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Tudor Black Bay 54. El buzo de 37 mm, con fotos en vivo y precio

En la muñeca: Tudor Black Bay 54 con correa de caucho

Nada supera el nivel de expectación que crean las novedades de Rolex, sin duda, pero el otro miembro de la familia, Tudor, no se queda atrás. Y no es por ser una marca de Rolex, sino porque Tudor ha creado una fuerte presencia propia no sólo con la originalidad de sus diseños (el Black Bay original de 41 mm es absolutamente reconocible a primera vista, que es lo que define un diseño exitoso), sino por la calidad de su fabricación y sus precios ajustados, a pesar de las subidas continuas que ha sufrido el mercado en los dos últimos años, (sobre todo en 2022).

Cierto es que el BB original, como éste que vimos en vivo, es demasiado grande para muchas muñecas (sobre todo por su altura, de casi 15 mm); pero ese problema tuvo su primer remedio ocho años después, con el Black-Bay 58 (cuya primera versión, el «Navy Blue», vimos en vídeo), que rebajaba el diámetro a 39 mm y a 12 mm la altura.

Ahora da un paso más en la reducción del tamaño con el Tudor Black Bay 54: la caja pasa a tener un diámetro de 37 mm y una altura de 11,24 mm, lo que le deja puerta franca para las muñecas masculinas más delgadas y, sobre todo, para las femeninas.

La caja de acero está en consonancia con el diseño general de la gama, con un acabado cepillado en su mayor parte, aunque con un bisel pulido que recorre la caja de un extremo al otro. El bisel giratorio está equipado con un inserto de aluminio en negro que ahora carece de marcadores de minutos, igual que el Tudor original de 1954. Es una buena decisión porque, al ser una caja más pequeña, si tuviera una gradación de minutos el aspecto resultaría muy atiborrado.

El cristal es, por supuesto, de zafiro, e incluye una corona roscada más pequeña y que sobresale menos que en los modelos de mayor tamaño, en los que se ve una parte de la tija. Eso sí, respeta la resistencia al agua de 200 metros de sus hermanos mayores.

La esfera del Tudor Black Bay 54 es ligeramente abombada, siguiendo la forma del cristal, y está acabada en negro. En el perímetro exterior se encuentra el conocido minutero dorado impreso. Los índices y agujas aplicados son los ya conocidos, con un diseño de copo de nieve para las horas y un diseño en forma de espada para los minutos. Tampoco falta el segundero en forma de piruleta. Todos está muy bien tratados con Super-LumiNova.

El Tudor Black Bay 54 está equipado con el calibre de manufactura MT5400. Al igual que todos sus hermanos, su construcción ha sido diseñada para garantizar la robustez, la longevidad, la fiabilidad y la precisión gracias a su volante de inercia variable, que se mantiene gracias a un gran puente transversal con dos puntos de fijación.

Gracias a este volante y a la espiral de silicio no magnética, el Calibre MT5400 ha sido certificado como cronómetro por el COSC, y sus prestaciones van más allá de las normas establecidas por este instituto independiente. En efecto, si el COSC permite una variación media en el funcionamiento diario de un reloj de entre -4 y +6 segundos, Tudor insiste en una variación de entre -2 y +4 segundos al día. Como siempre me gusta recordar, mi Black Bay Silver está en +1 al día. Este movimiento funciona a 4 Hz y almacena una reserva de marcha de 70 horas.

Por supuesto, como casi siempre en Tudor, el motor está cubierto por una anodina tapa trasera.

El Tudor Black Bay 54 integra el cierre T-Link, muy cómodo de accionar y que le da una elegancia intachable (por algo está heredado de Rolex).

Además, está equipado con un cierre desplegable que cuenta con el sistema T-fit, que permite un microajuste rápido de la longitud. Este sistema, que no requiere herramientas y ofrece cuatro posiciones, permite al usuario realizar un ajuste fino e instantáneo de la longitud total del brazalete a lo largo de una ventana de ajuste de 8 milímetros.

Pero además se ofrece con una correa de caucho perfectamente fabricada:

Afortunadamente, la correa de caucho también incluye el sistema T-Fit, de manera que, ahora sí, la correa es una opción perfectamente viable porque no pierde un ápice de comodidad de uso.

El Tudor Black Bay 54 tiene, como siempre en la casa, muy buen precio: 3.600 euros la versión con caucho y 3.800 euros la de brazalete. Ambas están ya a la venta en los distribuidores autorizados, y no me cabe duda de que tendrán éxito.

Más información en Tudorwatch.com.

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