Vacheron Constantin Traditionnelle Chronograph Perpetual Calendar
Una nueva edición con caja de platino y esfera pizarra
Vacheron Constantin arranca el último cuatrimestre del año con una pieza que quita el aliento. Si esto es un indicador de lo que nos espera de aquí a la feria de Ginebra en enero, es como para frotarse las manos. El Vacheron Constantin Traditionnelle Chronograph Perpetual Calendar no es un reloj nuevo, pero verlo hace que lo desees como si lo fuera.
Ya he dicho que el Vacheron Constantin Traditionnelle Chronograph Perpetual Calendar no es nuevo, y aquí arriba está la prueba. Los cambios son sutiles pero suficientes como para mejorar aún más un modelo ya de por sí atractivo. La caja sigue siendo de 43 mm de diámetro y una altura de 12,94 mm. Curiosamente, aunque la colección se llame Traditionelle, es muy habitual encontrar en ella modelos que superan ampliamente el límite de los 40 mm de diámetro, en buena media por las complicaciones que tienen que acoger. La esfera ensombrece su color para ganar un tono pizarra que enlaza mejor con el espíritu deportivo de un cronógrafo, y se ha añadido una escala taquimétrica que antes no existía, acerando así el espíritu de la pieza.
Siguiendo con su faceta de medición de tiempos cortos nos encontramos con un segundero central y un contador de 60 minutos a las 3, más que suficiente en un cronógrafo de este este nivel que francamente no se va a usar nunca para medir los tiempos de un asalto de UFC sino como mucho la temperatura de cocción de una langosta, por ejemplo. A las 9 aparece el pequeño segundero. Ambas subesferas están biseladas para remarcarlas y decoradas con un guilloché circular.
Pero además el reloj es un calendario perpetuo señalado por dos discretas ventanas centrales y la que marca los años bisiestos, colocada en una posición que parece elevar el calendario a una potencia. Es otro de los cambios con respecto a la anterior versión: las ventanas han pasado a tener el fondo color pizarra y la grafía en blanco, que queda mucho mejor. A las 6 aparece el disco de los días del mes y las fases lunares, que tienen dos caras: una triste y una alegre, tal como aparecían en los relojes de bolsillo de la marca. Está fabricado en oro blanco, como los índices y manecillas, y por supuesto está acabada a mano.
Uno esperaría que para el Vacheron Constantin Traditionnelle Chronograph Perpetual Calendar la casa empleara el movimiento cronógrafo monopulsador creado el año pasado para el Harmony (que puedes ver en este vídeo), pero sin embargo el calibre 1142 QP es en realidad el Lemania 27-70, un movimiento cuya evolución vemos en el Omega Moonwatch -el ya legendario calibre 321- y unos cuantos cronógrafos/calendario perpetuo de Patek (incluyendo el 5970). Como este reloj tiene -al igual que todos los de VC- el Punzón de Ginebra, quiere decir que los acabados son infinitamente mejores. Además la frecuencia ha subido de los 2,5 a los 3 hercios para mejorar la cronometría y ostenta 48 horas de reserva de marcha. Para ver una foto en vivo puedes releer el artículo sobre el maravilloso Historiques Cornes de Vache 1955.
Veremos si habrá nuevos retoques en las otras versiones existentes del Vacheron Constantin Traditionnelle Chronograph Perpetual Calendar. Mientras tanto esta se puede conseguir por 163.000 euros, que son unos 27.000 euros menos que el Patek equivalente en oro blanco. Pues yo no me lo pensaba. Más información en VacheronConstantin.es.