Chopard está celebrando el vigésimo aniversario de la fundación de su manufactura de la mejor manera posible: lanzando nuevos relojes que no dejan a nadie indiferente. El Chopard L.U.C Full Strike One es la joya de la corona de la celebración, y además por todo lo alto: un repetidor de minutos con una tecnología única en el mercado. Vamos a ver sus características y precio.
En el artículo sobre la visita a la Manufactura Chopard comentaba cómo la idea de Karl-Friedrich Scheufele cuando fundó la manufactura de Fleurier fue la de crear movimientos de la máxima exigencia, a los que denominaría con las iniciales del fundador de la casa, Louis-Ulysse Chopard. En 2016 celebra el inicio de esa gran aventura y lo ha hecho con un reloj homenaje a su primer reloj de manufactura, el Chopard L.U.C XPS 1860 (con fotos en vivo y precios aquí) y dos relojes de viajeros (los L.U.C Time Traveler One –aquí– y los L.U.C GMT One –aquí-). La guinda del pastel la pone el nuevo Chopard L.U.C Full Strike One, un repetidor de minutos como ningún otro.
El Chopard L.U.C Full Strike One es el primer repetidor de minutos de la casa, y fue concebido para ser distinto. Lo que caracteriza a los repetidores, aunque parezca absurdo decirlo, es el sonido. Se puede hablar mucho sobre los desarrollos técnicos que llevan a ese sonido, pero el reloj al final convence por cómo suena. Y en este terreno Chopard ha dado un paso de gigante, y además en una dirección insospechada: por primera vez el sonido lo producen unos martillos que golpean sobre zafiro. Pero no es que los gongs, tradicionalmente cilindros de metal que siguen la forma de la caja, estén hechos de zafiro, no. O, por mejor decir, no sólo eso: esos gongs son una parte de la estructura que forma un cristal de zafiro superior que se prolonga hacia el fondo en una sola pieza, de manera que el sonido del golpeo lo propaga toda la cápsula.
Ya sé que estamos muy acostumbrados a oír hablar de desarrollos que, en boca de la casa que lo presenta, son la octava maravilla del mundo. Por eso la primera reacción de los avezados seguidores de la alta relojería ante una innovación como la del Chopard L.U.C Full Strike One es la de levantar un ceja con escepticismo. Así que lo mejor es escuchar cómo suena, según la grabación exclusiva que hizo www.ablogtowatch.com:
Un vídeo publicado por aBlogtoWatch (@ablogtowatch) el
El sonido es impresionante, ¿verdad? Más aún, uno se esperaría un timbre más agudo, o menos pleno, como sonaría si golpeáramos el cristal de una ventana con una llave. Pero no: el sonido no sólo es potentísimo sino extraordinariamente delicado. Siempre se ha tenido al oro rosa como el mejor metal para los repetidores de minutos por su tono más cálido, y se ve que la combinación del zafiro con el oro ha dado con la clave adecuada.
Como no se golpea sobre dos varillas sino sobre una sección de un conjunto de cristal, los martillos han de golpear con más fuerza y por tanto son mucho más grandes de lo normal. Las pruebas en la manufactura consistieron en golpear el zafiro más de 2 millones de veces y comprobar que el zafiro no rompía. Por otro lado al tener que mover la masa de los martillos y golpear numerosas veces el mecanismo necesita de mucha energía, lo que supone un reto técnico extra. El calibre manual L.U.C 08.01-L, de 37,20 por 7,97 milímetros y con una frecuencia de 4 hercios, tiene una reserva de marcha de 60 horas, que no está nada mal para un repetidor de minutos. Consigue esa duración gracias a dos barriletes, pero que funcionan de una manera singular.
En efecto, mientras que uno de los cubos almacena la energía para la indicación horaria el otro dedica sus esfuerzos a la sonería. En un repetidor tradicional cuando se desliza el gatillo -o se pulsa un botón- el mecanismo dedicado enrolla el muelle con la energía suficiente para hacer sonar la hora solicitada. El Chopard L.U.C Full Strike One también tiene un pulsador para poner en marcha el mecanismo, pero al hacerlo no da cuerda a la complicación. La forma de darle fuerza es dándo cuerda a su muelle real con la corona: cuando está girada en una dirección se da cuerda al barrilete horario, mientras que en la dirección opuesta se tensa el barrilete de repetición. Chopard afirma que, con máxima carga, el reloj puede repetir la cadena de sonidos más larga -la de las 12:59- ¡12 veces! Eso es algo impensable hasta ahora. Por eso Chopard ha equipado el reloj con una doble indicación de reserva de marcha, una para cada función.
Hay no acaban las proezas técnicas. Las avería son muy comunes en los relojes de sonería, por ejemplo cuando no se desliza completamente el gatillo y el mecanismo no engancha correctamente. O, en este caso, imagina que estás poniendo en hora el reloj y accidentalemente presionas el pulsador de la corona: al servicio técnico de cabeza. Pues bien, Chopard ha añadido tres elementos de seguirdad: uno para que la sonería no funcione si no hay energía suficiente, otro para que el regulador sólo arranque cuando el embrague está completamente acoplado, y el último que desconecta la sonería y su pulsador del movimiento, de manera que no se puedan mover las manecillas horarias mientras está sonando.
Pero es que Chopard no sólo da, también quita: ha eliminado el sonido de giro del regulador, muy frecuentemente audible en los repetidores de minutos. Ha eliminado el «clic» final -cuando acaba la secuencia sonora- que también se oye en muchos relojes y además ha eliminado los tiempos entre los segmentos sonoros, de manera que todo suena de manera continua. Si después de esto alguien todavía tiene dudas de que Chopard L.U.C significa altísima relojería, me como el sombrero.
Todo esto sin olvidar que el Chopard L.U.C Full Strike One ostenta el sello de Ginebra, lo que le obliga a un nivel de acabados al que por otro lado ya nos tiene acostumbrados la manufactura: platinas y puentes decoradas con Côtes de Genève diagonales, bordes biselados y pulidos, cabezas de tornillos y chatones de rubíes también biselados y pulidos. Y, por el mismo precio, un montón de textos que leer.
Viendo todo esto uno pensaría que el Chopard L.U.C Full Strike One es un reloj enorme. Otro error. Chopard ha conseguido meter todo este ámbar relojero en una caja de 42,5 mm de diámetro y 11,55 mm de alto, lo que le hace un reloj perfectamente combinable y apto para prácticamente cualquier muñeca. Además el material utilizado es el oro rosa de comercio justo, lo que añade un valor extra. La esfera deja al descubierto buena parte del calibre para poder disfrutar de su técnica, pero retiene dos de sus características más icónicas: los numerales romanos de grueso porte y las manecillas Art Deco.
El Chopard L.U.C Full Strike One es una edición limitada a 20 piezas, con un precio de 265.000 francos suizos (casi 246.700 euros a día de hoy). Imagino que será muy difícil ver una des estas maravillas en vivo porque seguro que ya están todas reservadas. Más información en Chopard.es.