El Patek Philippe 5320G es otra de esas bellezas que ha lanzado la marca en 2022. Patek Philippe lleva ya un tiempo modernizando su oferta, haciéndola más contemporánea y atractiva para los nuevos inversores, que no necesariamente se sienten atraídos por los clásicos más clásicos de la casa. Incluso el que más lo es, el Calatrava de tres agujas, se ha transformado este año, y ahora es un reloj que yo llevaría en la muñeca encantado (cosa que nunca ocurría antes). Y convertir en moderno algo que lleva mucho tiempo siendo igual es muy arriesgado, pero Patek lo está haciendo de sobresaliente. Y esta es otra prueba de ello.
Pero eso no quiere decir que el Patek Philippe 5320G salga de la nada. En primer lugar, porque el modelo ya existía: presenté en vivo la versión en crema en 2017. Pero si investigamos en el cuadro de la historia de los calendarios perpetuos de la casa, nos encontramos con la referencia 1591, de 1944, que es el antepasado directo del nuevo reloj.
Pero menuda diferencia entre el antepasado y el actual, ¿verdad? Y eso que los numerales de la fecha son más bonitos en la versión del 44 que en la de 2022, pero quién querría el antiguo pudiendo tener el moderno. Entre otras cosas por el tamaño: el Patek Philippe 5320G de 2022 mide 40 mm de diámetro y sólo 11,13 mm de altura, una medida excelente para todo lo que lleva dentro. Por supuesto, la G del nombre significa que el reloj está fabricado en oro. Blanco, en este caso.
Esta caja está estampada y no fresada, un proceso normalmente reservado a los relojes de gama baja. Pero la compleja forma de las asas y la necesidad de obtener una faceta ultra nítida exigían el uso del estampado. Y puesto que Patek no suelda las asas a la caja, ésta era la única manera de obtener estas impresionantes asas con triple escalón y que, visto en la fotografía de arriba, me recuerda a la ópera de Sydney.
Por cierto que las asas también tienen antepasado conocido: la referencia 2405 de 1948, que además tiene unos índices aplicados que me encantan.
La gran cambio de este Patek Philippe 5320G es, claro, la esfera salmón, que lleva aparejada la desaparición de la esfera crema. Y me da a mí que nadie la va a echar de menos, porque la nueva tiene una presencia que enamora a primera vista. La inspiración militar de la esfera, con grandes numerales arábigos y manecillas de jeringuilla, no es nada extraña en los relojes modernos de la casa. Por poner un solo ejemplo, el calendario anual que vimos en vivo este mismo año.
Tanto las manecillas como los índices están hechos de oro de 18 quilates y recubiertas de antracita para lograr el contraste. La datos en la esfera son los ya conocidos, con un calendario perpetuo sencillo y estilizado compuesto por una subesfera de fecha y fases lunares a las 6 horas, dos aberturas para el día y el mes a las 12 horas y, por último, dos pequeñas aberturas circulares para el indicador de día-noche y el año bisiesto.
El color salmón de la esfera del Patek Philippe 5320G se consigue aplicando oro rosa sobre la base, al que se le añade un lacado opalino que le da esa textura suave y un tono especial, ni agresivo ni pálido. Francamente bien conseguido (como no cabía esperar de otra manera, viniendo de Patek).
Al igual que en la versión anterior, el Patek Philippe 5320G se mueve gracias al calibre 324SQ. Es un movimiento automático con 367 componentes, entre los que por supuesto está el volante Gyromax y la espiral Spiromax, propios de Patek. Late a 4 hercios y sólo tiene 45 horas de reserva de marcha, poco admisible en un reloj (y una marca) de este nivel, pero que la casa no parece dispuesta a resolver. Supongo que porque no le da la gana, y punto.
La decoración es correcta, lo que no es decir mucho para ser Patek. Côtes de Genève en los puentes (y circular en el rotor de oro), perlado en la placa base y cantos biselados. Lo suficiente como para que la casa grabe su propio sello de calidad en uno de los puentes (cómo si no, claro).
En resumen, este Patek Philippe 5320G es una preciosidad de reloj que a cualquiera nos gustaría poder llevar en la muñeca. Su precio es de 97.570 euros, y está disponible (entiéndase «disponibilidad» en los términos de Patek, claro) en los distribuidores autorizados de la marca. Más información en PatekPhilippe.es.