Este año, en Watches & Wonders, Vacheron Constantin ha hecho mucho hincapié en la función retrógrada, a la que tiene mucho cariño y que ha utilizado repetidamente. Hoy traigo este Patrimony Retrograde Day-Date, que es una preciosidad y que le da un giro a la idea de «reloj de vestir».
UN POCO DE HISTORIA
Un indicador retrógrado es básicamente una aguja que no da una vuelta completa alrededor de la esfera, sino que vuelve a su punto de partida para empezar de nuevo. Suelen ejecutarse en forma de arco o semicírculo (aunque hay ejemplos que utilizan una línea recta y un puntero) y pueden utilizarse para indicar la hora, la fecha y la reserva de marcha.
El ejemplo más antiguo se encontró en reloj fabricado en Alemania a mediados del siglo XVIII, y presentaba una fecha retrógrada. Con el tiempo, los relojeros encontraron la manera de miniaturizarlos para los relojes de bolsillo, y uno de ellos, de 1791, creado por la Maison Lepine de París, utilizaba una aguja horaria retrógrada. No fue hasta los locos años veinte del siglo pasado, con el movimiento Art Déco en pleno apogeo, cuando la imaginación artística se apoderó de las mentes de los relojeros de todo el mundo e inspiró una era de esferas inusuales, con indicadores saltantes y agujas retrógradas que se convirtieron rápidamente en las favoritas.
Como muestra, este reloj de mesa de Vacheron Constantin con hora retrógrada. Es un clásico Art Déco de oro amarillo, ónice, cristal de roca y lapislázuli. Con su movimiento de ocho días e indicación de las horas retrógradas, este reloj de 1927 presenta una estructura en forma de abanico que muestra los signos del zodíaco. En la parte delantera hay un mascarón de la fuente con agua que fluye a través de su boca de cristal de roca
En realidad, Vacheron Constantin fue el primero en ofrecer indicadores retrógrados en relojes de pulsera, pero antes había tenido mucha práctica jugando con un mecanismo similar: La hora saltante. Al igual que las agujas retrógradas, los indicadores saltantes requieren una liberación repentina de la energía almacenada para permitir un cambio instantáneo. Por eso, los indicadores saltantes se encuentran a menudo junto con los retrógrados. El primer reloj de bolsillo con hora saltante de Vacheron Constantin se creó en 1824 (el de aquí abajo), y los minutos saltantes se ofrecieron poco después.
Tuvo que pasar otro siglo antes de que la marca pudiera explorar las agujas retrógradas, y hay que agradecérselo a un tal Ferdinand Verger. En 1880, este relojero afincado en París se hizo cargo de las ventas de Vacheron Constantin en Francia y, con el tiempo, creó allí su propia empresa de fabricación de cajas, que sus hijos continuaron bajo el nombre de Verger Freres. La empresa continuó su colaboración con Vacheron Constantin hasta 1938, lo que dio lugar a numerosas creaciones, como cajas con forma, indicaciones de fecha de tipo apertura, horas saltantes y, por último, minutos retrógrados.
Se convirtieron en la herramienta perfecta para que los relojeros dieran rienda suelta a su creatividad. Por ejemplo: si se presiona el pulsador del reloj de bolsillo Bras en l’Air (Brazos en el aire) de 1930 se ve cómo los brazos de un mago chino -espléndidamente representados en oro esmaltado- se elevan para indicar las horas y los minutos.
Pero tal vez el más notable de ellos fue el Don Pancho, un reloj de pulsera encargado en 1935 por un comerciante de Madrid que aprovechó al máximo los conocimientos técnicos de Vacheron Constantin. El reloj debía tener repetición de minutos, indicaciones de calendario y aguja retrógrada, una tarea difícil en una época en la que tener múltiples complicaciones era un lujo técnico que sólo podían permitirse los relojes de bolsillo. Por no mencionar que la combinación de un repetidor y un indicador retrógrado nunca se había visto antes en un reloj de pulsera.
El Don Pancho estuvo perdido en los baúles de la familia durante 60 años (¡cómo es posible!) hasta que finalmente reapareció en 2010. En 2019 se vendió por 740.000 francos suizos en una subasta de Phillips en Ginebra, convirtiéndose en la segunda puja más alta jamás realizada por un reloj de pulsera Vacheron Constantin.
