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Vacheron Constantin Les Cabinotiers Westminster Sonnerie – Tribute to Johannes Vermeer

Vacheron Constantin Les Cabinotiers Westminster Sonnerie – Tribute to Johannes Vermeer

Las marcas más conocidas y reconocidas del mercado empezaron todas siendo relojeros que cumplían encargos de clientes, creando relojes según sus deseos. Eran los sastres del tiempo, podríamos decir. Esa costumbre se mantiene hoy en día, y es fuente de maravillas relojeras que nos hacen soñar y nos conectan directamente con el pasado. Es algo que también hace Vacheron Constantin, y con excelentes resultados. Recordemos el 57260, el reloj más complicado de la historia. Ahora presenta este Vacheron Constantin Les Cabinotiers Westminster Sonnerie – Tribute to Johannes Vermeer, que reúne todos los elementos que hacen de la casa una de las grandes, grandes.

Como todas las Magnum Opus, este reloj también ha tardado en salir a la luz: se comenzó en 2013 y, según el deseo del cliente, la tapa del fondo de la caja -de tipo officier, es decir, que se abre para dejar ver el movimiento- incluye una pintura esmaltada en miniatura, realizada por la reputada esmaltadora Anita Porchet. La obra elegida fue La joven de la perla, pintada hacia 1665 por el artista holandés Johannes Vermeer. Además del reto de reproducir la obra de un gran maestro, la dimensión de la superficie de 98 mm de diámetro implicaba dificultades adicionales. Este tamaño de reloj, que se corresponde más con el de los relojes de carruaje históricos que con el de un modelo de bolsillo, requiere un grado de destreza tanto más preciso cuanto que la más mínima irregularidad resulta evidente.

ARTE GINEBRINO

El resultado del Vacheron Constantin Les Cabinotiers Westminster Sonnerie Tribute to Johannes Vermeer refleja la gran tradición de la pintura de esmalte en miniatura en la que Ginebra se ha especializado. Reconocida desde finales del siglo XVI por su producción de esmaltes de alta calidad, Ginebra prestó su nombre a varios términos que hacen referencia a la calidad del trabajo de sus artesanos. Los «esmaltes de Ginebra», término comúnmente utilizado desde entonces, se refieren a los esmaltes pintados y cubiertos con un fundente conocido como «Fondant de Genève». Esta técnica consiste en añadir a las capas de esmalte vitrificado una capa protectora final, transparente e incolora, que da brillo y profundidad a la obra del artista. Este invento benefició en gran medida a los relojes de la época, sometidos a repetidos roces en su condición de relojes bolsillo.

Si bien la decoración de relojes mediante las distintas técnicas de esmaltado contribuyó en gran medida a la reputación de la Fabrique de Genève, que englobaba todos los oficios de la relojería y la joyería en el siglo XVIII, el término «esmaltes ginebrinos» se refiere sobre todo a la pintura de esmaltes en miniatura. Este proceso consiste en pintar colores -a base de óxidos metálicos pulverizados y mezclados con un aglutinante a base de aceite- sobre una capa de esmalte blanco que recubre una base de cobre u hoja de oro. Al igual que en el gouache o en la pintura al óleo, el maestro artesano aplica los colores sobre un lienzo, lo que permite una representación meticulosa -hoy en día realizada bajo un microscopio binocular- de los detalles más pequeños. Después de cada fase, los colores se estabilizan mediante sucesivas cocciones en el horno, sin posibilidad de retoques.

EL CALIBRE 3761

El Vacheron Constantin Les Cabinotiers Westminster Sonnerie está impulsado por un nuevo calibre de carga manual de 806 piezas, regulado por un tourbillon y compuesto por el carillón Westminster con mecanismos integrados de Gran y Pequeña Sonería, acoplados a un repetidor de minutos. Dentro de la gama de las complicaciones relojeras, los modelos de Gran Sonería siempre han gozado de un aura especial, no sólo por la complejidad inherente a estos mecanismos, que tocan varios gongs, sino también por las cualidades musicales que requieren.

