Para mí no hay labores artesanales -Metiers D’Art en francés- como las de Vacheron Constantin. La maestría en el uso de las herramientas, la perfección de los acabados se dan por supuestos. Pero el buen gusto, la clase a la hora de elegir los motivos es lo que distingue a la marca. Estos Vacheron Constantin x Le Louvre son el último ejemplo, pero recordemos estos relojes o estos de aquí.
En 2019 Vacheron se asoció con el Louvre, algo que tiene perfecta lógica. Esa sociedad tuvo como primer fruto la reparación del reloj La Création Du Monde y, para celebrarlo, la subasta de un reloj único. Hablé de todo ello en este artículo. Ahora aparecen estos Vacheron Constantin x Le Louvre, que recrean piezas de diversas -y significativas- civilizaciones en la esfera, para convertirlos en nuevos objetos de deseo. Vamos a ver cada una de ellas.
VICTORIA DE SAMOTRACIA
O Nike, en griego. Esta escultura es una inmaculada obra maestra de la escultura helenística, que destaca por el virtuosismo del trabajo escultórico en mármol blanco de Paros y la ingeniosidad de su construcción, que representa a una diosa de pie sobre la proa de un barco.
Esta victoria suele asociarse frecuentemente con las batallas de Eurimedonte y Mioneso, en las costas de Asia menor, en los años 190 y 189 AC. En estas dos batallas, el reino de Pérgamo, aliado con el reino de Rodas y Roma, triunfó sobre sus tradicionales enemigos, los reinos de Antioquía y Macedonia. El ropaje de la estatua, agitado por el viento, con una larga caída de tejido recogida en profundos pliegues entre las piernas, representaba una importante dificultad para el orfebre encargado de reproducir todas sus sutilezas para este Vacheron Constantin x Le Louvre.
El centro de la esfera principal está esmaltado en marrón, color que resulta muy difícil de obtener y que exige una combinación de esmaltes nada comunes, que de hecho ya no se producen, así como seis pasadas por el horno kiln. En el perímetro se muestra esmalte grisalla que reproduce los frisos decorativos tomados de dos jarrones griegos. Estos objetos cerámicos sobre los que se han trazado figuras geométricas pintadas en rojo muestran diferentes ornamentos con follaje o motivos geométricos, que se recogen en la esfera.
La inscripción griega antigua grabada en bajorrelieve en el cristal de zafiro que sirve de base a la Victoria aplicada ha sido tomada de una estela votiva del segundo siglo
A.C. descubierta en Samotracia. Se trata de una lista de atenienses iniciados en los misterios de los dioses olímpicos de la isla, bajo la dirección de un tal Sócrates.
BUSTO DE AUGUSTO
El segundo de los Vacheron Constantin x Le Louvre Métiers d’Art llega a Roma. Mostrado con el tocado de hojas de roble, Augusto parece tener más edad en este busto de mármol que en otras efigies en las que porta la corona cívica, que se suelen vincular a la fecha en la que le fue concedida por el Senado, en el año 27 a. C. Mientras que Augusto tenía 36 años en ese año que señaló el inicio del Imperio Romano, el retrato es el de un hombre que ya ha cumplido los cincuenta.
Sus rasgos, no obstante, son objeto de la idealización que se transmite en las monedas elaboradas en los talleres de Roma y que se distribuyen por todo el imperio. El busto, representado con el torso cubierto con una coraza, indica que el emperador se muestra como señor de la guerra, destacando que su autoridad tiene su origen exclusivamente en la voluntad, por ficticia que sea, de los ciudadanos.
El centro de la esfera está esmaltado en azul verdoso, mientras que la periferia está adornada con micro mosaico de piedra. Este es el famoso mosaico del siglo cuarto descubierto en Lod, Israel, que ha servido de inspiración para los motivos ornamentales que se encuentran en la periferia de la esfera. La dificultad para el maestro artesano radicaba en el hecho de que cualquier error en la
colocación y pegado de los minúsculos fragmentos de piedra hubiese requerido volver a esmaltar la esfera con la técnica Grand Feu que se usa de base.
Se utilizaron no menos de siete tipos de piedras, 660 unidades en total, para componer este micromosaico.
La inspiración para el friso exterior en oro blanco, que muestra un huecograbado con patinado por horneado en kiln, provino de otro mosaico: aquel en el que se muestran animales tocando
instrumentos musicales, también del cuarto siglo y descubierto en Sousa, una ciudad portuaria del este de Túnez.
La inscripción en latín grabada en el cristal de zafiro que sirve de base al busto de Augusto está tomada de una dedicatoria dedicada al Genio (protector divino) de la ciudad de Russicada (actual Skikda, en Argelia). El texto conmemora su establecimiento por parte de un dignatario local, que abre su invocación con un tributo al emperador.
