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La colección Frederique Constant Highlife, en vídeo

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Qué bien lo está haciendo Frederique Constant. A pesar de que a menudo se le mira por encima del hombro como si fuera una advenediza, la casa ha sabido encontrar su perfil de mercado y tiene una oferta consistente que es muy apreciada por el usuario y el aficionado. Además hace tiempo que entró en el mundo de las manufacturas con la creación de sus propios calibres, y no se limitan a hacer movimientos sencillos: este estupendo cronógrafo rattrapante que vimos en vivo es un perfecto ejemplo de lo bien que sabe hacer también las cosas complicadas. O este Horas Mundiales (también en vivo). Y, por supuesto, el nuevo Slimline Monolithic con un oscilador de 40 hercios.

En 2020, en medio de un año caótico por culpa del Covid-19, la casa presentó una nueva colección: los Frederique Constant Highlife, llamados a jugar un papel preponderante en el mercado gracias a una inteligente mezcla de elementos. Y es la forma de entrar en el mercado más competido ahora: el de relojes deportivos con caja integrada.

Modelo original de 1999

Lacolección Frédérique Constant Highlife es una versión moderna de uno de los relojes de la marca, creados en 1999. En aquel entonces, el diseño Highlife se caracterizaba por su correa o brazalete integrados, además de una caja singular. Poco después de su lanzamiento apareció una versión con la esfera abierta para dejar a la vista el calibre. Ahora nos parece muy normal porque muchas marcas lo hacen (este Zenith, por ejemplo), pero entonces fue una revolución, que la marca adoptó para sus siguientes colecciones.

Para su regreso en esta década, los Frederique Constant Highlife tienen ahora un diseño mucho más moderno basado en una caja en forma de barril, rematada por un facetado en forma de media luna que acoge el brazalete o la correa, además de un bisel redondo que enmarca una gran esfera.

Para subrayar un estilo moderno y cosmopolita, el patrón en forma de cuadrícula grabado en la esfera imita las líneas imaginarias de longitudes y latitudes que dividen el mundo.

El brazalete integrado tiene los eslabones en H y además son intercambiables gracias a un mecanismo de cambio rápido. En general, el diseño de la colección Frédérique Constant Highlife es limpio y sobrio y no imita descaradamente los iconos existentes en esta categoría tan codiciada.

El cambio rápido permite que el reloj mute su personalidad rápidamente y sin necesidad de herramientas, algo que se está convirtiendo en una característica casi obligatoria en relojería. Basta con llevar hacia adentro los pins de la correa o el brazalete y el conjunto se libera de manera inmediata.

Ponerlo es igual de sencillo, una vez que le encuentras el truco al ángulo con el que debe atacar la nueva pieza a enganchar. Si a esto le unimos las cajas, bien conformadas y con un diámetro de 41 mm, el resultado es un reloj que se lleva muy bien y que destaca en la muñeca, sin ser ostentoso.

La colección (salvo el Calendario Perpetuo), se presenta con cajas de acero o bicolor -al igual que los brazaletes- y con esferas en blanco roto, azul o negro. Vamos a ver las tres variantes.

FREDERIQUE CONSTANT HIGHLIFE AUTOMATIC COSC

Es la apuesta más segura de la casa porque es la más clásica: un tres agujas y fecha con la esfera cerrada, lo que de paso permite que el motivo del globo terráqueo no quede interrumpido. Aunque FC tiene sus propios calibres delgados, en este caso ha optado por el FC-303, que no es sino el Sellita SW 200-1, ampliamente utilizado por la casa (y por muchas otras).

Es un motor más que probado, pero la casa ha querido darle más empaque a su reloj y ha elegido la versión más alta, la que está certificada como cronómetro por el laboratorio suizo COSC. Así queda reflejado en la inscripción en la esfera.

Tanto los índices aplicados como las manecillas (muy Gerald Genta) están rellenos de Super-LumiNova que luce en verde con una potencia más que adecuada.

Los Frederique Constant Highlife Automatic están disponibles en 4 versiones: brazalete de acero y esfera azul (1.850 euros), correa de cuero y esfera plateada (1.750 euros) , acero con brazalete dorado y esfera plateada (2.050 euros) y caja dorada con correa de cuero y esfera negra (2.050 euros).

FREDERIQUE CONSTANT HIGHLIFE HEART BEAT

Como decía arriba, el abrir la esfera para dejar a la vista parte del calibre fue uno de los hallazgos de la casa. En este caso lo que se ve vuelve a ser el Sellita SW 200-1. Eso sí, no es la versión de cronómetro. Por lo demás, todas las especificaciones del reloj son las mismas que las del modelo automático certificado.

Este modelo está disponible en tres versiones: caja y brazalete de acero con esfera negra, con un precio de 1.950 euros. Es el mismo que el de la versión con esfera azul. El tercero es de caja de acero dorada y correa de cuero. Su precio es de 2.050 euros.

FREDERIQUE CONSTANT HIGHLIFE PERPETUAL CALENDAR MANUFACTURE

Frederique Constant pasa por ser la marca con el calendario perpetuo con calibre de manufactura más barato del mercado. Y por muchos miles de euros, además. Los vimos con fotos en vivo aquí, allá por 2016. Ahora ha decidido incorporarlo también a los Highlife, lo que es una buena idea: aprovecha su precio imbatible y además da más peso a la nueva colección.

La distribución de la esfera es, por tanto, la ya conocida: a las 12 horas aparecen los meses y el indicador de los cuatro años del ciclo que los bisiestos. A las tres, la fecha. A las seis horas las fases lunares, y a las 9, el día de la semana. Yo echo de menos un segundero para animar la esfera, pero eso es sólo mi gusto personal.

El reloj, como indica su nombre, está equipado con el calibre FC-775 de desarrollo propio. Es un movimiento automático interno, al que se le ha acoplado el módulo de calendario perpetuo también desarrollado internamente. Se mueve a 4 hercios y tiene una escasa reserva de marcha de 38 horas.

El reloj se lanza en tres versiones: brazalete de acero y esfera azul, con un precio de 8.590 euros, en versión bicolor con un precio de 8.790 euros y el que vemos aquí, de correa de cuero, caja de acero y esfera plateada. En este caso el precio es de 8.490 euros. Como se puede ver, no hay mejor oferta para un calendario perpetuo.

Los Frederique Constant Highlife ya están disponibles en la web de la marca y pronto en los puntos de venta tradicionales. No me cabe ninguna duda de que la nueva familia va a tener éxito. A ver si pronto podemos verlos en vídeo. Más información en FrederiqueConstant.es.

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