Pre-Baselworld: Frederique Constant Classic Manufacture WorldTimer
Una nueva versión del Frederique Constant Classic Manufacture WorldTimer, en este caso en azul y gris que le da un toque sobrio y elegante
Tres palabras que llaman la atención: WorldTimer, una complicación de alto rango; manufactura, garantía de un movimiento desarrollado a propósito y no un genérico; Frederique Constant, una marca conocida por su falta de complejos a la hora de ofrecer alta relojería a precios más que asequibles. Si la anterior versión del WorldTimer se puede conseguir por menos de 3.000 euros es fácil ver por qué interesa saber más de esta nueva edición.
Las especificaciones técnicas del modelo no han variado: caja de 42 mm de acero para albergar un calibre, el FC-718, que se ha desarrollado en la casa. Y se nota que ha sido bien pensado, porque teniendo la caja una altura de sólo 12,1 mm se ha conseguido tener un movimiento que ajusta todas las funciones desde la corona, sin añadir pulsadores que interrumpan la visión del acero pulido de la carrura. Y además está particularmente bien acabado, con el rotor esqueletado para poder admirar mejor el desempeño del reloj, Côtes de Genêve circulares y perlado sobre puentes.
Pero el cambio más llamativo está en la esfera, en la que se ha creado un «mundo» en relieve en el que los continentes aparecen en antracita y los océanos en azul. A su alrededor el indicador de 24 horas y día o noche, mientras que el anillo más exterior acoge 24 ciudades del mundo para mostrar a la vez la hora en destino -la ciudad que se sitúe a las 12- y en las demás franjas horarias. A las 6 una subesfera con la fecha, que llama la atención por su preponderancia, ya que ciega un sector horario grande. Quizá una ventana habría sido suficiente, o no incluir nada. Va en gustos, supongo.
Las nuevas manecillas, más estilizadas, quedan mejor que las versiones anteriores sin perder legibilidad. Al igual que los índices, están recubiertos de material luminiscente. Hay que esperar a Basilea para tener una confirmación de precio, pero si se mueve en el mismo barrio que su antecesor estamos hablando de una oferta prácticamente imbatible.