La LVMH Week, la semana en la que las marcas de relojería del Grupo LVMH muestras algunas de sus novedades para el año que acaba de comenzar, dio ayer su pistoletazo de salida y ya tenemos algunas novedades. TAG Heuer ha presentado más variaciones de su reloj conectado que relojes mecánicos, lo que da una idea del esfuerzo comercial tan importante que está dedicando a una división electrónica en la que cree firmemente.
Pero sin duda lo que más ha sorprendido ha sido la presentación de este TAG Heuer Monza Flyback Chronometer, que trae a la palestra un reloj histórico de la marca. Histórico, pero que ha tenido una vida irregular porque ha estado eclipsado por otros modelos más exitosos.
UN POCO DE HISTORIA
La historia del Heuer Monza es un tanto liosa, como suele ocurrir con modelos que surgieron en los tiempos en los que no era tan importante la coherencia, la continuidad y el registro de actividad como lo es ahora. El modelo lo diseñó y lanzó en 1976 Jack Heuer para celebrar el primer título de campeón del mundo de Niki Lauda con Ferrari.
Cuando pensamos en un Monza pensamos en ese modelo, pero en realidad la idea se tomó de unos cronógrafos que la casa lanzó en en los años 30 y que tenían una caja con forma de cojín. Por eso cuando se relanzó en el año 2000, con el calibre 17, se recuperó esa caja, que se mantuvo en la edición limitada de 2011, en la que se presentó en 2016, que vimos en vivo, y en éste que vemos ahora (en vez de la de 1976).
Como curiosidad, el modelo se iba a llamar Modena en honor de la ciudad natal de Ferrari, pero pronto saltó a la vista la fuerza que tenía el nombre del primer circuito de carreras de Italia.
El TAG Heuer Monza Flyback Chronometer tiene una caja de 42 mm de diámetro y está fabricada enteramente en carbono. En el lateral encontramos una corona de carbono flanqueada por pulsadores de acero con DLC negro.
Su esfera negra esqueletada presenta un diseño con dos registros, que incluye un contador de cronógrafo a las 3 y un pequeño segundero a las 6, ambos de cristal de zafiro azul ahumado translúcido. El movimiento se ve a través de la esfera.
A las 9 se encuentra la ventanilla de fecha en azul luminiscente, una primicia en TAG Heuer, y los índices lacados en azul y las agujas de horas y minutos lacadas en blanco y negro llevan aplicado Super-LumiNova para una legibilidad óptima en condiciones de poca luz.
El calibre del TAG Heuer Monza Flyback Chronometer es, una vez más, el Heuer 02, el potente movimiento desarrollado por la casa y que hemos visto en vivo en el Monaco, por ejemplo. Se mueve a 4 hercios y tiene una notable reserva de marcha de 80 horas. Además, está certificado como cronómetro por el laboratorio COSC.
El TAG Heuer Monza Flyback Chronometer se ata a la muñeca con una correa textil negra con pespuntes en azul y un forro textil negro. Incluye un cierre desplegable de carbono con pulsadores de doble seguridad. El reloj va a estar disponible exclusivamente en las boutiques de la marca, y aún no se sabe si también online en la propia página de tagheuer.com.