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Omega mira al futuro: el nuevo Speedmaster X-33 Marstimer da la hora en Marte (y aquí)

Omega Speedmaster X-33 Marstimer

OMEGA ha vuelto a poner sus ojos en el planeta rojo. Aunque el proyecto más cercano es volver a la Luna, que dio el nombre de Moonwatch a su reloj más emblemático, el futuro a medio/largo plazo es llegar a Marte. Para ese planeta hace tiempo que la manufactura había creado un reloj al que ahora da un nuevo impulso: el Speedmaster X-33 Marstimer.

UN POCO DE HISTORIA

La colaboración entre Omega y la NASA fue un proyecto de larga duración que no terminó con la llegada del Speedmaster a la Luna. A principios de los 70, Omega crea el llamado «Proyecto Alaska» con la idea de suministrar un Speedmaster que pudiera soportar las variaciones de temperatura de entre -148 y +260 grados centígrados que se iban a encontrar los astronautas que investigaran la cara oculta de la Luna.

El reloj iba a estar protegido gracias a una llamativa caja de color rojo y fabricada en aluminio anodizado, que además incorporaba unos pulsadores de pistón para no perder la función de cronógrafo. Además, las manecillas del crono adoptaron una forma especial (que recuerda a las cápsulas Géminis de la NASA) para que su lectura fuera posible incluso en las peores circunstancias de visibilidad y vibración. Esas manecillas, junto con la esfera blanca y la caja roja, dotaron al modelo de una personalidad única.

Pero, con la cancelación del proyecto Apollo, la NASA no necesitaba más relojes, así que el proyecto Alaska se detuvo temporalmente. En 2008 Omega lanzó una edición limitada a 170 unidades para recordarlo, que fue todo un éxito y que sigue siendo muy buscado.

Y también se ha recuperado para el lanzamiento del ya famosísimo Omega Moonswatch.

En 1972 Omega presentó a la NASA el Alaska Project II, que toma el proyecto inicial y hace que las subesferas sean radiales para mejorar su lectura. Además sustituye el taquímetro, que no tiene utilidad en el espacio, por un bisel de 60 minutos. Por último, la caja es de titanio para evitar el brillo.

En 1978 aparece el Alaska Project III, que es un Speedmaster Moonwatch casi estándar: sólo varían los contadores, que son radiales. Son los modelos que volaron en la primera Space Shuttle.

Por último, en 1979 aparece el Alaska Project IV, basado en el Speedmaster Professional Quartz (ref. ST 186.0004). Las funciones seguían siendo las mismas, pero también incluía como innovación un sistema de luz BETA para iluminar la pantalla, en vez de utilizar una clásica bombilla. Se enviaron 12 piezas a los astronautas de la NASA, que probaron el reloj en los entrenamientos y en el transbordador espacial. Finalmente, decidieron no adoptar el reloj.

Sin embargo, esta cuarta fase del Proyecto Alaska sirvíó de base para el futuro Omega Speedmaster X-33, que tenía la misión de proporcionar más herramientas útiles a los astronautas. Se presentó en 1998, fruto de la colaborción con astronautas de la NASA, cosmonautas rusos y algunos ex pilotos militares profesionales.

De hecho, la NASA pidió que no fuera sólo digital, sino que tuviera también una parte analógica porque, en condiciones adversas en el espacio, la pantalla no se leería, mientras que las manecillas sí.

Estaba fabricado íntegramente en titanio y llevó algunos de los elementos de diseño clásicos del Speedmaster digital a un nuevo nivel, más robusto y más moderno. Las funciones incluyen un cronógrafo (de varios días), un calendario, varios husos horarios, una alarma y un bisel giratorio para realizar cálculos. Se dejó de fabricar en 2006, pero siguió en servicio para las misiones de la NASA.

En 2014, Omega presentó el Speedmaster Skywalker X-33, desarrollado junto a la Agencia Espacial Europea (ESA). Fabricado en titanio (una combinación de grado 2 y 5), modernizado en su diseño y funcionalidades, vuelve a ser una herramienta propia de pilotos profesionales que está «Probada y certificada por la ESA», como reza en su fondo de caja. Pero también está disponible para el público.

