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Jaeger-LeCoultre Reverso Tribute Minute Repeater. Las dos caras del sonido

Así queda el Jaeger-LeCoultre Reverso Tribute Minute Repeater

Estamos tan acostumbrados a que Jaeger-LeCoultre cree movimientos maravillosos que a veces corremos el peligro de subestimar las cosas que hace. En este año en que su reloj estrella, el Reverso, cumple 90 años, la manufactura ha lanzado dos relojes que resumen todo lo que es este icono de la relojería. En primer lugar el Quadriptyque, un Reverso con 4 caras (y por ende el único reloj de pulsera del mundo que las tiene), que es una absoluta obra maestra. En segundo lugar el Nonantième, que se fija más en la belleza que en las complicaciones. Ahora la casa desvela el Jaeger-LeCoultre Reverso Tribute Minute Repeater, que vuelve a reafirmar su maestría técnica.

Digamos en primer lugar que no es la primera vez que Jaeger hace un repetidor de minutos. Como ya vimos en el artículo del Nonantième, el primer Reverso repetidor de minutos apareció en 1994, uniéndose así a la familia de más de 200 calibres de sonería que la casa había creado desde su fundación en 1833 hasta entonces. En 2011 presentó el Reverso Répétition Minutes à Rideau, llamado así porque en vez de tener un gatillo para arrancar el mecanismo de sonería, tenía una cortina (rideau) metálica que, cuando se extendía hasta cubrir la esfera y después se soltaba, ponía en marcha la complicación. La cortina se puede ver parcialmente en la foto de abajo a la izquierda.

Jaeger-LeCoultre Reverso Répétition Minutes à Rideau, de 2011

El Rideau ya incluía los martillos trebuchet desarrollados por Jaeger-LeCountre, ensamblados dentro del calibre 944. Es ese mismo movimiento el que se ha usado para el Jaeger-LeCoultre Reverso Tribute Minute Repeater, pero en este caso sin la cortina metálica, que en realidad era muy llamativa pero poco práctica, además de un regulador silencioso y una nueva generación de timbres.

Este repetidor se distingue por presentar esferas tanto en el anverso como en el reverso, que le aportan una expresión visual inédita al diseño del Reverso y al propio mecanismo de repetición de minutos. Aunque ambas esferas muestran la misma hora, poseen un carácter muy diferente: una es exuberante y la otra más sobria, pero ambas son una muestra de la belleza de los movimientos delgados y del excepcional nivel de artesanía que caracterizan a la Manufactura. Las dimensiones de la caja son de 51,1 x 31 mm, mientras que su altura es de 11,41 mm. Unas dimensiones grandes pero en absoluto inasumibles.

La esfera del lado anverso está totalmente esqueletada, revelando toda la complejidad del mecanismo de repetición de minutos, cuyo movimiento se puede disfrutar cuando este se activa. Debajo de un gran puente en forma de arco que va de las 11 h a las 7 h, los componentes parecen flotar en tres dimensiones, y la profundidad visual y transparencia se ven reforzadas por los índices facetados que sobresalen de una minutería ferrocarril. El acabado dorado brillante del puente, las agujas, los timbres y muchos otros componentes, combinan a la perfección con el color oro rosa de la caja.

Mientras que la exuberancia del anverso del Jaeger-LeCoultre Reverso Tribute Minute Repeater contrasta con la geometría rectilínea de la caja, la relativa sobriedad de la esfera del reverso evoca esas líneas y las realza. Las Côtes de Genève verticales se extienden por toda la altura de la platina principal, que a su vez constituye la esfera. El mecanismo de relojería, con acentos de color proporcionados por sus tornillos azulados y sus agujas e índices dorados, está fabricado en metal con tono plateado que contrasta con el cálido oro rosa de la caja.

El gatillo deslizante integrado en un lateral de la caja que se encarga de activar los timbres ha sido diseñado especialmente para que el Jaeger-LeCoultre Reverso Tribute Minute Repeater sea lo más fino posible, sin sacrificar su ergonomía. En el anverso los índices se han fijado bajo el cristal de zafiro.

El Jaeger-LeCoultre Reverso Tribute Minute Repeater se entrega con una correa de cocodrilo color marrón, y es una edición limitada a 10 unidades. Cada una de ellas tiene un precio de 250.000 euros, así que voy a reservar uno para que me lo entreguen esta navidad, que seguro que me toca la lotería. Seguro. Hay más información en Jaeger-LeCoultre.es.

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