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Patek Philippe Multi-Scale Chronograph

Multi Scale Chronograph

Como ya hemos visto en otras entradas, los fastos de celebración del 175 aniversario de Patek Philippe han alumbrado una serie de modelos que, quizá oscurecidos por la sombra del Grandmaster Chime han pasado relativamente desapercibidos. Pero la verdad es que, personalmente, me gustan más estos modelos digamos “menores” que el grandote multifunción que todo lo abarca. Si el Worldtimer Moon daba la visión romántica que siempre evoca la noche (aún con una Luna realista), ahora nos adentramos en terreno deportivo con un cronógrafo rabiosamente vintage y perfectamente inútil: es un telémetro, un taquímetro y un pulsímetro. O sea que este  Multi-Scale Chronograph tiene funciones que no vamos a usar prácticamente nunca: si un cronógrafo au courant casi no se usa, estas funciones menos aún. Pero eso no impide que me parezca maravilloso e imprescindible. El corazón relojero tiene razones que la razón no entiende.

La velocidad define la distancia cubierta entre dos puntos durante un período de tiempo determinado. La velocidad del sonido permite calcular distancias, mientras que el ritmo cardíaco se mide en pulsaciones por minuto. Con las escalas adecuadas un cronógrafo puede mostrar esos resultados sin necesidad de conversiones.

Voy a explicar cómo funcionan las escalas, así que si prefieres ir directamente al reloj y ahorrarte la clase magistral sáltate un par de párrafos hasta donde pone “AQUÍ”.

El secreto de esas escalas es su graduación logarítmica, un concepto popularizado por la clásica regla deslizante (que yo he visto usar toda mi vida a mi padre y hermanos “de ciencias”). Los logaritmos simplifican las operaciones matemáticas porque reducen la multiplicación y la división a sumas y restas. Los matemáticos indios (de la India, claro), descubrieron esta relación hace más de 2.000 años, y en el siglo XVII el relojero suizo Jost Burgi desarrolló un nuevo sistema para calcular logaritmos. En 1622 publicó las primeras tablas logarítmicas del mundo, que se usarían desde entonces y hasta el abaratamiento de las calculadoras.

Cuando aparecieron los relojes con precisión de un segundo se comenzaron a plasmar en las esferas las graduaciones logarítmicas que proporcionarían lecturas directas de velocidad, distancia y pulso.

AQUÍ volvemos a hablar del reloj.

Pulsímetro

Para no tener que medir un minuto entero mientras se cuenta, el Multi-Scale Chronograph tiene un pulsímetro calibrado a 15 pulsaciones. Si se arranca la trotadora cuando se nota la primera pulsación y se para en la decimoquinta, la escala muestra el número de pulsaciones por minuto. Hay que recordar que antes el pulso se tomaba a mano, unas 100 veces al día de media en un hospital por cada doctor: casi dos horas sosteniendo muñecas lánguidas. No es de extrañar que se usaran pulsímetros.

Taquímetro

El de este cronógrafo está calibrado a 1.000 metros. En una autopista el conductor activaría el cronógrafo al pasar por una señalización kilométrica y lo pararía al pasar la siguiente. La trotadora muestra el tiempo transcurrido entre los dos hitos y, en la escala del taquímetro, la velocidad media durante la medición. Así que no mide distancias, sino el tiempo que hace falta para recorrer una distancia conocida.

Telémetro

El escala del reloj tiene una graduación en kilómetros. Su principio se basa en dos velocidades conocidas, así como en una señal visual y acústica. Al observar un suceso lejano siempre pasa un tiempo hasta que llega el sonido. Como ya sabemos eso es debido a la diferencia de velocidad de la luz y el sonido (300.000 Km/s el primero y 333 m/s respectivamente). Hasta los años 60 incluso los militares calculaban las distancias con este método. Si pasaban 5 segundos desde el fogonazo del cañón hasta que se oía, la escala telemétrica mostraba la distancia: 333/seg x 5 segundos = 1.675 metros.

Yo nunca –afortunadamente- he tenido que contar la distancia de un cañón, pero sí he querido saber si una tormenta se acercaba o se alejaba y con dos mediciones con el reloj lo puedes saber. Una excusa como otra cualquiera para que el que pueda se lo compre, ¿verdad?

 

Es obvio que para una medida precisa el reloj debe serlo también. Patek ha desarrollado una nueva versión del calibreCH 28-520 automático, con una rueda de pilares clásica y un disco de embrague prácticamente sin fricción que permite usar la trotadora como segundero permanente –que es lo que yo haría, desde luego-. Según dice Patek, el reloj estaría en no más de -3 y +2 segundos por día, parámetros mejores que los COSC. Desafortunadamente la trasera del reloj es ciega, ya que todos los modelos del aniversario lo son para llevar la inscripción conmemorativa.

La caja (de 40 mm para la versión de hombre y 37 la de mujer) tiene unas formas clásicas sobre las que destacan las asas, con una construcción muy bella y por cierto sujetas a la caja por tornillos invisibles que las sujetan a la carrura y al bisel, de manera que desmontar la caja cuando sea necesario es más sencillo.

 

En la esfera masculina las escalas de telémetro, pulsímetro y taquímetro están colocadas de afuera a dentro; en la femenina es al contrario. Para hombre se harán 400 unidades para cada sabor de oro (amarillo, rosa y blanco) y 100 en platino. La versión de mujer, con índices de diamante corte baguette se limita a 150 relojes en oro blanco y rosa. Los precios son 55.000 francos suizos los relojes de hombre en oro, mientras que en platino el precio sube a 78.000 francos suizos. Sin IVA, como les gusta matizar en el país transalpino.

Como siempre, está disponible la Ficha Técnica Completa del reloj de hombre y también la de la versión de mujer. En ellas podéis ver las distintas versiones.

Qué buen regalo de Navidad, ¿verdad? Para ella y para él mí.

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