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Chopard L.U.C Día de los Muertos Full Strike y Skull One

Los dos Chopard L.U.C Día de los Muertos

El Día de los Muertos mexicano ha entrado en la cultura occidental de manera masiva. Imagino que es porque conserva la honestidad de su celebración -al contrario que el desaforadamente mercantilizado Halloween- y el aire festivo -que no tiene la efeméride cristiana. Y si le unimos el colorido, los contrastes y la fuerza vital de México, sin duda dan ganas de unirse a su fiesta. En lo que toca al mundo relojero, hace ya años que se hacen relojes con esa temática; al principio para vender en México, pero ahora ya es para una clientela global. Y además en todos los niveles: desde la humilde Mr. Jones Watches al Chopard L.U.C Día de los Muertos repetidor de minutos que vamos a ver a continuación.

CHOPARD L.U.C DÍA DE LOS MUERTOS FULL STRIKE

En 2017 Chopard presentó Full Strike que vimos en vivo. El conjunto mecánico -muy innovador y con varias patentes- junto con unos acabados excelentes le sirvieron para ganar el Aiguille D’Or, el máximo galardón del Grand Prix D’Horlogerie de Genève. Aquel modelo, aunque tenía una esfera poco habitual porque dejaba al aire los martillos de la complicación, era clásico de hechuras. No es así con este Día de los Muertos, que se ha impregnado de la singularidad de la celebración mexicana.

El Chopard L.U.C Día de los Muertos Full Strike está realizado en oro ético blanco de 18 quilates, con un diámetro de 42,50 mm y una altura de 11,55 mm. La totalidad de la caja, su carrura y sus asas han sido grabadas por un artesano especializado de los talleres. Los motivos se inspiran en la iconografía de la Calavera, surgida del sincretismo entre las tradiciones ancestrales mexicanas y el catolicismo. Ni un milímetro cuadrado ha quedado sin trabajar por el buril y el cincel que dejan una impronta creada a base de cráneos, guitarras, pájaros y esqueletos.

Un cuidado excepcional aportado a los acabados que, asociado a la precisión y a la buena factura del movimiento le han valido al reloj L.U.C Full Strike ’Día de los Muertos’ el Sello del Punzón de Ginebra. El bisel engastado en la parte superior con zafiros talla baguette y grabado a mano en la parte inferior.

La esfera también es objeto de un tratamiento especial. Su base es de oro blanco con guilloché en las partes exteriores. Después se ha grabado por medio de la técnica del champlevé para que los contornos de la cabeza de muerto, su bigote, su nariz, todos sus tatuajes y la firma L.U. Chopard queden en relieve. El resto de la superficie se cubre con una laca de color azul. Y, por último, se aplican los últimos toques colocando unas placas de nácar sobre la esfera para dar forma a una sonrisa desdentada engastada con siete diamantes.  

UN CALIBRE EXCEPCIONAL

El Chopard L.U.C Día de los Muertos Full Strike late al ritmo de un movimiento excepcional puesto a punto por Chopard Manufacture en 2016. El L.U.C 08.01-L es un calibre mecánico de repetición de minutos que da las horas, los cuartos y los minutos con un sonido tan puro como el cristal. Lo cierto es que el cristal que protege la esfera y los timbres que dan la hora por vía sonora forman una sola y única pieza. Realizado de una sola pieza en un bloque de zafiro, sin soldadura, ni tornillos, ni cola, ofrece al reloj una intensidad sonora única, porque los martillos golpean sobre el cristal, no sobre gongs de metal. Así suena:

Cuando una sonería se vuelve a accionar mientras todavía se encuentra en funcionamiento, algunas de las piezas se pueden romper. Para evitar este riesgo el calibre L.U.C 08.01-L está provisto de un sistema de desembrague del pulsador de la sonería integrado en la corona. Cuando el reloj suena, este pulsador se pude accionar a voluntad sin que ello tenga un impacto sobre el movimiento porque se encuentra desconectado. Esta ingeniosa característica es objeto de una patente registrada por Chopard. 

el calibre L.U.C 08.01-L dispone de un barrilete aparte, dedicado a la sonería. Almacena la energía suficiente para doce sonerías completas de la hora más larga, es decir, los 32 toques que se oyen a las 12h59 (doce para las horas, dos veces tres para los cuartos de hora, y catorce veces para los minutos restantes). Si la energía del barrilete es insuficiente para dar todos estos golpes, la sonería no se desencadenará. En cuanto al resto, la intensidad constante de cada golpe sobre los timbres está garantizada por este barrilete aparte. Y, por último, el máximo de la perfección: las unidades de tiempo que no suenan se saltan. Por ese motivo, el reloj L.U.C Full Strike no hace una pausa silenciosa entre las horas y los cuartos, ni entre los cuartos y los minutos. Al contrario, los encadena cualquiera que sea la hora.

La reserva de la sonería del movimiento se indica mediante la aguja más larga situada a las dos horas sobre el ojo izquierdo de la Calavera, en el contador graduado sobre el que se encuentra una campana. En el mismo espacio, sobre una escala de lectura situada a su lado, una aguja ligeramente más corta indica la reserva de la marcha del movimiento, que es de 60 horas.

Toda esta maravilla técnica y decorativa va a ser propiedad de una sola persona, porque es una pieza única. Y esa persona va a tener que acomodar 448.000 euros, que es un excelente forma de celebrar el Día de los Muertos.

CHOPARD L.U.C DIA DE LOS MUERTOS SKULL ONE

Al lado del Full Strike, este segundo reloj es una propuesta mucho más sencilla, pero no deja de ser interesante porque -recordemos- los L.U.C de Chopard son siempre la clase alta de la manufactura, con los mejores calibres y acabados.

En este caso tenemos una variación del XP que vimos en vivo. Una caja de 40 mm de diámetro y sólo 7,20 mm de altura, lo que lo hace extraordinariamente cómodo en la muñeca. El calibre es así:

Se puede apreciar el microrrotor, que es uno de los mejor resueltos del mercado, y la sobria decoración de los puentes, que sin embargo están acabados a mano. Tiene un sistema de doble barrilete que proporciona 58 horas de reserva de marcha a un volante que late a 4 Hercios. Sin embargo, en este Chopard L.U.C Día de los Muertos el cristal trasero se ha ahumado, como ya vimos en vivo y los Traveller.

La esfera lacada del L.U.C Skull One está cubierta de unos motivos en forma de sol, de flor o de corazón, y de un mostacho cuyas puntas redondeadas enmarcan una boca a la que se le ha caído un diente. La calavera está sobrevolada y rodeada por agujas, números árabes e índices dorados, que hacen juego con la caja de oro ético rosa de 18 quilates granallado.

El reloj se entrega con una correa de piel, y es una edición limitada a 8 unidades. El precio de cada una de ellas es de 15.900 euros, y están disponibles en las boutiques de la casa. Más información en Chopard.es.

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