El calibre 3761 tiene 71 mm de diámetro y 17 mm de grosor. Está regulado por un tourbillon entronizado en la parte inferior del movimiento, visible a través del fondo de la caja y que da una vuelta completa por minuto. El tourbillon es accionado por un volante de 2,5 Hz (18.000 vibraciones por hora). La sonería Westminster con el que está equipado el movimiento es uno de los mecanismos de sonería más complicados de construir, ya que requiere una secuencia de cinco gongs golpeados en perfecta armonía por sus respectivos martillos, controlados por cuatro cremalleras. En los relojes de pulsera, los mecanismos de gran sonería suelen funcionar con una sola cremallera, principalmente por razones de miniaturización. La solución de cuatro cremalleras y caracol, con cuatro cremalleras para las campanadas de las horas y los cuartos y una cremallera para la repetición de los minutos, mejora la secuencia de las melodías y, como sutileza añadida, permite tocar diferentes melodías al pasar los cuartos.

EL REPIQUE WESTMINSTER

El repique Westminster debe su nombre a las mundialmente famosas campanas del Big Ben, la torre del Parlamento británico en Londres: una melodía de cuatro compases compuesta por cuatro notas tocadas en diferentes frecuencias. En el modo Grande Sonnerie, el reloj da las campanadas de los cuartos, repitiendo la hora en cada cuarto, es decir, tres compases de la melodía de Westminster seguidos de cinco notas simples para las 5.45 horas. En el modo Petite Sonnerie, hace sonar los cuartos al pasar pero sin repetir las horas y, al cambiar de hora, suena el cuarto cuarto “el carillón” así como las horas. La sonería puede activarse en cualquier momento mediante la corredera situada en el lateral del reloj. El reloj funciona entonces como un repetidor de minutos que hace sonar los cuartos, los minutos y las horas en secuencia. El selector situado a las 9 en punto ofrece tres modos posibles.


En el modo «Sonería», el reloj se activa automáticamente cada vez que cambian los cuartos, como un péndulo. En el modo «Silencio nocturno», una función especial desarrollada y adaptada a este calibre 3761 en función de la zona horaria elegida por el cliente, la sonería se desactiva entre las 23 y las 9 horas, ahorrando así energía y garantizando la tranquilidad durante la noche. El tercer y último modo «Silencio» suspende completamente el mecanismo de sonería. Un segundo selector, situado entre las 10 y las 11 horas, sirve para pasar de Gran sonería a la Pequeña sonería, según se prefiera. Los dos barriletes aseguran una autonomía de aproximadamente 16 horas para el mecanismo musical en modo «Gran sonería» y de 80 horas para las indicaciones horarias, con un par estable garantizado hasta el final de la reserva de marcha.

El calibre 3761 está dotado de un regulador de sonería centrípeta que garantiza la perfecta regularidad de las secuencias musicales, cuyas notas deben ser a la vez claramente audibles y agradables al oído. El sistema se caracteriza por un par de pesos cuya forma muy particular se ha optimizado para generar una especie de «freno de motor» -por fuerza centrípeta- en el eje de giro del regulador, igualando así la energía liberada por el barrilete. Este dispositivo único y original es también perfectamente silencioso. Otra particularidad del paso del tiempo es que el calibre alberga un sistema de doble rueda con ajuste de holgura. Teniendo en cuenta el tamaño de las agujas, para evitar cualquier posible tirón del segundero situado a las 6 en punto, este mecanismo garantiza su fluidez gracias a un sistema basado en dos ruedas dentadas coaxiales unidas por un muelle que sirve para eliminar el juego del engranaje.

DECORACIÓN

La esfera está realizada con un esmaltado Grand Feu color cáscara de huevo, con numerales esmaltados en azul y manecillas doradas realizadas en pfinodal, posteriormente dorado. La sobriedad de la esfera contrasta con la profusa decoración de la caja, hecha de oro amarillo y con 98 mm de diámetro, 32,60 mm de grosor. Está grabada con hojas de acanto en los lados y con tulipanes y “perlado” en el bisel y en el fondo de la caja. Sobre el fondo del metal se ha aplicado una decoración champlevé, que crea una decoración o una textura golpeando el material, a diferencia del grabado y la escultura, que implican la eliminación del material.

En resumen, este Vacheron Constantin Les Cabinotiers Westminster Sonnerie – Tribute to Johannes Vermeer es un magnífico ejemplo que lo que significa la grandeza de la relojería tradicional, tanto en cuanto a la complicación mecánica como a la decorativa, y pone de manifiesto una vez más por qué la manufactura es una de las más grandes de la historia. Más información en VacheronConstantin.es.

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