LA GRAN ESFINGE DE TANIS
Este modelo homenajea a la monumental Gran Esfinge de Tanis. Una de las dificultades para el maestro artesano que se encargó de grabar el medallón de oro que representa la cabeza de la esfinge, además de la de modelar el rostro, radicó en representar la gran barba postiza en un espacio tan limitado. El orfebre tuvo que trabajar en relieve utilizando la técnica de ornamento Punzonado, a pesar de la finura de la placa, antes de acentuar el efecto de profundidad aplicando una pátina al material, primero con una lamparilla y después a mano.
La esfera principal está elaborada con esmalte cuyo profundo color, una mezcla de esmaltes azul y negro, se obtiene después de seis pasadas por el horno kiln. Los elementos decorativos de la esfera están inspirados en el collar mostrado en el cartonaje del ataúd de Nakht-khonsou-irou. Durante la 22ª dinastía, la momia del finado se colocaba rodeada de vendas o en un cartonaje de ataúd, un material compuesto por varias capas de tejido adheridas, estucadas y pintadas.
El torso siempre está cubierto por un gran collar compuesto por motivos geométricos y florales. El collar está cuajado de pétalos que se reproducen en esmalte champlevé y salpicado de incrustaciones para dar al friso exterior una apariencia envejecida. Bajo este collar aparece un halcón alado con cabeza de carnero, y el plumaje de las alas muestra el dial, una vez más, en
esmalte champlevé.
El último componente cultural es el cristal de zafiro que sirve de base al medallón de oro y que está ornamentado mediante la técnica de grabado por metalizado, con inscripciones jeroglíficas tomadas de un cartucho de la esfinge de Tanis.
En este caso indican el nombre del faraón Merenptah (1213-1203 a. C.), hijo y sucesor de Ramsés II, bajo el epígrafe: “Rey del Alto y Bajo Egipto Ba-en-Ra-mery-Amon. El hijo de Ra, Merenptah, que estando en paz con el Ma’at, goza de vida eterna”.
LEÓN DE DARÍO
El último de los Vacheron Constantin x Le Louvre nos lleva al reinado de Darío el Grande. El friso de los leones es uno de los escasísimos elementos decorativos del Palacio de Darío en Susa que se descubrió in situ, en el primer patio que acogía a los visitantes. La decoración animal era una parte importante de la iconografía de los palacios persas, pero también lo había sido, anteriormente, de los palacios asirios y babilónicos. El símbolo del león, que representa simultáneamente un animal real y un atributo divino, solía encontrarse frecuentemente en estos jardines destinados al ocio y en reservas de caza para uso exclusivo de los monarcas persas y los soberanos asirios antes de ellos.
Como los leones forman parte del friso, el fondo de la esfera del reloj tenía que representar esta decoración de ladrillos vitrificados colocados sobre una pared. Para lograrlo, los artesanos optaron por la técnica de la marquetería de piedra; y para acentuar la apariencia realista, eligieron fragmentos de piedra veteados, que son por definición mucho más frágiles que los no veteados.
Dada la gran cantidad de material desaprovechado al cortar las piedras, fue necesario hacer tres pedidos sucesivos para acabar obteniendo las 69 piezas que integran esta obra de marquetería, de diferente apariencia y tamaño.
El friso que rodea a la esfera estaba inspirado en la decoración de otra obra muy conocida del Palacio de Darío: el Friso de los Arqueros. La ornamentación, consistente en una yuxtaposición de triángulos, está elaborada con metal labrado y esmalte champlevé, con incrustaciones de apariencia envejecida. Las inscripciones caligráficas grabadas con técnica de metalizado en el cristal de zafiro están tomadas de una tableta inscrita en persa antiguo. Este texto de escritura cuneiforme es uno de los primeros escritos por Darío tras su llegada al poder.
El funcionamiento se ha encomendado a un calibre mecánico de carga automática de manufactura, el Calibre 2460 G4/2, que activa indicaciones mediante discos de hora, minutos, día de la semana y fecha del mes, distribuidas alrededor del perímetro de la esfera. Se mueve a 4 hercios y tiene 40 horas de reserva de marcha. La m,asa oscilante de oro de 22 quilates, con grabado de la fachada este del Louvre.
Los cuatro Vacheron Constantin x Le Louvre tienen cajas de oro blanco o rosa, con 42 mm de diámetro. Son ediciones limitadas a 5 unidades, de las que no se ha revelado el precio. Hay más información, más fotos y más vídeos en la web de la manufactura y en su canal de YouTube. Recomiendo encarecidamente visitar ambos. VacheronConstantin.es.