La demanda general de esferas inusuales disminuyó después de la década de 1930, pero los engranajes creativos nunca dejaron de girar en Vacheron Constantin. Mientras el resto del mundo de la relojería mecánica se recuperaba de la crisis del cuarzo de los años setenta, Vacheron Constantin ya fabricaba piezas llamativas como el Mercator, un reloj con un mapa en esmalte que se lanzó en 1994 en honor al cartógrafo Gerardus Mercator, en el 400 aniversario de su muerte. Tenía unas agujas que simulaban el compás usado por los cartógrafos para medir distancias. Fue un reloj muy exitoso del que se lanzaron numerosas versiones.
Tres años más tarde Vacheron Constantin lanzó el Saltarello, con un enorme minutero retrógrado que recorría una esfera guilloché de rayos de sol. La inspiración vino de los indicadores de los ascensores Art Déco. Una belleza, en mi opinión.
En 2007 aparece el primer Patrimony Retrograde Day-Date, que se aprovecha de una amplia esfera para mostrar dos funciones retrógradas. Fue éste:
Después han venido más versiones: una en oro blanco y otra también en oro rosa, pero con una atractiva esfera azul:
Ya hora, en 2023, la colección se enriquece con una versión con una esfera salmón que resulta magnética y elegante.
VACHERON CONSTANTIN PATRIMONY RETROGRADE DAY-DATE PLATINO
La combinación de platino y salmón es nueva en la línea contemporánea Patrimony, pero no inusitado para la manufactura. El año pasado vimos en vivo el Traditionelle Perpetual Calendar Chronograph, que ya usaba esa combinación.
La nueva referencia Retrograde Day-Date presenta una delgada caja redonda de 42,5 mm de diámetro y 9,7 mm de grosor. Lejos de lo que se considera obligado en un reloj de vestir, pero, como decía antes, es la amplitud que otorga ese diámetro el que permite que las indicaciones se muestren de forma elegante. De otro modo quedarían apelotonadas.
La esfera se muestra con un acabado rayos de sol que resplandece y juega bien con la luz para realzar la presencia del reloj.
El minutero del Patrimony Retrograde Day-Date está formado por delicadas esferas de oro blanco pulidas con diamantes; los índices horarios de oro blanco son más cortos en la parte superior para dejar sitio a la fecha retrógrada.
Bajo el índice de las 12 horas se encuentra una cruz de Malta facetada en relieve, emblema de la Casa. Elaborada en oro rosa, exhibe facetas esmeriladas en un lado y pulidas en el otro. De esta manera resalta mucho más que las representaciones planas de la misma.
En paralelo, la parte inferior de la esfera está ocupada por la indicación del día de la semana, con el jueves cortado para dejar sitio al eje de las manecillas. y con un viernes que, personalmente, me da la impresión de que es más grande que los demás días. Seguramente estoy equivocado, pero no dejo de verlo.
Así se ve el salto de fecha:
Este Patrimony Retrograde Day-Date utiliza el calibre automático 2460 R31R7/3. Este movimiento de 276 componentes funciona a 28.800 alternancias a la hora, tiene una reserva de marcha de aproximadamente 40 horas y luce un rotor calado de oro con una cruz de Malta. Este calibre lleva el Sello del Punzón de Ginebra, lo que garantiza los mejores acabados. Los puentes tienen ángulos pulidos a mano, con Côtes de Genève, y la platina se ha decorado con un graneado circular.
El Vacheron Constantin Patrimony Retrograde Day-Date se lleva con una correa de piel de aligátor azul oscuro con revestimiento interior de becerro, cerrada con una hebilla pasador de platino en forma de media cruz de Malta. como es tradicional en la casa. Su precio sólo se obtiene cuando se pregunta por él (si tienes visos de poder comprarlo; a un tieso como a mí se me nota enseguida que no). Pero si la versión de oro rosa está en los 51.500, no sería extraño que hubiera que añadir unos 30.000 euros de nada.
Más información en VacheronConstantin.com.