Este reloj de 45 mm supone una potente actualización con respecto a la generación anterior y ahora cuenta con una gran pantalla LCD, con funciones como husos horarios, alarma, cronógrafo, cuenta atrás, calendario e indicaciones específicas para astronautas; tiempo transcurrido de misión («Mission Elapsed Time», o MET) y tiempo transcurrido de fase («Phase Elapsed Time», o PET).

En 2015 Omega lanza el muy atractivo Speedmaster Skywalker X-33 Solar Impulse Edición Limitada, que acompaña a un avión que dio la vuelta al mundo impulsado sólo por energía solar.

Por último, en 2017, la casa lanza el Speedmaster X-33 Regatta ETNZ, una versión marina pensada para las regatas. Fue una edición limitada a 2017 unidades, pero sigue estando disponible; imagino por tanto que lo más limitado han sido éxito en el mercado.

SPEEDMASTER X-33 MARSTIMER

Ahora, siguiendo la tradición de colaborar con las agencias espaciales de todo el mundo, Omega y la Agencia Espacial Europea han desvelado su última creación, pensada para el futuro de las misiones tripuladas. Aunque este Speedmaster X-33 Marstimer conserva la mayoría de las especificaciones del Skywalker, se han realizado algunas actualizaciones.

Exteriormente el Marstimer no cambia mucho con respecto a su hermano mayor. La caja está fabricada en titanio de grado 2 y tiene 45 mm de diámetro, una altura de 14,7 mm y un largo de 48 mm. Tiene múltiples pulsadores bien integrados: a la derecha aparece la clásica configuración de corona y dos pulsadores, mientras que a la izquerda tiene otros dos.

La principal actualización del diseño tiene que ver con el bisel, que tiene un evidente aire marciano gracias a su anillo de bisel de aluminio anodizado en color rojo hematita, que recuerda al polvo característico de Marte. Este color también está presente en el segundero, que tiene un tono degradado de negro a rojo hematita. El brazalete también es idéntico, al igual que el fondo de la caja.

La esfera del Speedmaster X-33 Marstimer sigue siendo una pantalla LCD con función de retroiluminación, con una combinación de indicaciones analógicas (horas, minutos, segundos) y digitales. Pero ahora se han añadido al reloj algunas funcionalidades orientadas a Marte, según los requisitos de la ESA. Según la agencia, hubo que adaptar las funciones, por la razón principal de que un día en Marte es 39 minutos y 35 segundos más largo que en la Tierra. Esto dificultala necesidad de coordinar las acciones entre los diferentes miembros de una misión en la superficie de Marte, pero también de asegurarse de que el contacto con el control espacial sea preciso, ya que está en la hora clásica de la Tierra.

El Speedmaster X-33 Marstimer también incluye una brújula solar para buscar el norte en los dos planetas, así como las funciones que ya tenía el Skywalker: cronógrafo, reloj mundial, alarmas… y un detalle: presenta el símbolo de la tierra y de Marte según se estén usando funciones relativas a uno u otro planeta. Por supuesto, todos los datos relevantes se iluminan en la oscuridad, gracias a los leds y a la Super-LumiNova.

El calibre 5622 que se encuentra en el interior del reloj, obviamente de cuarzo, tiene una pila que dura 24 meses (que se me hace poco, sabiendo que sólo el vuelo entre los dos planetas puede tardar 7 meses) y está oculto tras un fondo de caja de titanio con la mención «SPEEDMASTER X-33 MARSTIMER, ESA TESTED AND QUALIFIED».

El Speedmaster X-33 Marstimer tiene un precio de 7.100 euros y ya está disponible en la tienda en línea de la marca, en sus boutiques y en los distribuidores autorizados. Se presenta con un brazalete de titanio de grado 2 y grado 5, y en el estuche se incluye también una correa NATO específica y una herramienta de cambio de correa, además de una reproducción de Hebes Chasma, un cañón escarpado único en la superficie de Marte.

No es que el ciudadano medio vaya a utilizar las funciones marcianas muy a menudo, pero como reloj multifunción no puede ser más atractivo. Más información en Omega.es.

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