Los índices, que ya hemos visto en los Highlife que vimos en vídeo, se unen a unas manecillas alfa (también presentes en el excelente Flyback Chronograph Manufacture) para dar un aspecto más contemporáneo y potente al reloj. Además están rellenos de Super-LumiNova. Si a eso le unimos una ventana de fecha y una hermeticidad de hasta 50 metros, resulta que los Frederique Constant Classics Index Automatic son unos perfectos relojes para todos los días.
Para poder mantener precios moderados, en vez de incorporar uno de sus calibres de manufactura, FC ha optado por incluir el FC-303, que es en realidad el Sellita SW-200, un calibre más que conocido que se mueve a cuatro hercios y tiene 38 horas de reserva de marcha (el talón de Aquiles de todos los Sellita, la reserva de marcha). El movimiento se esconde tras una tapa ciega.
Los relojes se presentan con una correa de nobuk con pespuntes, o con un brazalete metálico. Y, como siempre, los buenos precios: 895 euros para las versiones con correa de piel, cien euros más si se quiere con brazalete y 1.095 euros la versión dorada. Más información en Frederique Constant.es.