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Breguet Classique Quantième Perpétuel 7327. Fotos en vivo y precio

En la muñeca: Breguet Classique Perpetual Calendar 7327

Yo creo que no hay marca que haya sabido mantener el espíritu de su fundador mejor que Breguet. No hay manera de confundir sus relojes con otros. Más bien al contrario: otros hacen relojes que se parecen a los de Breguet, lo que no habla muy bien de ellos. Hay algo en el estilo de la manufactura (conté mi visita aquí) que, aun teniendo su origen en los relojes de hace dos siglos, sigue resultando igual de atractivo. Eso ocurre con este Breguet Classique Quantième Perpétuel 7327.

UN POCO DE HISTORIA

A lo largo de su vida (1747-1823), Abraham-Louis Breguet inventó el muelle-gong para relojes de repetición, el primer dispositivo amortiguador (para-chute), la espiral Breguet, el «reloj por Simpatía», el reloj de tacto y, por supuesto, el tourbillon, patentado el 26 de junio de 1801 (expliqué su origen y funcionamiento en este vídeo).

Pero Breguet también fue famoso por su enfoque estético de la relojería, creando un sobrio lenguaje de diseño neoclásico que evitaba la barroca ornamentación de los relojes de la época. Mucho más fáciles de leer, las esferas se basaban en agujas de reloj con punta de «manzana vaciada» (así se llaman), decoración guilloché para resaltar las diferentes funciones, indicaciones descentradas y una serie de otros dictados decorativos de Breguet que hoy se mantienen rigurosamente y que la marca denomina «signos inconfundibles».

Por otra parte, en 1780 Breguet lanzó lo que él llamó el reloj «Perpetuélle», un reloj que se daba cuerda solo, sin la ayuda de una llave ni de ningún otro agente externo, gracias a un sistema pendular que oscilaba con el movimiento de su dueño, cargando así los barriletes. Lo podemos ver aquí:

En 2004 Breguet presentó el Quantième Perpétuel referencia 5327, un éxito enorme que se ha mantenido hasta ahora y que unía el movimiento automático con el calendario perpetuo. Es éste de aquí:

Era el epítome de todo lo que significa Breguet, así que actualizarlo seguro que ha requerido de una buena pensada por el departamento de diseño, porque ya sabemos aquello de «si funciona, no lo toques». Pues bien (y esto es sólo mi opinión): yo creo que el actual Quantième Perpétuel 7327 mejora la versión anterior, y ahora explico por qué.

BREGUET QUANTIÈME PERPÉTUEL 7327

Empecemos por los datos generales: el reloj se presenta en oro rosa y oro blanco, que es el que vemos aquí. Ambos tienen la caja Classique, con 39 mm de diámetro y un grosor de 9,13 mm, una medida excelente para un reloj con tan alta complicación dentro y que lo convierte en un perfecto reloj de vestir.

Para ajustar las indicaciones del calendario y de las fases lunares, hay cuatro pulsadores empotrados en la carrura que pueden manipularse con un lápiz corrector. La carrura presenta la clásica decoración imperio de Breguet, con la inicial grabada en la corona y las asas también clásicas.

La esfera de oro plateado del Quantième Perpétuel 7327 extiende la decoración Clous de Paris por toda la esfera, al contrario que su predecesor, que combinaba diferentes guillochés. Una vez más, es cuestión de preferencias, pero para mí queda más elegante ahora que antes. Además se han repensado las indicaciones de la esfera. En primer lugar, se ha quitado la indicación de reserva de marcha: 45 horas de energía eran significativas en 2004, pero ahora no llegar ni a los dos días es más un elemento inculpatorio que un activo.

Al quitar la reserva de marcha, la indicación de meses se saca del centro (reconozcámoslo: quedaba rarito y no era de lo más legible) y sube al extremo superior con una aguja retrógrada, aligerando el conjunto.

La ventana de fase lunar del Quantième Perpétuel 7327 sigue en el mismo sitio, pero invierte su posición (así no parece que se está cayendo), se hace más pequeña y realista martillando la superficie, sobre un fondo de laca azul con lentejuelas que imitan a las estrellas.

Los indicadores más pequeños del día y del año bisiesto se sitúan en la mitad inferior de la esfera y se cruzan suavemente con el anillo más grande de la fecha (más los días que los años).

Curiosamente, mientras los días de la semana están en inglés, el año bisiesto está en francés (Bissextile), una inconsistencia que no creo que le quite a nadie las ganas de tener el reloj. Y, pensándolo bien, para el mercado español funciona perfectamente, porque nosotros lo llamamos bisiesto.

Las horas y los minutos se indican mediante las tradicionales agujas excéntricas Breguet de acero azulado térmicamente. La firma secreta se repite a ambos lados de la XII romana sobre una pista con satinado circular, interrumpida por un pequeño carril tornasolado que separa los numerales de unos indicadores de minutos que en los múltiplos de cinco son pequeñas esferas. Esa misma pista con decoración circular se utiliza en todos los indicadores, ofreciendo así un perfecto contraste con la decoración de la esfera.

El conjunto resulta mucho más ligero y contemporáneo, además de mejorar la legibilidad (que siempre es muy buena en Breguet, aunque sea en esferas muy complicadas).

CALIBRE 502.3.P

Para que el Quantième Perpétuel 7327 sea lo más ligero, delgado y cómodo posible, Breguet ha elegido como base su calibre automático 502 de sólo 4,5 mm de altura con un módulo de calendario adicional. Equipado con un rotor descentrado de oro para dejar espacio a los 294 componentes, el movimiento late a 3 Hercios y ofrece la ya mencionada reserva de marcha de 45 horas. Para contrarrestar el efecto de los campos magnéticos, el movimiento también está equipado con una espiral plana de silicio y un áncora recta invertida con puntas de silicio.


Otra desviación de la estética de la ref. 5327 se refiere a la decoración del movimiento. El 5327 tenía el rotor y los puentes profusamente grabados a mano:

El Quantième Perpétuel 7327, sin embargo, presenta una decoración más sobria, en consonancia con el espíritu más mesurado de la esfera. Sigue siendo digno de admiración, con su rotor descentrado de oro grabado a mano con un motivo circular en forma de grano de cebada, mientras que los puentes están biselados a mano y adornados con Côtes de Genève.

Habrá quien me mate por decir esto, pero: a mí me gusta más la versión actual. Cierto, significa menos trabajo manual, que siempre da más valor a la pieza, y encima es más caro, porque los precios de los relojes se han disparado. Pero a mí el que me entra por el ojo es actual. Y los relojes son sentimientos, al fin y al cabo.

El Quantième Perpétuel 7327 se entrega con una correa en piel de aligátor azul con hebilla desplegable, decorada (como siempre) con la inicial de la casa.

Tanto la versión de oro rosa como esta que vemos aquí tienen el mismo precio: 86.000 euros. Por ponerlo en perspectiva, eso son casi 17.000 euros menos que el calendario perpetuo en oro blanco de Patek. Ojalá tuviera que enfrentarme yo al dilema de tener que elegir.

Más información en Breguet.com.

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