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Ferdinand Berthoud Chronomètre FB 2RE. Cuando la pureza es complicada

Así queda el Ferdinand Berthoud Chronomètre FB 2RE

El Ferdinand Berthoud Chronomètre FB 2RE es desde luego una rara avis dentro de la familia relojera de Ferdinand Berthoud. Desde el nacimiento de la marca en 2015, uno de los signos más reconocibles de sus relojes era su caja octogonal, como vimos en su presentación en vivo; las esferas y complicaciones iban variando (como esta versión deportiva), pero la arquitectura no. Por eso la caja circular de este modelo y su esfera clásica supone un cambio tan grande. Pero si alguien se esperaba un «modelo de entrada» o «un primer precio», que deje de leer este artículo ya, y así se evita un torozón.

Como ya he dicho, lo primero que llama la atención de este Ferdinand Berthoud Chronomètre FB 2RE es, por supuesto, la nueva caja, porque el reloj retoma la forma de los relojes marinos de Berthoud y su construcción modular. Se basa en un recipiente cilíndrico provisto de asas cortas y afiladas que se fijan a la caja mediante unos pernos muy estilizados. El bisel curvado enmarca un cristal de zafiro abombado. Al igual que el FB1, hay un ojo de buey lateral a las 10 horas que permite ver el interior del reloj.

Mantiene la gran corona moleteada de la casa, que está dotada de un sistema dinamométrico que se desengancha en cuanto el barrilete está completamente armado. Es el mismo principio que rige en los calibres automáticos, muy útil para un calibre manual también. El Ferdinand Berthoud Chronomètre FB 2RE tiene un diámetro de 44 mm y una altura de 14,30 mm, y se presenta en oro blanco o rosa de origen ético y una esfera blanca o negra. Por último, es resistente al agua hasta 30 metros.

La hora se muestra en una esfera tradicional de esmalte Grand Feu que combina números romanos para las horas y números arábigos para los minutos. La construcción de dos piezas está compuesta por una parte central plana ligeramente rebajada y un disco abombado en la periferia. Como la base de la esfera es de metal antimagnético, no es necesario aplicar una capa de contraesmalte en el reverso de la esfera para protegerla de la deformación.

Sobre ella se mueven dos manecillas caladas en oro de 18 quilates, azulado térmicamente. El mismo proceso se usa para el segundero, pero en su caso es de titanio.

CALIBRE DE HUSO Y CADENA

El tour de force de este Ferdinand Berthoud Chronomètre FB 2RE, como el de todos los relojes de la casa, es su calibre (llamado en este caso con el poco comercial nombre de FB-RE.FC), que combina huso y cadena y un dispositivo de fuerza constante para controlar la energía que se transmite al volante.

El periodo de oscilación del volante de un reloj se ve afectado por la variación de la fuerza motriz entregada por el barrilete. Esto llevó a los relojeros a diseñar mecanismos para compensar las variaciones de par del muelle real. Un huso consiste en una polea en forma de cono, unida a una cadena enrollada alrededor del barrilete. El huso cuenta con una rosca en espiral para recibir la cadena.

Gracias al aumento de la circunferencia de la rosca, se compensa la fuerza decreciente del muelle real (muy parecido al engranaje de una bicicleta). Cuando el muelle real se desenrolla, la cadena rueda sobre el barril y sale del huso. El huso, por tanto, compensa la disminución del par del barril.

El término remontuar de igualdad (remontoir d’égalité es su nombre original) se utilizaba para mecanismos que funcionaban con un péndulo y almacenaban una pequeña cantidad de energía en una espiral secundaria, entregando exactamente la misma cantidad de energía al volante cada segundo. Ahora lo llamamos dispositivo de fuerza constante.

El resultado es una amplitud constante y, por tanto, un alto grado de precisión de la marcha. El remontuar del Chronomètre FB 2RE está montado concéntricamente con la rueda de escape y, por lo tanto, está directamente conectado al escape. Su muelle se carga mediante una leva triangular que libera una palanca de parada cada segundo.

El resultado es que los segundos se muestran con saltos una vez por segundo. A diferencia de los relojes tradicionales, en los que el segundero barre en incrementos de un segundo, los relojes de segundos muertos muestran saltos de un segundo y proporcionan una lectura más legible y precisa de la hora (como los relojes de cuarzo, pero por motivos diametralmente distintos: el cuarzo lo hace para ahorrar energía).

El volante funciona a 18.000 alternancias por hora y el mecanismo de parada de segundos permite un ajuste preciso de la hora. Aunque el barrilete almacena energía para varias horas más, un mecanismo de parada en cruz maltesa limita la reserva de marcha a 50 horas (lo que está muy bien para un reloj con segundos muertos), utilizando sólo el rango óptimo de su muelle. La reserva de marcha se muestra en la parte trasera del reloj.

El Ferdinand Berthoud Chronomètre FB 2RE se lleva con una correa de piel de aligátor cosida a mano y dotada de una hebilla de pasador a juego con el material de la caja. El reloj se lanza en dos ediciones limitadas de 10 piezas para cada una de las versiones. El precio es de 210.000 francos suizos. Así que no, no es precisamente un precio de entrada. La altísima relojería que lleva su calibre, sus acabados y el esmalte de la esfera tienen la culpa.

Más información en FerdinandBerthoud.com.

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