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En la muñeca: Glashütte Original Senator Moon Phase Skeletonized Edition

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A punto de comenzar la campaña de Navidad Glashütte Original nos ha sorprendido con un lanzamiento inesperado que celebra su maestría relojera: el Senator Moon Phase Skeletonized Edition en oro blanco, del que vamos a ver características técnicas, fotos en vivo y precio.

Los seguidores de Glashütte Original reconocerán inmediatamente este Senator Moon Phase Skeletonized Edition porque su primera aparición fue en 2012 con traje de oro rosa, en una tirada limitada a 100 unidades. Pero los realmente devotos sabrán también que el modelo original no lo era del todo, ya que está basado en el 1845 Classic Up/Down with Moon Phase, un modelo pre-Swatch que la Glashütte Original actual modificó notablemente; y eso sin contar con la esqueletización.

1845 Classic Up/Down with Moon Phase

Viendo estas fotos te haces una idea del enorme trabajo realizado por la manufactura, especialmente en lo que concierne al calibre. Porque el movimiento del Senator Moon Phase Skeletonized Edition, el 49-13, no es sino el resultado de vaciar y decorar el 49-03.  Esqueletar un movimiento no es sólo un trabajo de saber dónde abrir cuantos más huecos mejor; también significa calcular qué quitar y qué dejar para no comprometer la estabilidad del calibre y su regularidad. Una vez asegurado esto, los artesanos relojeros de G O se han dado un verdadero festín decorativo.

La caja del Senator Moon Phase Skeletonized Edition ha crecido de los 38 mm de la original del 1845 Classic Up/Down hasta los mucho más actuales 42 mm. Sin embargo sus formas redondas son muy clásicas, sobre todo por la forma del bisel.

Como el diámetro del calibre es de 35 mm (que de por sí no es pequeño), las funciones del reloj -pequeño segundero, reserva de marcha a las 2 y fase lunar a las 10:30- se quedan más bien hacia el centro del reloj. Pero esto, que normalmente es un defecto que los aficionados no dejamos de señalar,  en este reloj tiene un efecto beneficioso.

Uno de los problemas de las esferas caladas es la pérdida de legibilidad. Las agujas luchan entre en un mar de trozos de metal más o menos decorados y más o brillantes, lo que distrae la mirada y hace que la lectura no sea fácil; especialmente si no quieres poner unos mazacotes por agujas. Las de este reloj son especialmente estilizadas y, aunque son de ese acero azulado tan bonito de Glashütte Original, siguen teniendo que campear con el mismo problema.

Sin embargo, como el diámetro del reloj ha crecido la casa ha podido crear un borde exterior de la esfera galvanizada en la que acoge numerales romanos resguardados bajo una minutería de ferrocarril. Como la manecilla de los minutos tiene una longitud perfecta (la de las horas se hubiera beneficiado de un poquito más de metal), la lectura de la hora mejora dramáticamente. La misma técnica de añadir masa de esfera -o, por mejor decir, de no quitársela- se ha utilizado en el pequeño segundero y en las dos complicaciones añadidas. El resultado no es sólo una lograda funcionalidad; es además una cara muy armónica y muy agradable de ver, a lo que contribuye y no poco el precioso color plateado que tiene el dial.

 

Recuerda que para saber todos los procesos que se llevan a cabo para crear éste y los demás relojes de Glashütte Original lo mejor es leer los extensos reportajes sobre mi visita a la manufactura. Se pueden encontrar aquí y aquí.

 

Como es habitual en la industria relojera, alemana o suiza, las complicaciones llevan nombre. Así, la preciosa fase lunar se acompaña de un texto que dice que eso es, en efecto, la fase lunar. También te indica que cuando la manecilla de la reserva de marcha está arriba es que está cargada, y que cuando está abajo está agotada. Todo ello por si acaso por si alguna vez se te olvida qué tiene y cómo funciona tu reloj, y todo ello en alemán. Sin embargo a las seis aparece el texto «Made in Germany» en vez de «Hergestellt in Deutschland». En fin, pecados veniales que desde luego no harían que dejara de usar el reloj.

El decorador no ha dejado un milímetro del reloj sin decorar. En el reverso destacan las ruedas de carga y su decoración en contraste con las profusas volutas grabadas a mano de lo que queda de platinas y puentes. Además, como todo producto sajón que se precie de tal, se pueden ver los tornillos azulados y chatones de oro. Al placer de admirarlo -que puede llevar horas- contribuye eficazmente un cristal de zafiro bien tratado con antirreflejos.

Dadas sus formas el reloj se lleva muy bien en la muñeca, y seguro que queda estupendo en ocasiones formales; una opera, por ejemplo. Lo que no quita, claro, que llevarlo también a la oficina sea también un placer. Al contrario que la versión de oro rosa, este Senator Moon Phase Skeletonized Edition no es una edición limitada, pero sólo está disponible en las boutiques de la marca (en España hay una en Madrid). Su precio es de 40.200 euros. No es para todos los bolsillos, está claro. Pero no dejo de recordar lo que dijo Karl-Heinz Pfeifer, el presidente pre-Swatch de la compañía: «Construimos relojes alemanes. ¿Qué significa eso? Precisión. Fiabilidad. Funcionalidad. Baratos no. Los productos alemanes nunca son baratos. Pero siempre tienen tres atributos: funcionan, funcionan, funcionan». Más información en GlashutteOriginal.com.

 

 

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