Si ya de por sí cualquier reloj de Rolex es difícil de conseguir para el común de los mortales, hay modelos que son difíciles de conseguir incluso para el común de los coleccionistas de Rolex. Uno de ellos es, sin duda Rolex Daytona Platinum Ice Blue.
Digamos en primer lugar que el circuito Daytona International Speedway se inauguró en 1959 como el circuito de carreras más rápido del país, y, a partir de 1962, se convirtió en la sede de la prestigiosa carrera de resistencia Rolex 24 At Daytona. Rolex también fue nombrada Reloj Oficial del Daytona International Speedway, y para resaltar el fuerte vínculo con el famoso circuito de carreras, al año siguiente Rolex bautizó su nuevo cronógrafo de carreras como Cosmograph Daytona.
Como a veces ocurre con las leyendas, en sus comienzos no fue un reloj muy popular. Hasta que lo fue, como siempre con Rolex, y desde ese momento hasta ahora ha alcanzado niveles míticos, como atestiguan los 17,8 millones de dólares pagados por el Daytona de Paul Newman.
El Rolex Daytona es un cronógrafo con la precisión que caracteriza a la casa y cuenta con un bisel con taquímetro que permite medir velocidades de hasta 400 millas o kilómetros por hora. El nombre «Daytona» aparece en rojo en la esfera de la mayoría de los modelos, en la parte superior de la subesfera inferior. A lo largo de la historia ha habido numerosas versiones de alto precio, pero (salvo los pavonados de joyas), el culmen de la colección es, por ahora, este Rolex Daytona Platinum Ice Blue referencia 116506.
La primera versión lanzada fue esta de aquí arriba, en 2013, para conmemorar el 50 aniversario del Rolex Daytona. Y fue, como siempre, polémica. Aunque el Daytona de platino cumplía muchas expectativas (como la de incorporar un bisel Cerachrom y el movimiento cronógrafo de manufactura 4130), también escandanlizó a muchos por hacer marrón el bisel de cerámica y fabricar todo el reloj y el brazalete con el más noble de los metales preciosos: el platino 950 macizo.
Eso hizo que, de paso, el precio fuera el más alto de la gama (como digo, sin tener en cuenta los modelos pavonados con piedras preciosas). Su precio era de 71.500 francos suizos. Es decir, un producto de auténtico lujo, muy del gusto de aquellos que pueden pagarlo y, por tanto, ser percibidos no como «uno de los nuestros», sino «uno de los suyos». De eso va el verdadero lujo.
En 2018 apareció el Rolex Daytona Platinum Ice Blue que vemos aquí. Las medidas exteriores seguían siendo las mismas: diámetro de 40 mm, altura de 12,5 mm y largo de 47, 5 mm, lo que lo hace asentarse muy bien sobre la muñeca. Un factor importante, porque un reloj de tanto peso (aproximadamente 280 gramos, comparado con los 148 del Rolex Daytona de acero) puede empezar a cabecear peligrosamente si no está bien equilibrado.
Las funciones de cronógrafo del Rolex Daytona se activan mediante pulsadores que se enroscan, como la corona, cuando no están siendo utilizados, garantizando la hermeticidad hasta los 100 metros.
El sistema Triplock, creado en 1970, introduce dos zonas de hermeticidad en el interior del tubo de corona y una tercera en el fondo de corona. Se desarrolló para ofrecer una hermeticidad reforzada a los relojes de buceo Submariner, Sea-Dweller y Rolex Deepsea, pero hoy día equipa también otros modelos. El sistema Triplock se identifica sobre la superficie de la corona mediante tres puntos —de diferentes tamaños en función del material de la corona— situados bajo el emblema de Rolex.
Como es platino, tiene los dos puntos exteriores más grandes que el central.
DIAMANTES SOBRE AZUL GLACIAR
La gran diferencia en este Rolex Daytona Platinum sobre la anterior radica en la esfera, que ahora es completamente azul. Además, los índices, que en mi opinión siempre han sido el punto débil del reloj porque carecen de la fuerza que deberían, se han sustituido por unos diamantes con forma de baguette que no sólo le dan más luz, sino sobre todo asertividad (y mayor exclusividad, claro). Por cierto que es algo que, un año antes del lanzamiento de este Rolex Daytona Platino, lo había hecho Patek con el modelo Nautilus 40 aniversario, que vimos en vivo.
En mi opinión, el contraste entre el bisel cerámico color chocolate y la esfera azul funciona aún mejor que cuando las subesferas también son marrones.
El calibre 4130 cuenta con una mayor fiabilidad gracias a que tiene menos componentes que un movimiento de cronógrafo estándar. Con una rueda de pilares y un embrague vertical, el Rolex Calibre 4130 también cuenta con la espiral Parachrom azul, propiedad de la marca, que es impermeable a los campos magnéticos y hasta diez veces más resistente a los golpes y las fluctuaciones de temperatura. Como siempre, el calibre está certificado como cronómetro por el laboratorio COSC, pero Rolex se encarga de que la desviación diaria sea sólo de -2/+2 segundos.
También como siempre, este Rolex tiene una triste tapa trasera satinada cubriendo el movimiento.
El brazalete Oyster siempre ha sido un ejemplo de simplicidad y ha sido copiado por todo el mundo, pero los de Rolex siempre han sido alabados por su comodidad. Y el del Rolex Daytona Platinum sigue la misma línea.
El eslabón central está pulido, remarcando así el brillo especial del platino. El cierre Oysterlock integra el sistema Glidelock, lo que permite extender el brazalete hasta 2 centímetros. Todo con el perfecto funcionamiento al que nos tiene acostumbrados Rolex.
El Rolex Cosmograph Daytona Ice Blue tiene un precio de tarifa de 81.900 euros. Si ya de por sí es difícil de comprar a su precio normal, cuando vas a buscarlo en el mercado gris los precios empiezan en los 130 mil euros. Por eso digo que el material con el que fabrican los Rolex, con independencia de lo que diga su número atómico, es el inalcanzablio. Pero soñar es gratis…
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