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Jaeger-LeCoultre Reverso Tribute Nonantième. La belleza hecha función

La segunda cara del Jaeger-LeCoultre Reverso Tribute Nonantième, puesta

Una nueva joya relojera digna de un nonagésimo cumpleaños: el Jaeger-LeCoultre Reverso Tribute Nonantième reinterpreta la doble cara que permite el Reverso de una manera exquisita, de manera que une el logro técnico de poder ofrecer complicaciones distintas en tan poco espacio con una presentación particularmente elegante y que no habíamos visto antes.

Hace unos días vimos el Quadriptyque, la fabulosa obra de ingeniería relojera con la que Jaeger-LeCoultre ha querido marcar el 90 cumpleaños de su reloj más conocido. Este Nonantième no es tan pródigo en complicaciones y puede que quede a la sombra, pero es una belleza en sí mismo que, una vez más, pone al usuario en la tesitura de tener que decidir qué cara quiere ver y, por tanto, cuál va a lamentar no ver. Además el Jaeger-LeCoultre Reverso Tribute Nonantième no es un hito histórico aislado, sino el sucesor de una saga.

Reverso Soixantième

Si el Reverso apareció en 1931, no fue hasta 1991 que ofreció por primera vez una complicación, coincidiendo con su 60 aniversario (por eso se llamó Soixantième). Incluía una reserva de marcha y una fecha situada bajo la minutería. El Soixantième era el primero de los seis Reversos que se crearon para reproducir las complicaciones clásicas, que unían a su dificultad intrínseca el tener que ubicarse en la delgada caja rectangular del Reverso.

Al Soixantième le siguió en 1993 el Reverso Tourbillon, el primer reloj de pulsera de la manufactura que albergaría un tourbillon. En 1994, Jaeger-LeCoultre presentó el Reverso Répétition Minutes, la primera vez que la Maison miniaturizaba una repetición de minutos para un reloj de pulsera, y el primer movimiento de repetición de minutos rectangular del mundo. En 1996, se presentó el Reverso Chronographe Rétrograde, con una intrincada indicación en el reverso que resolvía el problema de cómo disponer los contadores del cronógrafo dentro de un marco rectangular. A este le siguieron dos años más tarde el Reverso Géographique y, coincidiendo con el nuevo milenio, el Reverso Quantième Perpétuel.

Aquí están todos los modelos con sus respectivas traseras.

Soixantième, Tourbillon y Repetidor de minutos
Cronógrafo, Geographique y Calendario Perpetuo

En 2001, Jaeger-LeCoultre marcó la culminación de otra década en la historia del Reverso con el Septantième. Su movimiento, el Calibre 879, ofrecía una reserva de marcha de 8 días, algo casi inédito en la época.

Reverso Septantième. Foto de Antiquorum.com

Otros diez años más tarde aparece el Jaeger-LeCoultre Reverso Tribute Nonantième, con dos caras claramente distintas. La cara frontal no se distingue de otras versiones porque integra todos los elementos clásicos del Reverso: esfera plateada con acabado tornasolado cepillado sobre la que se aplican índices de oro y agujas Dauphine. A las 12 aparece una gran fecha, que se muestra enmarcada por un perfil que imita el de la caja del reloj.

La «Grand Date» no es algo nuevo en el Reverso, pero es verdad que ahora mismo no hay ninguno con esa complicación en la gama del Reverso, así que es una forma de recuperarla. En la mitad inferior de la esfera se aloja una indicación de las fases lunares, dentro del círculo barrido por el pequeño segundero.

Es la cara trasera la que de verdad distingue al Jaeger-LeCoultre Reverso Tribute Nonantième. La superficie de oro rosa se interrumpe por dos ventanillas redondas de diferentes tamaños, dispuestas en forma de ocho y rodeadas de gallones que evocan a los otros gallones, los de los bordes superior e inferior de la caja. La pequeña ventanilla superior muestra una indicación de la hora semisaltante digital. Esta complicación, vista por primera vez en un Reverso, evoca los indicadores digitales desarrollados por la Manufactura para los relojes de pulsera en los años 30.

El antes y el después


En la gran ventanilla situada bajo la hora, los minutos se muestran en un disco giratorio que está parcialmente oculto por una placa de tres cuartos lacada en azul vivo y salpicada de pequeñas estrellas doradas que representan el cielo nocturno. Dentro de un pequeño círculo en el centro, un sol y una luna aplicados y dorados pasan por encima de un horizonte, para indicar la noche y el día. En el semicírculo bajo el horizonte, se sitúa un logotipo de JL, sobre un fondo con motivo tornasolado.

El reloj funciona con el calibre 826AA, un movimiento de cuerda manual completamente nuevo para el Nonantième. Cuenta con 230 componentes y muestra la misma hora en ambas caras del reloj, además de ofrecer una reserva de marcha de 42 horas.

El Jaeger-LeCoultre Reverso Tribute Nonantième es una edición limitada a 190 piezas, disponibles sólo en las boutiques de la marca, y su precio es de 39.400 euros. Más información en JaegerLeCoultre.es.

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