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Fotos en vivo y precio del Blancpain Tribute to Fifty Fathoms No Rad

El Blancpain Tribute to Fifty Fathoms No Rad, puesto

El Blancpain Tribute to Fifty Fathoms No Rad significa un nuevo regreso de uno de los modelos más queridos del Fifty Fathoms, el primer reloj de buceo de la historia y cuya vida no tiene fin, como ocurre con todas las leyendas auténticas. El reloj es una apuesta segura de Blancpain, porque esta edición viene a mejorar todo lo que habíamos visto antes de este modelo.

UN POCO DE HISTORIA

FF No Rad original. Foto de phillips.com

El Fifty Fathoms nació, como ya conté en la historia de Blancpain, como reloj militar. Y, como tal, el nivel de exigencia era el mismo que cualquier elemento que va a ser usado por un ejército. Uno de los principales criterios del Fifty Fathoms, como reloj submarino, era la legibilidad bajo el agua. Fifty Fathoms se traduce como Cincuenta Brazas. La braza es una antigua medida de distancia en el mundo marino, y equivalen a 91,44 metros. Pues bien, el reloj debía poder leerse incluso a esa profundidad. Para lograrlo, en la versión militar utilizaron radio y prometio 147, que sólo se encuentra como subproducto de las reacciones nucleares en los reactores atómicos. Ambos elementos son, como es sabido, radioactivos. Las versiones militares tenían incluso una inscripción en la parte posterior que decía “DANGER. IF FOUND RETURN TO NEAREST MILITARY FACILITY” (“Peligro. Si lo encuentra, devuélvalo a las instalaciones militares más cercanas”).

Un Fifty Fathoms No Rad de 1968, con una caja de 41 mm de diámetro

Esto ocurrió durante la guerra fría, cuando la gente estaba muy paranoica con todo lo relacionado con lo nuclear (y con razón, porque el mundo estaba al borde de la guerra atómica). Así que Blancpain no podía presentar un reloj que emitía radiación. Por eso, para la versión civil, hicieron una esfera en la que se usaba tritio en lugar de radio. Aunque el tritio también es radiactivo, la radiación no sale de la caja del reloj. Para resaltar este hecho, Blancpain decidió poner el símbolo habitualmente utilizado para avisar de actividad radiactiva cercana, pero con una equis tachándolo y el texto «No radiations». De hecho le viene bien el texto, porque la tachadura no es tan evidente como llamativo es el símbolo de peligro. El caso es que esta versión, con el tiempo, se convirtió en una de las más buscadas por los coleccionistas.

En 2010 apareció el Blancpain Tribute to Fifty Fathoms No Rad, que recuperaba, sobre todo, el sello a las 6 en punto, pero con una caja de 45 mm y con manecillas e índices tintados en verde. Fue también una edición limitada a 500 unidades, que se vendieron como un suspiro. No es de extrañar que, más de una década después, Blancpain quiera refrescarnos la memoria.

BLANCPAIN TRIBUTE TO FIFTY FATHOMS NO RAD 2021

En esta nueva versión Blancpain se acerca más a los gustos actuales, que no buscan relojes tan grandes. La caja de acero tiene un diámetro de 40,30 mm, mientras que la altura es de 13,23 mm. Por supuesto la corona está roscada y salvaguardada por unos protectores. Las asas son cortas, lo que favorece la comodidad del reloj sobre la muñeca. Las superficies son pulidas y, como es habitual, en el lateral la marca ha grabado su nombre. Y no simplemente contorneando las letras, sino que las ha dotado de un cuerpo más decorado.

Nada que ver con el instrumento de buceo que es un Fifty Fathoms, claro, pero seamos sinceros: este reloj es un artículo de lujo, no una herramienta de trabajo. Aunque podría serlo, por cierto, porque la hermeticidad es de 300 metros.

El bisel del Blancpain Tribute to Fifty Fathoms No Rad tiene los marcadores de siempre, y está recubierto por un cristal de zafiro curvo que refuerza el porte vintage que siempre tiene este modelo. Al igual que las manecillas e índices, los marcadores del bisel se han pintado reproduciendo el tono beige-anaranjado de los indicadores de época patinados. Por supuesto el cristal que cubre la esfera también es de zafiro, conservando aún así la pronunciada curvatura que juega con las formas de la esfera, deformándolas en una especie de juego de espejos.

La esfera incluye los índices y manecillas también presentes en otros modelos, como en este Mil-Spec que vimos en vivo. Como seguramente dirán muchos (y me incluyo), el modelo quedaría más equilibrado sin la ventana de fecha, pero dicha ventana -como hemos visto más arriba- es también un elemento histórico, así que Blancpain está plenamente legitimada para usarlo y aumentar así la utilidad del producto.

A las 6 en punto, claro, se vuelve a ubicar el símbolo que avisa del peligro de radiación, con la misma tachadura y texto que los originales. Parece mentira que un símbolo tan estentóreo cuadre con una esfera tan tradicional, pero lo cierto es que lo hace. El tratamiento con Super-LumiNova es, como siempre, excelente.

Al mando de las operaciones se haya el calibre 1151, un movimiento automático que late a 3 hercios (21.600 Alternancias por hora) y tiene una reserva de marcha de 4 días. Afortunadamente Blancpain lo encapsula en una caja con zafiro posterior, de manera que podemos ver sus acabados, muy por encima de la media del mercado: platina con perlado circular, puentes con Côte de Geneve y cantos biselados, y una masa oscilante de oro con acabado en gris y un graneado fino, sobre el que está grabado el nombre de la marca y el modelo. En la parte trasera también aparece el número de unidad de la serie limitada.

El Blancpain Tribute to Fifty Fathoms No Rad se ata a la muñeca gracias a una correa de caucho tipo «Tropic», un material muy popular entre los buzos de la época debido a su resistencia al desgaste y su comodidad de uso. Y, desde luego, el reloj es comodísimo de llevar. De hecho puesto parece más pequeño de lo que es en realidad. Es una serie limitada a 500 unidades, con un precio unitario de 13.290 euros. Por supuesto que por ese precio te puedes comprar muchos relojes de buceo (y muchos otros), pero si te gusta esta estética, no hay nada que lo sustituya. Yo creo que van a volar. Más información en Blancpain.es.

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