Breitling acaba de lanzar una nueva adición a una de sus familias más conocidas, añadiendo una complicación que no puede faltar hoy en día: son los Chronomat Automatic GMT que, en un tamaño de 40 mm, está destinado a satisfacer a muchas muñecas.
Hasta ahora, dentro de la familia Chronomat, había un tamaño máximo de 36 mm antes de saltar hasta 42 mm y después a 44 mm (como este modelo que vimos en vivo). Eso dejaba fuera mucho terreno de muñeca, demasiado grande para 36 y demasiado pequeño para 42. Eso es lo que estos Chronomat Automatic GMT y los Super Chronomat de 38, de los que hablaremos después, han venido a solucionar.
Y, como es habitual en Breitling, lo hace con una amplia panoplia de colores para atraer al máximo de gustos posibles. Por supuesto están el azul y el verde, que son las variaciones clásicas y prácticamente obligatorias de los tradicionales blanco y negro:
Todos estos modelos puede verlos en la Geneva Watch Days, donde se presentaron bajo embargo. Desafortunadamente entonces no tenían una de las esferas más interesantes, que es la gris pizarra:
Como indica su nombre, los Breitling Chronomat Automatic GMT 40 tienen 40 mm de diámetro, y una altura de 11,7 mm, unas medidas -sobre todo la altura- suficientemente contenidas para que el reloj repose bien sobre la muñeca. De hecho, a pesar del marcado bisel, característico del modelo con los protectores en los cuatro puntos cardinales, el reloj parece más pequeño de lo que de verdad es.
Los relojes también conservan otra de las características del modelo: la corona de cebolla, escoltada por unos protectores pensados para ayudar a salvaguardar la hermeticidad hasta los 200 metros. Con la distribución de superficies pulidas y satinadas, el reloj se garantiza una ventajosa posición entre los «relojes para todo momento».
Por supuesto, los Chronomat Automatic GMT también mantienen el característico brazalete Rouleaux, o «rodillo», formado por eslabones largos y cilíndricos con puntas redondeadas que recuerdan a pequeñas balas, lo que tiene todo el sentido si recordamos el origen de este modelo (lo conté en el artículo sobre el Chronomat 44).
El brazalete se asegura con un cierre de mariposa, que añade el nombre y logotipo de la marca.
La esfera de los Chronomat Automatic GMT es, sin embargo, mucho más clásica, y está diseñada para tener una lectura rápida y precisa de los datos.
Los índices (doble el de las 12 horas) se abren para acoger una franja de Super-LumiNova, que también encontramos en las espadas de horas y minutos.
La manecilla de la complicación que da nombre al reloj es de color rojo, a juego con su las letras GMT, y se alarga hasta el borde de la esfera para que la lectura sea, una vez más, precisa.
Todo ello sobre una esfera decorada con rayos de sol, lo que hace que los colores resulten siempre atractivos. En la versión blanca, negra y azul, el fondo de la ventanilla de fecha cuadra con el color de la esfera.
A cargo de las operaciones se encuentra el calibre Breitling 32, que es en realidad el ETA 2893-2, un movimiento GMT «caller»; es decir, que lo que se mueve es la aguja de GMT, no la de las horas (lo que sería un GMT «Traveller». Expliqué las diferencias en este vídeo). Eso sí: como siempre en Breitling, el Chronomat Automatic GMT está certificado como cronómetro, algo que lo alza por encima de la media de los relojes de su segmento. Pero la reserva de marcha sigue siendo de unas exiguas 42 horas, y la tapa trasera, roscada, es decepcionante.
Lo que es innegable es que el Chronomat Automatic GMT se lleva muy bien en la muñeca, y desprende una elegancia que no sueles esperar de un reloj deportivo. Su precio, sin embargo, se puede hacer cuesta arriba: 5.550 euros. Pero los Chronomat son auténticos superventas de la marca, así que es evidente que gustan mucho. Algo tiene el agua cuando la bendicen.
BREITLING SUPER CHRONOMAT AUTOMATIC 38
El segundo diámetro nuevo es el de 38 mm, aunque -al menos inicialmente- se ha destinado al mercado femenino. Curiosamente, la altura es de 11,8 mm, una décima más que el reloj GMT.
Lo que hace «súper» al Super Chronomat son los índices móviles del bisel y la corona, que están hechos de cerámica del mismo color que la esfera. No sólo añade un calificativo al nombre, sino también un aspecto más lujoso.
Además son los primeros Super Chronomat que incluyen diamantes en el bisel (que puede ser de acero o de oro). Los diamantes son de laboratorio, y se consiguen de un modo muy interesante:
Son diamantes monocristalinos de tipo IIA, que son los más valorados y puros. Se crean aplicando gas y calor a un corte de diamante en el vacío. Bajo el calor, el gas se convierte en una nube de plasma, creando las condiciones que permiten al diamante cristalizar y crecer. Los diamantes cultivados en laboratorio son idénticos a los diamantes extraídos y se someten a las mismas rigurosas pruebas de calidad.
Dentro se mueve el calibre Breitling 17, que no es otro que el archiconocido ETA 2824-2. Eso sí, certificado como cronómetro por el laboratorio COSC. Los precios de la versión de acero y diamantes con esfera azul es de 9.450 euros, mientras que la versión de oro y diamantes con esfera verde es de 13.600 euros. La versión blanca la vemos a continuación.
BREITLING SUPER CHRONOMAT AUTOMATIC 38 ORIGINS
Si con los diamantes de laboratorio se soluciona el problema ético de la extracción de diamantes en zonas de guerra sin comprometer la calidad, con el Super Chronomat Automatic 38 Origins se da un paso más, ya que el oro proviene de minería justa y es completamente trazable, controlado por la Swiss Better Gold Association.
La asociación mejora las condiciones de trabajo, de vida y medioambientales en las comunidades mineras de oro artesanales y de pequeña escala (Artisanal and Small-Scale -ASM-) y facilita la creación de cadenas de suministro responsables para el mercado suizo.
Breitling está trabajando para que todo su oro sea rastreable hasta minas específicas ASM para 2025. Por cada gramo de oro comprado, Breitling hace una contribución que apoya los proyectos de desarrollo de las comunidades locales. Las comunidades, a su vez, se benefician de inversiones en infraestructuras, salarios legales, condiciones de trabajo saludables, protección de la biodiversidad y, al cierre de las actividades mineras, rehabilitación de las tierras.
Ya había iniciativas de este tipo, pero sin duda que lo haga Breitling, que es una marca que apunta al público general y por tanto mueve muchísimas unidades, sí que es encomiable y, si no estoy equivocado, también es la primera de este nivel en hacerlo. Felicidades por ello.
Este Super Chronomat Origins tiene un precio de 19.400 euros. Todos los modelos se pueden encontrar en las boutiques de la casa, en sus distribuidores autorizados y en la tienda online de Breitling.es.