Es muy difícil hacer que un cronógrafo, el reloj deportivo por excelencia, sea deseado por su elegancia, no por la función que ofrece (que también, claro). Pero es que Parmigiani Fleurier, la casa fundada por Michel Parmigiani (aunque la empresa es propiedad de la Fundación Sandoz), no sabe hacer relojes que no sean elegantes, delicados y definitivamente bellos. Lo vimos cuando presenté la colección Tonda PF en vivo. Ahí ya vimos dos cronógrafos que destilaban gusto por todos lados. Pero este Parmigiani Fleurier Tonda PF Split Seconds Chronograph lleva esa idea aún más allá. Como dice su nuevo director general, Guido Terreni (presidente de Bvlgari Horlogerie desde 2010 a 2020), los relojes de la casa se distinguen por su «rico minimalismo».
GRIS PLATINO
La estrella indiscutible de la colección inaugural es este Parmigiani Fleurier Tonda PF Split Seconds Chronograph de platino, un equilibrio perfecto de elegancia, deportividad y rendimiento impulsado por uno de los movimientos rattrapantes más bellos jamás creados. Totalmente revestido de platino 950 -caja, brazalete y esfera-, el exclusivo brillo blanco y el peso del platino confieren a este reloj una presencia distinguida y serena.
La caja tiene un diámetro de 42 mm y una altura de 15 mm, y muestra un contraste de acabados cepillados y pulidos a mano, así como el bisel moleteado a mano característico de muchos relojes Tonda y Toric. Se puede apreciar cómo los pulsadores, la corona, las asas y la parte externa del brazalete presentan un pulido brillante, mientras que los eslabones internos del brazalete y las correas de la caja tienen un acabado satinado.
Otro rasgo distintivo de los relojes Parmigiani Fleurier son los pulsadores en forma de lágrima para iniciar/parar y poner a cero el cronógrafo. El tercer pulsador de la corona sirve para activar la función ratrapante. La corona está atornillada y la estanqueidad de la caja es de 100 metros. El brazalete aerodinámico de platino es excepcionalmente flexible gracias a su diseño ergonómico y se adapta perfectamente a los contornos de la muñeca. El cierre desplegable es de oro blanco.
Como ya he mencionado, el lema de la colección es la sobriedad, y la esfera hace justicia a esta palabra. Puede que no tenga los llamativos indicadores luminosos o los colores contrastados que asociamos a los cronógrafos deportivos, pero tiene un refinamiento calmado, casi regio. Al igual que la caja y el brazalete, la esfera está hecha de platino pulido con chorro de arena para conseguir una textura mate y finamente graneada.
Una escala pulsométrica periférica calibrada a 30 latidos (o pulsaciones) está impresa en negro y alberga doce pequeños marcadores horarios rodiados aplicados a mano. Las tres subesferas -30 minutos a las 3, segundos corridos a las 6 y contador de 12 horas a las 9- están ligeramente empotradas con sencillas marcas negras y números arábigos.
En lugar de blasonar el nombre de la marca en la esfera, las iniciales de la marca se alojan dentro de una cartela ovalada aplicada y pulida, situada a mediodía. Para distinguir las funciones del cronógrafo, la aguja central del cronógrafo y las agujas de los contadores de tiempo transcurrido de 30 minutos y 12 horas están chapadas en oro rosa, mientras que la aguja rattrapante y el pequeño segundero son de acero y están chapados en rodio. El oro blanco con baño de rodio se utiliza para las agujas esqueletadas de las horas y los minutos, en forma de delta.
CALIBRE ESPECTACULAR
El calibre PF361 es una nueva versión del Tonda Chronor Anniversaire de alta gama de la manufactura, el primer movimiento de cronógrafo integrado de Parmigiani lanzado para celebrar el 20º aniversario de la marca en 2016 y aclamado como uno de los movimientos de cronógrafo más espectaculares del mercado actual. Conocido como Tonda Chronor (cronógrafo + o, oro en francés) por sus puentes y placas de oro macizo, el cronógrafo ganó el premio al «Mejor Cronógrafo» en la prestigiosa ceremonia de los premios GPHG en 2017. Aquí lo vimos con fotos en vivo.
Además, como cabría esperar de PF, el movimiento que anima al Parmigiani Fleurier Tonda PF Split Seconds Chronograph no se trata de un movimiento de cronógrafo tradicional, sino de la variedad más complicada de cronógrafo conocida como rattrapante o split-seconds. Más complejo que un calendario perpetuo y mucho más complejo que un tourbillon, desarrollar un movimiento de cronógrafo totalmente integrado -en contraposición a un movimiento de cronógrafo modular que se injerta en un movimiento convencional- es una tarea de enormes proporciones. La belleza de un cronógrafo rattrapante es que puede cronometrar diferentes eventos que comienzan al mismo tiempo pero no terminan a la vez, como por ejemplo las vueltas de una carrera. Con sus dos agujas de segundos centrales superpuestas, un rattrapante le permite detener una de las agujas para leer un tiempo intermedio mientras la segunda sigue funcionando. El pulsador del interior de la corona permite que la aguja detenida «atrape» a la aguja en movimiento.
La complejidad de desarrollar un cronógrafo integrado de fabricación propia no tiene que ver sólo con la abrumadora cantidad de piezas -palancas, engranajes, trenes de engranajes dedicados para los tiempos transcurridos, un mecanismo para los pulsadores y un dispositivo de activación-, sino más bien con la integración y el ajuste del movimiento.
Si a esto se añade la cuestión de la precisión, que puede verse seriamente comprometida por la incorporación de un segundo tren, se entiende por qué el desarrollo de movimientos de cronógrafo integrados se limita a un puñado de relojeros. Para mejorar la precisión, el movimiento de cuerda manual funciona a una alta frecuencia de 5Hz o 36.000 alternancias a la hora, lo que permite realizar mediciones con una precisión de 1/10 de segundo. A pesar de la energía que consume una frecuencia más alta, el calibre PF361 ofrece 65 horas de reserva de marcha. Sencillamente espectacular. Y además bello como pocos.
En lugar de una rueda de pilares, el Chronor cuenta con dos ruedas de pilares, que están situadas a las 8 y a las 10 horas en el movimiento. Una es para controlar las funciones del cronógrafo, la otra para controlar la función de fracciones de segundo. Y, por supuesto, está equipado con un moderno embrague vertical para activar las agujas con suavidad. El volante con pesos de ajuste se mantiene bajo un puente que permite un ajuste preciso, y su posición estable aumenta la resistencia a los golpes.
DISPONIBILIDAD Y PRECIO
Toda esta excelencia técnica y belleza superlativa viene, claro, con un elevado precio: el Parmigiani Fleurier Tonda PF Split Seconds Chronograph cuesta 155.000 euros, todo un reto para la marca porque está en un ring donde pelean unos adversarios que sin duda están más acreditados como pesos pesados. Es una serie limitada a 25 piezas, y se puede encontrar más información en ParmigianiFleurier.com.