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Maurice Lacroix Masterpiece Gravity. Vídeo, fotos en vivo y precio

Maurice Lacroix Masterpiece Gravity

Estamos muy acostumbrados a relacionar a Maurice Lacroix con el Aikon. Y con toda razón, porque es un modelo que ha salido redondo (con perdón) para la empresa: todo el mundo reconoce que está muy bien hecho, tiene buen precio y por tanto lo vende como churros. Pero eso hace que nos olvidemos de que la marca tiene otros modelos y, sobre todo, que crea sus propios movimientos, que después aplica a relojes en los que deja volar su imaginación relojera para crear relojes distintos, personales y muy distintos a lo habitual. Ese es el caso del Maurice Lacroix Masterpiece Gravity que vamos a repasar ahora.

UN POCO DE HISTORIA

Tras su éxito en los años 80, Maurice Lacroix introdujo en 1992 el reloj Cinq Aiguilles, que venía a inaugurar la línea Masterpiece (prevismente llamada Les Mecaniques). El reloj tiene ese nombre porque tenía 5 agujas que partían todas del centro. Con la familia Masterpiece la casa comenzó a experimentar, creando complicaciones que superponía a motores fiables (fundamentalmente ETAs, pero no siempre).

Cinc Aiguilles y Flyback Annuaire

En 1999 presentó su cronógrafo Flyback Annuaire, un instrumento complicado para su época, equipado con el calibre ML15 para la visualización de la hora, el registro de intervalos cortos de tiempo y la función de flyback, calendario anual y gran fecha. Ese mismo año, la casa también lanzó el Masterpiece Retrograde Calendar, que, como su nombre indica, presenta una indicación retrógrada, así como un indicador de reserva de marcha basado en un innovador diferencial y que en 2003 se haría doble.

El año 2006 marcó un punto de inflexión para Maurice Lacroix con el lanzamiento de su primer calibre propio, el ya famoso cronógrafo ML106 de cuerda manual.

Calendrier Retrograde y Cronógrafo ML 106

Después de haberse labrado una buena reputación gracias a su calibre propio, Maurice Lacroix presentó el Roue Carrée (o «Rueda Cuadrada») en 2010, cuya indicación de segundos había sido reemplazada por dos engranajes giratorios geométricos no circulares. El modelo se hizo tan popular que hoy en día se sigue vendiendo, aunque ahora incluye también la fecha.

En 2013, aparece el Masterpiece Mysterious Second, una referencia impulsada por el calibre ML215. Entre otras características, este modelo contaba con un indicador de segundos que parecía levitar aleatoriamente y sin ayuda dentro de un amplio disco. En realidad, el mecanismo que acciona el disco se inspira en gran medida en las ruedas no lineales empleadas en la versión anterior del Masterpiece.

La manufactura comienza a montar componentes de silicio en el órgano regulador, una tecnología no muy habitual entonces y que le ayuda a ponerse a la vanguardia. Lo presenta en 2014, con el lanzamiento del primer Maurice Lacroix Masterpiece Gravity. Tras la aparición en 2016 del Aikon, en 2017 recupera los Double Retrograde, lanzando también una versión con fase lunar.

MAURICE LACROIX MASTERPIECE GRAVITY

Aunque la primera versión del reloj tenía un aspecto más deportivo, gracias a los colores azul y rojo, la que tenemos aquí es mucho más acorde con la idea que transmite el reloj: recuperar elementos tradicionales de la relojería para crear un reloj moderno y singular, centrando su disfrute en el órgano regulador. Sobre ello volveré más tarde.

La caja tiene un diámetro de 43 mm y una altura de 16 mm, aunque al menos dos milímetros de altura corresponden al cristal de zafiro con forma de caja, por lo que la sensación puesto no es tan aparatosa como se podría pensar viendo los datos fríos. Aunque sin duda tiene una presencia importante en la muñeca.

