Ya sabemos del gusto de MB&F por los relojes de mesa. Baste como ejemplo el StarFleet, que vimos en vídeo, o, completamente distinta, esta Medusa. Pero es que, en la mejor de las tradiciones relojeras más antiguas, también le gustan las cajas de música. Y ese es el origen de esta MusicMachine 1 Reloaded.
El primero de estos artefactos, la MusicMachine 1, apareció en 2013. En ese entonces Horas y Minutos todavía no había nacido, pero si vimos el alumbramiento de la MusicMachine2, de la que incluso publiqué la música. Para esta MusicMachine 1 Reloaded Max Büsser le pidió a al diseñador Max Maertens que estilizara la nave espacial musical para seguir provocándonos esa felicidad casi infantil que nos hacen sentir estas pequeñas maravillas. Y lo ha vuelto a hacer, claro, de la mano de la empresa Reuge, que es a lo que se dedica (merece la pena ver su web).
Recordemos que con Reuge también hizo la MusicMachine 3, totalmente Star Wars, y las deliciosas Kelys & Chirp, unas tortugas caminantes y con un pájaro cantarín dentro. Al igual que en la original, la MusicMachine 1 Reloaded mantiene su anatomía de nave espacial con hélices dobles y elegantes pontones del tren de aterrizaje. Cada cilindro reproduce tres melodías de 35 segundos cada una (el tema de Star Wars, la «Marcha Imperial» de El Imperio Contraataca y el tema de Star Trek en el cilindro izquierdo; «Another Brick in the Wall» de Pink Floyd, «Smoke on the Water» de Deep Purple e «Imagine» de John Lennon en el derecho).
En lugar de madera, la nueva versión es de aluminio anodizado y está disponible en ediciones azul, roja o negra limitadas a 33 piezas cada una. El estilizado fuselaje transmite el sonido a la placa vibratoria de latón del interior de la caja, que también se conduce a lo largo de los puntales laterales curvados y las aletas de aterrizaje. Las dimensiones de la máquina de música son 381 de ancho x 476 de largo x 140 mm de alto, con un peso de 3 kg.
La MusicMachine 1 Reloaded tiene dos movimientos independientes, cada uno de los cuales comprende una hélice de cuerda; un barrilete de muelle real (que parece un pistón debajo de la hélice); un cilindro horizontal con remaches en relieve que crean tres melodías; y un peine vertical con púas individuales afinadas a mano que hacen sonar cada nota. Aunque hubiera sido mucho más fácil duplicar los dos movimientos o simplemente cambiar las melodías, el concepto original de MB&F exigía una simetría perfecta y, si los movimientos fueran idénticos, el peine de un cilindro no estaría en el exterior. Así que Reuge dio el paso de configurar ambos movimientos como imágenes de espejo del otro, lo que significaba invertir completamente el diseño de los componentes y la arquitectura del movimiento.
El resultado es una joya no sólo para el oído, sino también para la vista.
El precio de cada una de estas maravillas es de 18.000 francos suizos (más el impertinente IVA). Eso son unos 17.400 euros. Quién pudiera. Hay más información en MB&F.com.