Icono del sitio Horas y Minutos

Code 11.59 by Audemars Piguet Starwheel. La historia y el renacer de «la hora errante»

En la muñeca: Code 11.59 by Audemars Piguet Starwheel

Audemars Piguet ha anunciado el renacer de una complicación que estuvo entre sus filas durante mucho tiempo: la Hora Errante. Pero en vez de una representación clásica, lo ha hecho con este Code 11.59 by Audemars Piguet Starwheel, lo que significa que la reencarnación del mecanismo y su presentación tienen un aspecto mucho más contemporáneo.

UN POCO DE HISTORIA

El lejano antepasado del Audemars Piguet Starwheel debe su origen, nada menos, al papa Alejandro VII, en el siglo XVII. En 1655, el Papa Alejandro VII pidió que le fabricaran un reloj silencioso. Se quejaba a su secretario, el cardenal Barberini, de que el reloj de su dormitorio no le dejaba dormir con su incesante tic-tac. Lo peor de todo es que, cuando su sueño se veía perturbado, ni siquiera podía leer la hora en la oscuridad total de su dormitorio. El cardenal Barberini cumplió los deseos del pontífice y llevó su petición a unos respetados relojeros romanos, los hermanos Campani que, como buenos hombres de su época, además de relojeros eran inventores y filósofos.

Para satisfacer las necesidades del papa, Pietro Tommaso inventó el escape silencioso. Sustituyó el escape de áncora, entonces de uso común, por un péndulo unido de tal manera que el nuevo escape podía girar continuamente sin interrupción, eliminando así el sonido del tic-tac.

Escape continuo y péndulo del reloj nocturno de Pietro Tommaso Campani ©The Trustees of the British Museum

Aquí es donde las cosas se ponen realmente interesantes. Se cree que el físico, astrónomo e inventor holandés Christiaan Huygens inventó el reloj de péndulo en 1656. Sin embargo, parece que los hermanos Campani se le adelantaron al menos un año. En última instancia, la verdad exacta se pierden en la historia, pero el péndulo no fue el único invento que se encuentra en este reloj papal del siglo XVII que puede atribuirse a los hermanos Campani.

Una vez resuelto el problema inicial del Papa, los hermanos fueron más allá y combinaron el escape silencioso con un reloj que podía leerse fácilmente tanto de día como de noche.

Reloj nocturno creado por Pietro Tomasso Campani en 1683 ©The Trustees of the British Museum

Como fuente de luz, se colocaba una vela en un soporte dentro del reloj, con un conducto de humos instalado en la parte superior para que salieran el humo y el calor. Detrás de la esfera de cobre, un disco metálico con dos ventanas a través de las cuales se podían ver los números de las horas, giraba en el sentido de las agujas del reloj a medida que giraba el movimiento. Desde el frente, la hora recorría la esfera en una luneta, desapareciendo por un lado mientras la siguiente hora aparecía por el otro. El resultado fue la primera indicación de hora errante que, combinada con la luz parpadeante de la vela a través de los números horarios recortados, creó el primer reloj nocturno luminoso.

Impresionado por las proezas de los hermanos Campani, el Papa Alejandro VII les concedió un privilegio papal -similar a la protección de los derechos de autor- sobre sus diseños y los hermanos pasaron a fabricar estos relojes para reyes, reinas y nobles de toda Europa.

Otro reloj nocturno del Pietro Tommaso Campani – 1682

A partir de finales del siglo XVII, esta complicación se ganó un puesto en los relojes de bolsillo, donde aparecía sin retroiluminación. Aunque la ventanilla en forma de arco seguía midiendo 180°, la gradación de los minutos se sumaba a la de los cuartos de hora para una mayor precisión. Durante el siglo siguiente, estos relojes constituyeron un prestigioso regalo, a menudo con la imagen de personajes ilustres. 

En el siglo XIX, los relojes de hora errante perdieron adeptos. Los ejemplares de la época se caracterizaban por la presencia de un sector de 120° a fin de facilitar la lectura, y la desaparición tanto de la indicación de los cuartos como de la pequeña ventanilla de las horas. La visualización seguía siendo misteriosa, con el mecanismo siempre disimulado. La hora errante de 360° hizo también su aparición antes de ser reemplazada paulatinamente por la hora saltante típica del periodo Art Déco en el transcurso de la primera mitad del siglo XX.

En 1989, tras ver un artículo en el Journal Suisse de l’Horlogerie sobre un reloj del siglo XVIII que no usaba manecillas para dar la hora sino tres discos rotativos que a su vez rotaban sobre un eje central, Audemars Piguet comenzó el desarrollo de un reloj -esta vez de muñeca- con el mismo mecanismo. Tras 18 meses de desarrollo se presentaba un Jules Audemars automático con tres finos  y trasparentes discos rotativos de zafiro, cada uno con cuatro numerales y una flecha sobre cada uno de dichos numerales. Los tres se movían sobre una rueda central que hacía una rotación completa cada tres horas.

