Ya dije cuando se anunciaron los dos modelos pre-Basel que el Chopard L.U.C Regulator se iba a convertir en uno mis relojes favoritos de la casa, a falta de verlo en vivo. Y decía lo de verlo en vivo porque ya sabemos que a menudo los relojes pasan casi más tiempo en Photoshop que en la manufactura, y a veces pasa lo de las películas: cualquier parecido con la realidad es casual. Pues no es éste el caso: en vivo gana aún más que en foto. Es un reloj fantástico, impecable, redondo (perdón por lo fácil del adjetivo). En mi opinión directamente un clásico y uno de los mejores que Chopard haya hecho nunca.
La casa de los Scheufele gusta de usar para sus relojes L.U.C de grandes numerales romanos o arábigos. A menudo quedan muy bien (baste este ejemplo), otras no tanto; particularmente los arábigos a menudo son demasiado grandes y le quitan elegancia. En este Chopard L.U.C Regulator se usan también arábigos, pero ¡ah, qué maravilla! Tienen una tipografía perfecta y un tamaño exacto para la esfera que ocupa; además se repiten en todas las subesferas, creando un espacio armonioso y más que elegante presidido por el abanico de la reserva de marcha, de nada menos que 9 días.
Tanto la manecilla de horas como la de minutos ostentan el mismo diseño Art Déco que hemos visto en numerosos modelos de Chopard. Tienen personalidad y fuerza sin dejar de ser elegantes. Y también tienen SuperLuminova, como los índices horarios. Así la lectura está asegurada en cualquier condición. La subesfera de las horas está colocada de manera muy inteligente a las tres, lo que permite ver la hora sin tener que subirse el puño de la camisa.
La trasera desvela el calibre decorado de manera racional y sobria, con un puente de ostenta el sello del Punzón de Ginebra (también se ve, más grande, en el macizo de oro), que garantiza la calidad constructiva de funcionamiento del reloj.
Con sus 42 mm de diámetro la caja del Chopard L.U.C Regulator se asienta perfectamente sobre la muñeca, poniendo aún más de manifiesto su exquisita presencia. A las 8 un discreto pulsador acciona la esfera del segundo huso horario. Una función que se agradece en estos tiempos de globalización y que aporta valor al reloj y equilibrio estético a las esfera.
Enfrente tiene una corona sencilla pero de buen tamaño para poder manejarla fácilmente, con el emblema de los calibres L.U.C en un pulido que contrasta con el cepillado vertical de la carrura.
Esta joya tiene el más que atractivo precio de 27.960 euros, que, francamente, me parece muy buen precio para lo que estamos acostumbrados a ver en otras marcas. Sin duda va a la lista de deseos para mi cumpleaños. Más información en Chopard.es.