Bell & Ross lanza una nueva colección a la que denomina genéricamente BR-X5 y que empieza con tres modelos muy distintos entre ellos.
En realidad, para los que sean seguidores de la marca creada por Carlos Rosillo y Bruno Belamich, estos nueva rama de la marca le resultará familiar: tiene todas las hechuras de la colección BR-05 (por ejemplo este esqueletado que vimos en vivo), del que toma muchos elementos externos, pero que complementa con otros que dan más empaque al producto, además de un porte más deportivo.
De hecho, los BR-X5 mantienen el mismo diámetro que el BR-05: 41 mm. Pero su altura de 12,80 mm le da mucha más presencia en la muñeca, haciéndolo parecer bastante más agresivo, por así decir, que su hermano mayor. El BR-05 es más de Starbucks que el BR-X5, que no se encontraría a disgusto tomando café con churros, si se me permite la comparación. Así que el X5 es más de los míos; sobre todo la versión negra.
ESTRUCTURA MULTICAPA
La altura viene dada por una construcción más compleja: La caja está fabricada íntegramente en acero y construida alrededor de un contenedor estanco, una especie de núcleo central que protege el movimiento. El protector de la corona está hecho a partir del mismo bloque que el contenedor.
El bisel cuadrado con su cristal de zafiro sobre la esfera y el fondo abierto sobre el movimiento están fijados a las dos placas de acero que forman la parte superior y el fondo de la caja. El conjunto placas-contenedor-fondo de caja se mantiene estanco mediante 4 tornillos que atraviesan el grosor de la caja a través de 4 columnas que refuerzan la solidez de la construcción.
Este conjunto multicapa es discreto desde la parte delantera, pero cobra todo su sentido cuando se mira el BR‑X5 desde el lateral. La arquitectura hueca del centro de la caja es evidente, revelando una construcción técnica que optimiza la ligereza sin comprometer la resistencia.
Un anillo de caucho resalta el bisel del BR-X5, de manera que la sensación de construcción cuidada y de lujo es mayor que en el BR-05. Donde más se nota es en el llamado Ice Blue (que todo el mundo va a llamar Tiffany’s -y seguro que eso ya lo dan por descontado en la marca-), pero especialmente en el modelo de carbono, donde además se ha pintado la carrura de naranja.
Por lo demás, el esquema de satinados y pulidos del BR-X5 es idéntico al de los BR-05.
ESFERA CON COMPLICACIONES
Aunque los índices y manecillas de los BR-X5 son iguales que las de los BR-05, el aspecto varía bastante. Y no sólo en los colores. Si vamos de fuera adentro, nos encontramos en el flanco unos numerales que marcan los minutos de diez en diez. Esto antes sólo aparecía en la versión cronógrafo y la GMT del 05, pero ahora son menos y más grandes, para darle más fuerza.
Ya dentro de la esfera nos encontramos, a las 3 horas, una ventana que permite ver la fecha actual, la anterior y la posterior. Y, a las 9 horas, una reserva de marcha de 70 horas, acentuada por un borde en relieve.
CALIBRE DE MANUFACTURA
De mover todo esto se encarga el Calibre 323, que Bell & Ross califica como «de manufactura».
Al aficionado avezado le sonará mucho el calibre, y con razón, porque es clavado al de Tudor. Y esa es la explicación: el movimiento está fabricado por Kenissi. Kenissi es propiedad de Rolex y también de Chanel, que a su vez es accionista de Bell & Ross. Por tanto, cuando Kenissi fabrica este movimiento para el BR-X5, B&R se beneficia de todo el saber hacer y tecnología que ha puesto Rolex en la fabricación de sus calibres.
Así, el calibre 323 se mueve a 4 hercios y tiene la ya mencionada reserva de marcha de 70 horas. Pero además está certificado como cronómetro por el laboratorio COSC. La casa no habla de medias diarias, pero si es como con Tudor (y no tiene por qué no serlo), estamos hablando de un movimiento muy, muy preciso.
Es un gran salto con respecto a todo lo anterior, que lleva dentro movimientos Sellita.
CAUCHO O METAL
Por último, los relojes se pueden comprar con una correa de caucho con potente presencia, o con el mismo brazalete que lleva el BR-05.
Los precios de los BR-X5 son de 6.900 euros con correa de caucho y de 7.400 con brazalete. La versión de titanio y carbono tiene un precio de 11.900 euros. Bell & Ross se mete así en la gama alta de los relojes de su segmento, donde hay una competencia feroz porque no sólo importa la calidad del producto, sino el peso del nombre de la marca. A ver qué tal responde el mercado, aunque la de la marca es una historia de éxitos. Más información en Bell&Ross.es .