Audemars Piguet premia en Arcomadrid a Joël Andrianomearisoa
La IV Edición del premio Audemars Piguet ha recaído sobre Joël Andrianomearisoa
Audemars Piguet alcanzó en 2012 un acuerdo de patrocinio con ARCOmadrid que se renueva anualmente y que se acompaña de un concurso que premia la creación y producción de una obra artística. Dotado con una cantidad de 15.000 euros, la obra premiada es expuesta cada año en el espacio Audemars Piguet en la Sala VIP de ARCOmadrid. Este año el premio ha recaído sobre Joël Andrianomearisoa y su obra The Laberynth of Passions.
Joël Andrianomearisoa (Antananarivo, Madagascar, 1977), artista de la galería Sabrina Amrani, ha resultado ganador del IV Premio Audemars Piguet a la producción de una obra de arte. Su trabajo, The Laberynth of Passions, será expuesto en la Sala VIP de ARCOmadrid 2016, dentro del espacio Audemars Piguet, durante la celebración del 35 Aniversario de la Feria del 24 al 28 de febrero.
El jurado, formado por Miguel Zugaza, director del Museo El Prado, Oliva Arauna, coleccionista y ex galerista, Rubén Fernández-Costa, periodista, Winka Angelrath, Manager del Departamento de Exhibiciones de Audemars Piguet, Eloy Martínez de la Pera, gestor cultural, Carmen Sáenz, Audemars Piguet Iberia y Carlos Urroz, director de ARCOmadrid, ha querido también destacar la gran calidad de los 44 proyectos presentados por galerías y artistas de todo el mundo.
El artista africano Joël Andrianomearisoa se convierte así en el primer extranjero en recibir este premio, con su proyecto The Laberynth of Passions, un laberinto formado por un trabajo blanco y su gemelo oscuro que nos permite ver diferentes tipos de emociones: melancolía, pasión, amor, nostalgia. El jurado ha valorado la profundidad de su mensaje, que propone una reflexión sobre la oposición entre la luz cegadora y la oscuridad total, que aunque aparentemente opuestas pueden en realidad estar animadas por fuerzas iguales. Además, ha destacado también la voluntad del artista de presentar un trabajo que “no es una meditación melancólica sobre el amor y la pérdida, sino un poderoso reconocimiento de la posibilidad de mantenerse vivo, en medio de fuerzas crueles y brutales”.