El 175 aniversario de Patek Philippe está dando para mucho, tanto en los aspectos puramente relojeros como en los que rodean al mundo de la mecánica del tiempo, y concretamente a las desorbitantes cantidades de dinero que mueve este mundo y en especial cualquier cosa que tenga que ver con subastas de los relojes de la marca. ¿Un ejemplo Henry Graves Supercomplication de Patek Philippe.
En total, desde el domingo aquí se han movido nada menos que 33.260.000 millones de euros (más las comisiones correspondientes) en sólo dos subastas de productos Patek. El 9 de noviembre Christie’s subastó 100 relojes Patek de todas las épocas, con unos números mareantes: se vendió el 98% de los relojes ofertados por un total de 19.367.000 francos suizos (aproximadamente 16.117.000 euros), se establecieron 9 marcas mundiales en subasta, hubo compradores de 30 países, 300 espectadores de todas partes del mundo estuvieron presentes y hubo un reloj por el que llegaron a pujar 320 clientes.
El reloj que alcanzó la venta más alta fue un Reference 2499 First Series en oro rosa fabricado en 1951 (sólo 4 unidades). Se adjudicó por 2.629.000 francos suizos, que al cambio son 2.187.813 euros del ala. Para ver una buena colección de fotos de alguno de los modelos subastados lo mejor es ir al artículo publicado en su momento por Hodinkee.com. Haceos con un babero, servilleta o similar, porque no va a haber forma de contener el salivado profuso.
Pero todo esto no fue sino el introito de la gran ceremonia: la subasta del reloj de bolsillo Henry Graves Supercomplication. Imagino que todo el mundo conoce la historia del reloj, pero por si acaso la resumo: James Ward Packard fue un gran ingeniero y emprendedor, y un gran amante de los relojes de Patek, de cuyos relojes de bolsillo tuvo 13. Uno de ellos fue un encargo especial, que presentaba el cielo nocturno de Warren, su ciudad natal, con 500 estrellas. Fue el conocido como Reloj con Complicaciones Packard que, además del firmamento, tenía repetidor de minutos de tres gongs, calendario perpetuo con fases y edad de la luna, indicación de oriente y poniente, ecuación del tiempo y mapa celeste.
Graves, siempre compitiendo con Packard, encargó en 1925 un reloj aún más complicado, con el cielo de Nueva York y 23 complicaciones más. Así nació el reloj más complicado jamás construido manualmente y entregado a Graves en 1933. Al cambio de hoy el reloj le costó 265.000 dólares. Su hijo lo (mal)vendió por 200.000 dólares en 1969.
En 2011 salió a subasta, y el CEO de Patek Philippe Stern tenía la idea de hacerse con él para su museo. Por ello ofreció 9,75 millones de dólares, convencido de llevárselo. Pues no: el emir de Qatar Sheikh Ali Al-Thani, ávido coleccionista, ofreció 11 millones de dólares por el reloj y se lo llevó. Pero, como la vida es así, el emir no pudo pagar todas sus deudas a Sotheby’s (83 millones de dólares de nada), y entre otras cosas devolvió el reloj en 2012.
Sotheby’s lo ha mantuvo guardado desde entonces hasta la subasta de anteayer, en lo que se ha convertido en EL acontecimiento relojero del año (o de varios años). En la subasta se produjo una encarnizada pugna entre el coleccionista libanés Claude Sfeir y Aurel Bacs, hasta hace dos semanas Director del Departamento Internacional de Christie’s y desde hace una semana consultor para Phillips Auction House. Aurel se pasó la subasta hablando por teléfono, y al final se llevó el reloj.
La gran pregunta es, claro, con quién hablaba. Todos pensamos que al otro lado del teléfono estaba Philippe Stern, que prefirió tener un intermediario porque imaginaos cómo iba a quedar delante de todos si no se llevaba el reloj. En cualquier caso no creo que pase mucho tiempo antes de que sepamos quién es el nuevo propietario.
Ah, una cosa más que acrecienta el estatus de mito del reloj: 48 horas antes de la subasta murió su anterior propietario el emir, sin que se sepa por qué. Tenía 48 años. Así se escribe la Historia.
Si queréis ver muchas fotos «en vivo» del reloj, debéis revisar este otro artículo de Hodinkee. Por mi parte os dejo una descripción completa del reloj y unas vistas del calibre, que no se ven a menudo. Pero cuidado, mirarlo os puede hacer -irónicamente- perder muchísimo tiempo.