Breguet está celebrando -y con ella todos los aficionados a la relojería- el 220 aniversario de la invención del tourbillon, sin duda la creación más significada de todas las que llevó a cabo el relojero. Y para ello ha lanzado este Breguet Classique Tourbillon Extra-Plat Anniversarie 5365 que resume perfectamente todos los rasgos estéticos y técnicos de la casa.
El 26 de junio de 1801, o el 7 de mesidor del año IX, según el calendario republicano en vigor en Francia en ese momento, en París, se concedió a Abraham-Louis Breguet una patente por su «reloj que compensa todas las desigualdades causadas por el volante y el muelle real». Esta invención es el «tourbillon», tal y como lo bautizó Breguet según las costumbres de la época, en referencia a los sistemas astronómicos.
El Breguet Classique Tourbillon Extra-Plat Anniversarie 5365, como decía, sigue los parámetros de los relojes Classique: basta repasar el Breguet Classique Tourbillon Extra-Plat que vimos en vivo para ver darnos cuenta. La caja de oro rosa tiene un diámetro de 41 mm y una altura de sólo 7 mm. El diseño es elegante y refinado, con superficies pulidas y laterales decorados con el diseño acanalado clásico de la casa. Las asas, soldadas a la caja y equipadas con barras roscadas, son finas y alargadas, lo que hace que el conjunto sea tan elegante. Los cristales de zafiro se encuentran en ambos lados.
Donde realmente evoluciona el Breguet Classique Tourbillon Extra-Plat Anniversarie 5365 es en su esfera. En primer lugar, en una apuesta por la intemporalidad y la elegancia, se ha eliminado el indicador de reserva de marcha, que normalmente se encuentra a las 9 horas. El resultado es mucho más bonito, centrando la atención sobre todo en dos características de esta edición del 220º aniversario: el regulador del tourbillon y los finísimos motivos guilloché de la esfera.
Tal como vimos en la visita a la manufactura de Breguet, las artes decorativas tradicionales son una de las especialidades de la casa. En concreto, todas las maneras de crear superficies con guilloché. Al conseguir superficies con rugosidades finamente trabajadas, el guilloché permite capturar la luz de distintas maneras, desde una gran claridad hasta un acabado más mate. La luz que capta de esta forma permite delimitar mejor las distintas zonas de lectura de la esfera. Además, las superficies con guilloché quedan mejor protegidas de los estragos del tiempo que las superficies pulidas, demasiado brillantes y expuestas a la corrosión y a los arañazos. Por último, las superficies con guilloché ofrecen el relieve necesario para capturar las micropartículas de polvo que, hace más de dos siglos, podían degradar el rendimiento cronométrico de los primeros relojes de bolsillo.
A lo largo de su historia, Breguet ha perfeccionado tanto la diversidad de su guilloché como su preferencia por ciertos motivos. Lo mismo ocurre con el «clou de Paris», que aquí ocupa toda la parte central de la pieza. Realizado a mano con un cincel de diamante, está perfilado con un entrelazado de líneas grabadas y atravesadas por un paso de solo 0,25 mm, creando la ilusión, a 50 cm de distancia (la distancia habitual de lectura de un reloj de pulsera) de un acabado mate. Favorece la lectura de horas y minutos, indicadas gracias a dos agujas centrales de acero azulado «de manzana excéntrica vaciada», actualmente conocidas como «agujas Breguet». En la periferia, la pieza está decorada con un motivo «grano de cebada», muy apreciado por la manufactura. En cuanto al fondo, la masa oscilante de platino presenta un guilloché con un motivo ondulado.
Para este Breguet Classique Tourbillon Extra-Plat Anniversarie 5365, la manufactura ha insertado de 60 segundos, visible entre las 4 h y las 6 h, donde uno de los ejes indica los segundos. El puente superior, se ha realizado en acero azulado, un acabado inédito para un Tourbillon de la colección Classique. Se ha añadido también una cartela situada encima del Tourbillon, con la inscripción «Brevet N°157» (patente número 157), en referencia al número de patente que se concedió a Breguet por su invención.
Este homenaje se repite también en el fondo, con el grabado «Anniversaire 1801 – 2021» en el barrilete, la inscripción «Brevet N° 157 Du 7 Messidor An 9» sobre el puente inferior del Tourbillon, al lado del número individual de cada pieza. Todas estas inscripciones están grabadas a mano, al igual que la firma «Breguet» situada sobre la masa oscilante periférica. Por último, en el lateral derecho del movimiento figura una reproducción fiel de la plancha de acuarela auténtica que Breguet registró en 1801 para presentar su solicitud de patente y que hemos visto arriba.
El Breguet Classique Tourbillon Extra-Plat Anniversarie 5365 se entrega con una correa de piel y un cierre plegable en oro rosa. Es una edición limitada a 35 unidades, la misma cantidad de relojes dotados de tourbillon que realizó Breguet en su vida. El precio unitario es de 158.800 euros, y hay más información en Breguet.es.