Las superficies presentan acabados cepillados y pulidos, con biseles también pulidos en las asas y la carrura. Cuando miramos la esfera hay dos elementos que sobresalen y se complementan: el órgano regulador y la esfera descentrada de las horas y minutos. El gran volante y su espiral, el responsable de que todo ocurra junto con el áncora y el escape, se mueve a una frecuencia de 2,5 Hercios, es decir, 18.000 alternancias por hora. Es la frecuencia más baja que podemos encontrar en un reloj hoy día, y permite disfrutar del vaivén del volante, del espiral comprimiéndose y estirándose, y el áncora deteniendo y soltando la rueda de escape.

Se ha dejado a la vista la aguja de regulación del volante, lo que aumenta esa sensación retro que transmite el Maurice Lacroix Masterpiece Gravity. Como contrapunto, se aprecian el áncora y el escape de silicio, con ese característico color que oscila entre azul y morado.

Otro detalle clásico son los puentes, que son de tipo Carlos X (es decir, escalonados), llamados así en honor del rey francés que patrocinó las artes durante su reinado e influyó incluso en la relojería.

Curiosamente, el puente a las 11 horas no sujeta nada, o por lo menos yo no lo veo. Creo que simplemente está ahí por la simetría y el placer estético, aparte de que su peso ayude a dar más estabilidad a la pletina base. Todos los puentes están satinados, arenados y biselados, para aumentar el placer visual.

A caballo entre el puente a las 5 y la base de la esfera está el pequeño segundero, con una base antracita y una manecilla gris. Al ser pequeño no se notan tanto los saltos de la manecilla que, por cierto, al ser también gris, hay veces que no se lee todo lo bien que uno desearía.

Por último está el otro gran elemento del Maurice Lacroix Masterpiece Gravity: la esfera de horas y minutos. Está ubicada sobre un grueso puente decorado con las llamadas «Ondas del Jura», la zona montañosa donde se ubica la manufactura.

La esfera es también deliberadamente clásica, con numerales romanos y manecillas doradas. El logotipo de la casa se ha utilizado, de manera muy inteligente, para hacer la función de las 12 horas. De esta manera destaca y rompe la seriedad de la esfera, pero sin resultar extraño.

CALIBRE DE MANUFACTURA ML230

Como cabría esperar de un reloj que revela su corazón palpitante en la esfera, el reverso del Maurice Lacroix Masterpiece Gravity no es tan animado. Equipado con el calibre ML230, el movimiento automático llena por completo el fondo de la caja y revela su gran rotor calado y sus atractivos acabados con Côtes de Genève circulares en el puente y el rotor.

En contraste con la esfera, el calibre no tiene una decoración tan clásica, sino más bien industrial (que por cierto recuerda un tanto a la de Omega). Como ya se ha dicho, su frecuencia es de 2,5 hercios, lo que ayuda a lograr una reserva de marcha de 50 horas.

EN RESUMEN

Entonces, este Maurice Lacroix Masterpiece Gravity ¿es un reloj retro o no? En mi opinión, a pesar de mostrar los elementos como en los relojes antiguos, de los componentes intencionadamente clásicos utilizados, el reloj resulta plenamente contemporáneo. Y es que ¿cuántos relojes vemos como éste? Muy pocos, la verdad. Me acuerdo ahora del Maestoso de Christophe Claret, cuya parte inferior de la esfera tiene la misma esencia que éste, o los relojes de Greubel Forsey, como éste que vimos en vivo. No muchos más y siempre en relojes de muy alta gama.

En ese sentido, este Gravity es perfectamente actual por su singularidad y prestaciones.

No es un reloj para el deporte, es obvio, porque la baja frecuencia de su volante no lo aconseja. Pero si se quiere un reloj que sorprenda tanto en ambientes formales como informales, el Maurice Lacroix Masterpiece Gravity sin duda marca todas las casillas. Poder admirar el lento proceder del volante es un placer que cualquier aficionado sabe apreciar, y a los neófitos seguro que va a llamar la atención. No es para todos los gustos, pero no veo difícil gustar a muchos.

DISPONIBILIDAD Y PRECIO

El reloj se ata a la muñeca con una correa de piel que, como siempre en la marca, tiene el logotipo remachado. Se asegura con un cierre plegable. Su precio es de 9.900 euros. Es el precio más alto ahora mismo en la marca, pero en mi opinión está muy justificado. Está disponible en la boutique online de la marca y en los distribuidores autorizados. Hay más información en MauriceLacroix.es.

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