Según gira, la rueda coloca el numeral de la hora a lo largo de un arco graduado de 0 a 60, de manera que las pequeñas flechas señalan los minutos. Una vez cada tres horas los tres discos transparentes realizan un cuarto de giro, de manera que también giran los numerales horarios. Y si hasta ahora no se te había venido a la cabeza la casa Urwerk y sus satélites horarios, es buen momento para que lo recuerdes.

Es una manera a la vez complicada, elegante y original de mostrar la hora. El de aquí arriba es un modelo decorado con hojas de acanto grabadas que apareció el mismo año que se lanzó el reloj, cuya primera versión es la que hemos visto en oro amarillo. También se lanzó una versión de bolsillo extraplana y con la misma decoración que el modelo original:

Para el 125 aniversario de la manufactura se lanzó un Star Wheel de bolsillo con dos caras, en una edición limitada a tres unidades. Una cara tenía un calendario que se mostraba al estilo Star Wheel y la otra una esfera tradicional, con manecillas y un pequeño segundero a las 6, y con el bisel con diamantes engastados. Además se lanzó una versión en platino. Y, por primera vez, el Millenary recibió un mecanismo Star Wheel, en edición limitada a 150 unidades: 125 en acero y 25 en oro rosa.

Pero sin duda el Star Wheel más original es el modelo John Shaeffer, cuya forma y nombre vienen de la pieza creada para el industrial John Shaeffer (y que ahora está en el museo Audemars Piguet). Shaeffer se dio cuenta de que su nombre y apellido sumaban 12 letras, así que le pidió a AP que le fabricara un reloj en el que las horas fueran las letras. El reloj que le confeccionó la manufactura, un repetidor de minutos, pasó a denominar a la gama de relojes con esa forma de cojín. Posteriormente se llamaron Tradition, una colección ya extinguida (aunque en relojería nunca se sabe).

El John Shaeffer Star Wheel se lanzó en 1995 en una edición limitada de 40 unidades; cinco en oro rosa, diez en platino y veinticinco en oro rosa. La característica más excepcional de este reloj, sin embargo, y que lo hace una pieza especialmente apreciada por los coleccionistas, es que incluye un repetidor de minutos.

Con la entrada en el nuevo siglo (2003) el Star Wheel se dejó de producir, desafortunadamente, pero esa larga ausencia se ha remediado ahora.

CODE 11.50 BY AUDEMARS PIGUET STARWHEEL

Este reloj, como la mayoría de sus predecesores, se basa en la exposición de la complicación en la parte superior de la esfera. Sin embargo, el efecto de exposición de los discos de zafiro ha desaparecido, sustituido por una visión diferente de las horas errantes. Esta nueva edición del Audemars Piguet Starwheel está alojada en la caja arquitectónica Code 11.59, presentada aquí en una combinación de oro blanco -para el bisel, las asas y el fondo de la caja- y cerámica negra -para el centro de la caja y la corona-.

Un gran contraste de colores que realza la bella y compleja forma de este reloj. Todas las piezas están meticulosamente acabadas, con un juego de biseles pulidos y superficies satinadas. Aquí se combina con una correa de caucho negro texturado.

Una base de aventurina azul sirve de fondo al ballet de los discos, que giran sobre su propio eje y un eje central, como planetas en un universo diminuto. Los tres discos ligeramente abombados son de aluminio y están teñidos de negro gracias a un tratamiento PVD, antes de adornarse con un acabado opalino arenado. A continuación, los números blancos de las horas errantes se transfieren a la esfera. La esfera está enmarcada por un reborde interior negro brillante, que presenta el clásico sector de minutos de 120 grados. Aparece además algo inédito para un Audemars Piguet Starwheel: una pista de segundos vinculada a un segundero central. Algo que la marca hizo para añadir más animación; para dar más juego a la complicación.

Bajo el fondo de zafiro se encuentra un conocido movimiento base, compartido con los relojes clásicos Code 11.59. La nueva versión de este movimiento, el Calibre 4310, tiene un módulo en la parte superior para mostrar las horas errantes. El módulo está accionado por un eje central, que completa una revolución en 3 horas y acciona los 3 discos mediante ruedas en forma de estrella situadas debajo.

A pesar del nuevo módulo, el movimiento conserva su reserva de marcha de 70 horas.

El nuevo Code 11.59 by Audemars Piguet Starwheel (referencia 15212NB.OO.A002KB.01) se ofrece como parte de la colección permanente y tiene un precio de 59.900 euros. Hay más información en audemarspiguet.es.

Salir de la versión móvil